?Nueva normalidad?

Aparte de ser un ox¨ªmoron: si es normal no ser¨¢ nueva, y si es nueva no ser¨¢ normal, la nueva normalidad de la que habla el Gobierno, y que se nos presenta como una meta al final de la desescalada (otra palabra que ha pasado al vocabulario com¨²n, como confinamiento o distancia social, otro ox¨ªmoron: distancia y social son conceptos antag¨®nicos, a causa de esta pandemia del coronavirus), est¨¢ provocando un r¨ªo de conjeturas sobre sus caracter¨ªsticas y su materialidad. En general, la gente se divide en dos grandes grupos: los que opinan que nada volver¨¢ a ser como era antes de la llegada del virus y los que, por el contrario, piensan que lo vivido en estos dos meses, que se van a alargar uno m¨¢s si todo va seg¨²n lo esperado, solo ser¨¢ un par¨¦ntesis y todo seguir¨¢ igual. Motivos hay para argumentar en una direcci¨®n y en otra y posiblemente las dos corrientes tengan raz¨®n. El impacto de la pandemia est¨¢ siendo tan tremendo que sus efectos han hecho tambalearse muchas convicciones, pero la condici¨®n humana es la que es y cambia dif¨ªcilmente.

En el pr¨®ximo n¨²mero de la revista La aventura de la Historia, el catedr¨¢tico de Historia de la Universidad Aut¨®noma de Madrid Pedro Garc¨ªa Mart¨ªn publica un art¨ªculo titulado Renacer de los malos tiempos de la peste en el que hace un recorrido por las grandes crisis de salud hist¨®ricas y su influencia en los cambios sociales. Desde las plagas b¨ªblicas o las diversas epidemias vividas en la antig¨¹edad por el hombre (el tifus en la Atenas de Pericles, el c¨®lera en la Roma de Marco Aurelio, la viruela en la Bizancio de Justiniano, la peste que caus¨® la ruina del Imperio Chino Han) hasta la llamada gripe espa?ola de 1918 o el sida en ¨¦pocas m¨¢s recientes, todas las epidemias provocaron grandes cambios no solo en la medicina y la ciencia, sino en la forma de pensar y de vivir de las personas. As¨ª, la peste negra medieval alumbr¨® una sociedad nueva muy diferente de la anterior (Pedro Garc¨ªa Mart¨ªn) y un nuevo arte, el Renacimiento (Rafael Argullol, en EL PA?S el 21 de abril de 2020), las epidemias del XIX alumbraron grandes avances cient¨ªficos y econ¨®micos, o el sida, al final del XX, cambi¨® las costumbres sexuales de la poblaci¨®n. Nada sigui¨® siendo igual despu¨¦s de cada una de esas crisis de salud.

?Cu¨¢les ser¨¢n los cambios que esta pandemia que estamos viviendo hoy provocar¨¢ en la sociedad actual? Yo no soy profeta, pero intuyo algunos. O, mejor dicho, me los planteo: ?seguiremos hacin¨¢ndonos en ciudades, en pisos m¨ªnimos y hasta insalubres, y abandonando el campo y sus anchos horizontes? ?Continuaremos almacenando a nuestros viejos en residencias para que all¨ª esperen sin molestar la muerte o los reintegraremos a la sociedad? ?Seguir¨¢ el trabajo mayoritario siendo presencial, incluso cuando se pueda realizar v¨ªa Internet o telef¨®nica? ?Seguir¨¢ siendo el consumo desaforado el motor de la econom¨ªa mundial? ?Continuaremos contaminando el planeta como hasta hoy? ?Seguir¨¢ siendo la pol¨ªtica el arte del enfrentamiento entre grupos de personas y pa¨ªses o mutar¨¢ en algo diferente?...

Me gustar¨ªa tener una respuesta, pero de momento al menos solo poseo intuiciones. El tiempo dir¨¢ cu¨¢les son las respuestas. Lo ¨²nico que yo tengo claro es que la nueva normalidad no ser¨¢ normal ni nueva, en todo caso diferente, puesto que la condici¨®n humana, para bien y para mal, seguir¨¢ siendo la de siempre.