?ticas en la pandemia
El presidente mexicano ve en la pandemia un accidente de la historia que no puede detener sus convicciones, pues ello ser¨ªa tanto como traicionarse a ¨¦l mismo
En enero de 1919, Max Weber dict¨® la c¨¦lebre conferencia La pol¨ªtica como vocaci¨®n. En ella identific¨® varios aspectos del ejercicio del poder pol¨ªtico y, destacadamente, de las ¨¦ticas desde las cuales se ejerc¨ªa. Al respecto dijo: ¡°Tenemos que ver con claridad que cualquier acci¨®n orientada ¨¦ticamente puede ajustarse a dos m¨¢ximas fundamentalmente distintas entre s¨ª y totalmente opuestas: puede orientarse seg¨²n la ¨¦tica de la convicci¨®n o seg¨²n la ¨¦tica de la responsabilidad. No es que la ¨¦tica de la convicci¨®n signifique una falta de responsabilidad o que la ¨¦tica de la responsabilidad suponga una falta de convicci¨®n. No se trata de eso. Sin embargo, entre un modo de actuar conforme a la m¨¢xima de una ¨¦tica de convicci¨®n, cuyo ordenamiento, religiosamente hablando dice: el cristiano obra bien y deja los resultados a la voluntad de Dios, y el otro modo de obrar seg¨²n una m¨¢xima de la ¨¦tica de la responsabilidad, tal como la que ordena tener presente las previsibles consecuencias de la propia actuaci¨®n, existe una insondable diferencia¡±.
Para Weber existen l¨ªderes y movimientos que, partiendo de determinadas condiciones psicol¨®gicas y sociales, entienden que su actuar debe dirigirse por completo a la realizaci¨®n de un designio o una misi¨®n, con independencia de las consecuencias colaterales que en el tr¨¢nsito puedan producirse. Desde este entendimiento de las cosas, la muerte de personas en una guerra, la depreciaci¨®n de los salarios o la instrumentalizaci¨®n de los seres humanos est¨¢n sometidos y justificados por el designio a realizar. Expresiones como ¡°h¨¢gase justicia, aunque perezca el mundo¡± o ¡°el fin justifica los medios¡±, dan cuenta de esta manera de ejercer el poder. Quien concretamente act¨²a bajo este designio se entender¨¢ liberado de responsabilidad en caso de que el empe?o fracase o los costos sean enormes. Para ¨¦l, lo ¨²nico verdaderamente importante ser¨¢ el mantenimiento de la convicci¨®n misma y la fortaleza para tratar de alcanzar su realizaci¨®n. El abandono de una u otra ser¨¢ lo ¨²nico reprochable. Todo lo dem¨¢s no solo le estar¨¢ permitido, sino claramente exigido.
La otra manera de llevar a cabo la acci¨®n pol¨ªtica a la que alud¨ªa Weber, consiste en sopesar las consecuencias del actuar. Establecer relaciones entre medios, fines y costos de los diversos cursos de acci¨®n, es decir, evaluar la racionalidad de los medios y la posibilidad de que los seres humanos, a quienes est¨¢n dirigidas las normas de conducta o los beneficios esperados, se comporten de manera distinta a lo previsto en el proyecto de gobierno. Ante el fracaso, el l¨ªder o el movimiento asumir¨¢n la responsabilidad por no haber previsto los obst¨¢culos o las maneras de evitarlos o superarlos.
Weber apuntaba, con raz¨®n, que cualquiera de las ¨¦ticas acabadas de se?alar, dif¨ªcilmente pueden encontrarse en estado puro. La realidad es una tensa mezcla de momentos o campos en los que se debaten las posibilidades de una u otra manera de ejercer el poder. Ello obliga a identificar cu¨¢l de esas ¨¦ticas predomina, no respecto de un gobierno concreto de una vez y para siempre sino, y m¨¢s all¨¢ de la tendencia com¨²n que desde luego s¨ª es identificable, en circunstancias particulares y concretas. Esto es as¨ª, pues bien podr¨ªa suceder que gobiernos que en t¨¦rminos generales se comporten con base en convicciones o asuman responsabilidades, en algunos aspectos del enorme campo que tienen que cubrir, lo hagan de manera diversa. Lo cual no podr¨ªa provocar que el ejercicio del poder se distorsionara de tal modo que no fuera posible identificarlo, sino simplemente conducir¨ªa a reconocer las particularidades en una circunstancia o situaci¨®n espec¨ªfica.
Lo hasta aqu¨ª dicho me permite formular ya una pregunta que estimo relevante. ?Con qu¨¦ tipo de ¨¦tica se est¨¢ enfrentando en M¨¦xico la pandemia de la covid-19? Sin ambages, considero que el Gobierno del presidente L¨®pez Obrador act¨²a, predominantemente, bajo la ¨¦tica de la convicci¨®n. Atendiendo a sus propias palabras, lo que a ¨¦l le interesa es la transformaci¨®n del pa¨ªs para lograr una sociedad m¨¢s igualitaria. Que ello quiera lograrse, al menos en lo inmediato, a trav¨¦s de la disminuci¨®n de la calidad de vida de quienes m¨¢s tienen, y no as¨ª el aumento de la de quienes menos tienen, es solo un modo de realizaci¨®n del proyecto, pero en modo alguno, una desviaci¨®n de ¨¦l. Con profunda convicci¨®n, el presidente busca mayor igualdad. Por este fin, ajustar el ejercicio de los derechos humanos con la entrega directa de recursos, acumular funciones o afectar el desarrollo de ciertos sectores productivos es, para ¨¦l, solo la v¨ªa para lograr justicia social.
Si desde mi punto de vista la acci¨®n general del presidente es f¨¢cilmente identificable con la ¨¦tica de la convicci¨®n, ?qu¨¦ sucede con la concreta acci¨®n gubernamental respecto de la covid-19? ?Esta ¨²ltima es una expresi¨®n m¨¢s de aqu¨¦lla o es, por el contrario, la expresi¨®n de una de esas tensiones profundas a que se refer¨ªa Weber? La cuesti¨®n aqu¨ª planteada no es trivial ni meramente acad¨¦mica. De lo que se trata es de identificar, finalmente, c¨®mo es que el Gobierno federal est¨¢ nominando a la crisis, qu¨¦ tipo de naturaleza le est¨¢ asignando y qu¨¦ tipo de herramientas utilizar¨¢ para enfrentarla. Si, por decir lo obvio, la estima como un mal producto del neoliberalismo, la enfrentar¨¢ con instrumentos sanitarios, econ¨®micos y sociales que considere adecuados para combatir los males del propio neoliberalismo. De esta manera, la crisis podr¨ªa considerarse como algo que viene ¡°como anillo al dedo¡±, pues al combatir una enfermedad se resuelve un mal social mayor o, en sentido inverso, al enfrentar al tenido como el mayor mal cultural de nuestro tiempo, se resuelve tambi¨¦n lo concerniente a la pandemia. Si, de manera por dem¨¢s distinta, desde el Gobierno se estima que la pandemia es un fen¨®meno biol¨®gico con graves consecuencias humanas, sociales y econ¨®micas que le corresponde resolver por su mera condici¨®n de autoridad, la actitud ser¨¢ diversa. Estimar¨¢ que las mediciones, los insumos, las vidas en peligro, las pruebas, los empleos y una serie de elementos concretos y claramente identificables, ser¨¢n su responsabilidad y por lo mismo responder¨¢ frente a cada uno de ellos. Las diferencias son profundas y las consecuencias para la poblaci¨®n sometida a esa autoridad, tambi¨¦n.
Nuevamente, ?la covid-19 est¨¢ siendo considerado por el actual Gobierno federal como una excepci¨®n a su modo ordinario de ejercer el poder (convicci¨®n) o, por el contrario, est¨¢ implicando una excepci¨®n al mismo para manejarse desde la ¨¦tica de la responsabilidad en los t¨¦rminos apuntados por Weber? Desde estas condiciones weberianas, me parece que tanto la covid-19 como sus posibles y extensos efectos, se est¨¢n manejando desde la matriz general de la ¨¦tica de la convicci¨®n. Ello, porque el tratamiento de la pandemia se ha instrumentalizado desde el aumento de la igualdad o, m¨¢s bien, la disminuci¨®n de la desigualdad. Dicho en t¨¦rminos weberianos, el presidente ha mantenido, sin variaci¨®n alguna, su convicci¨®n de que como este pa¨ªs est¨¢ mal por lo mucho que tienen pocos y lo poco que tienen muchos, es preciso revertir tal condici¨®n. Que la pandemia se haya presentado, es un accidente de la historia que no puede detener sus convicciones, pues ello ser¨ªa tanto como traicionarse a ¨¦l mismo y al movimiento que encabeza. Con pandemia o sin ella, lo que en esa visi¨®n se requiere es la transformaci¨®n de M¨¦xico. Ello pasa por darle dinero directamente a quienes menos tienen, con independencia de donde se obtengan los correspondientes recursos. La necesidad de asignar insumos adecuados y constantes a los centros de salud est¨¢ subordinada al plan general; tambi¨¦n el mantenimiento de las fuentes de trabajo. La convicci¨®n transformadora no solo no va a cesar en la crisis epid¨¦mica y social que se avecina. La misma servir¨¢ para lograr, sino una total igualdad, s¨ª al menos la extensi¨®n de ¨¦sta.
El manejo epidemiol¨®gico de la crisis es mera derivaci¨®n de la ¨¦tica que le est¨¢ dando sentido a la pandemia. Desde el lado de la salud, la precariedad de los modelos de registro, la subutilizaci¨®n de pruebas, la falta de prevenci¨®n y capacitaci¨®n, la indebida concentraci¨®n de informaci¨®n, la reticencia a debatir cient¨ªficamente o la pobre asignaci¨®n de insumos, muestran la convicci¨®n del accidente transitorio que nos aconteci¨® en la marcha hacia el proyecto de igualdad que finalmente llegar¨¢. El abandono de las empresas a su suerte, la incapacidad de articular un ingreso universal para los trabajadores informales o la falta de est¨ªmulos fiscales y financieros, muestran el mismo aspecto de la propia convicci¨®n. ?sta parece quedar comprendida en que la poblaci¨®n de M¨¦xico ser¨¢ igual o no ser¨¢. C¨®mo haya de serlo, parece fruto mismo de la convicci¨®n, un asunto m¨¢s bien instrumental.
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