Anticipando 2021
Los pr¨®ximos presupuestos son clave y abrir¨¢n el punto de fuga de la legislatura
La coalici¨®n parlamentaria que aup¨® a Pedro S¨¢nchez hasta la presidencia hace unos meses se edific¨® sobre prioridades y desaf¨ªos que conformaban el mundo de ayer. Podr¨ªamos denominarla la ¨¦poca de la austeridad o del proc¨¦s, porque ambos definieron la pol¨ªtica espa?ola de la pasada d¨¦cada. Un tiempo con mucha renovaci¨®n de l¨ªderes, partidos y formas de protesta, pero poca o ninguna reforma institucional. Ahora puede suceder lo contrario. El terremoto de la covid ha transformado ese contexto, obligando a reformular la presidencia de S¨¢nchez y los criterios estrat¨¦gicos para sostener su Gobierno. Todo ello sucede cuando se cumplen 10 a?os del hist¨®rico giro pol¨ªtico de Zapatero que hundi¨® parte de su legado pero salv¨® casi todo lo dem¨¢s. Un signo de la transformaci¨®n ocurrida. Tambi¨¦n un recuerdo de los riesgos de no reaccionar a tiempo. Zapatero recibi¨® presagios de lo que se avecinaba un a?o antes; S¨¢nchez apenas tuvo un mes.
Ha tenido menos tiempo, pero m¨¢s suerte. La crisis abierta por el coronavirus amenazaba con llevarse por delante las energ¨ªas de la nueva coalici¨®n antes de haber siquiera completado la renovaci¨®n de altos cargos. Sin embargo, los mimbres con que el presidente ha encarado la primera parte de la crisis le han resultado propicios: con el principal oponente a su izquierda y tribuno del descontento social dentro de la tripulaci¨®n; con un l¨ªder falto de popularidad y cuestionado a su derecha en la oposici¨®n; con el antiguo dirigente del centro descabezado, y una sucesora necesitada de enterrar aquel veto personal contra S¨¢nchez; y con el independentismo paralizado por sus contradicciones internas en busca de argumentos. Y con hasta tres a?os posibles de legislatura por delante.
Con estos materiales, S¨¢nchez ha encontrado sin buscarla una palanca para resolver las tres incertidumbres con que empez¨® su mandato, y con ello redise?ar el tablero pol¨ªtico para 2021. De entrada, la incierta mesa del di¨¢logo sobre la cuesti¨®n catalana queda, si no enterrada, s¨ª muy devaluada en un contexto en el que lo que est¨¢ en juego es la salud p¨²blica (?y la vida!), donde las exigencias de la ciudadan¨ªa espa?ola y catalana se centrar¨¢n en la rendici¨®n de cuentas sobre la gesti¨®n en todos los niveles de gobierno. Eso no entierra el debate territorial. Al contrario, podr¨ªa amplificarlo, aunque en distintos t¨¦rminos, pasando de la autodeterminaci¨®n a la no menos impresionista cogobernanza, con la posibilidad de avanzar en la l¨®gica pseudofederal, pero con distintos promotores: Vox y el PP tienen incentivos para apoyar reforzar el poder auton¨®mico en detrimento de la autoridad central en manos de la izquierda, como sugiere el CIS.
En segundo lugar, S¨¢nchez dispone ahora de un argumento con el que ahondar la cooperaci¨®n parlamentaria con Cs sin poner en riesgo la coalici¨®n con Podemos. Si se trata de reconstruir, los pr¨®ximos presupuestos para 2021 proporcionan el tiempo y los recursos para una negociaci¨®n a varias bandas. Y tambi¨¦n abren el punto de fuga de la legislatura, porque ese pacto podr¨ªa tener continuaci¨®n con una ampliaci¨®n de la coalici¨®n gubernamental cuando S¨¢nchez deba renovar su equipo pasada la crisis sanitaria.
De ese modo, S¨¢nchez resolver¨ªa su ¨²ltima y principal incertidumbre: c¨®mo reequilibrar los bloques, entablando la comunicaci¨®n con el PP sin que esto descomponga su mayor¨ªa parlamentaria. Parad¨®jicamente, si S¨¢nchez pude haber ganado ox¨ªgeno, la covid tambi¨¦n podr¨ªa infund¨ªrselo a Casado, asumiendo el riesgo de polarizar en tiempos convulsos contra el Gobierno. El movimiento de N¨²?ez de Balboa resuena mucho a Vox, pero puede acabar reforzando los apoyos del PP si logra presentarse como la ¨²nica garant¨ªa real para acabar con la coalici¨®n que S¨¢nchez reconstruya en 2021.
Juan Rodr¨ªguez es profesor de la Universidad de Valencia. Este art¨ªculo ha sido elaborado por Agenda P¨²blica para EL PA?S
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