Las mentiras de Ortega se est¨¢n pagando con vidas
Para poner fin a esta situaci¨®n y acabar con el r¨¦gimen es necesario ser realistas y desechar quimeras que solo llevan a la frustraci¨®n
Durante cinco d¨ªas consecutivos recib¨ª la noticia de que alg¨²n conocido hab¨ªa muerto. Es la primera vez que me pasa algo similar y espero sea la ¨²ltima. Aunque tristemente tengo que reconocer que dada la perspectiva actual, esto apenas comienza. Un t¨ªo doctor muy buena gente, un viejo amigo con quien pescaba, el colega de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) a quien hab¨ªa llegado a apreciar por su ponderaci¨®n, el padre de una amiga y un periodista admirable. Estas son solo algunas de las amistades con las que ya no cuento. Demasiadas vidas esfumadas en cuesti¨®n de d¨ªas. Lo que advert¨ªamos q...
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Durante cinco d¨ªas consecutivos recib¨ª la noticia de que alg¨²n conocido hab¨ªa muerto. Es la primera vez que me pasa algo similar y espero sea la ¨²ltima. Aunque tristemente tengo que reconocer que dada la perspectiva actual, esto apenas comienza. Un t¨ªo doctor muy buena gente, un viejo amigo con quien pescaba, el colega de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) a quien hab¨ªa llegado a apreciar por su ponderaci¨®n, el padre de una amiga y un periodista admirable. Estas son solo algunas de las amistades con las que ya no cuento. Demasiadas vidas esfumadas en cuesti¨®n de d¨ªas. Lo que advert¨ªamos que vendr¨ªa lleg¨® y las mentiras del r¨¦gimen de Daniel Ortega cayeron por su propio peso.
Desde hace varios a?os Nicaragua est¨¢ atravesando una grave crisis pol¨ªtica, institucional, social y econ¨®mica, agravada ahora por la pandemia de covid-19 y la inacci¨®n de un r¨¦gimen que le miente a la poblaci¨®n.
Se suele decir que la informaci¨®n salva vidas y es cierto. Pero de la misma manera, la desinformaci¨®n y, peor a¨²n, la mentira pueden matar y lo estamos constatando. Quisieron enga?ar a la poblaci¨®n hablando de un fabuloso sistema de atenci¨®n y de hospitales de primera, pero hoy est¨¢n colapsados. Aseguraron que esta era una enfermedad que afectaba solo a los ricos y que exist¨ªa una m¨¢gica vacuna cubana que curar¨ªa este y todos los males. Visitaron casas en falsas campa?as de salud y muchos fueron contagiados. Dijeron que este era un resfr¨ªo com¨²n y que los golpistas estaban alarmando a la poblaci¨®n.
No se pod¨ªa esperar menos de ellos, ya que todo lo proveniente de la dictadura decadente que oprime Nicaragua est¨¢ basado en mentiras. Enga?aron al decir que ser¨ªan solidarios, porque lo fueron solo de la boca para afuera, y al proclamarse cristianos mientras acusaban a los obispos de golpistas. Ocultan el n¨²mero de contagiados y de muertos. Mienten en todo. Pero la mentira tiene piernas cortas y aunque a veces puede correr r¨¢pido, al final termina vencida porque la verdad se acaba imponiendo.
Con sus falacias llevaron a sus seguidores como a un reba?o a actividades, desfiles y ferias. El reba?o enga?ado, d¨®cil y disciplinado cumpli¨® las orientaciones del glorioso partido. Hasta un despistado e ingenuo diputado se meti¨® en un hospital para demostrar lo bien preparado que estaba el sistema de salud. Ahora el hombre, junto a otros tres de su bancada, no aparece. El reba?o camin¨® alegremente escuchando cantos y consignas, para luego ir cayendo uno a uno por el despe?adero.
Decir que en Nicaragua se quiso implementar el modelo sueco es darle demasiado cr¨¦dito a la dictadura. El que siguieron no es el sueco, sino el t¨ªpico modelo de las dictaduras marxistas, que para mantenerse en el poder y suprimir cualquier descontento ocultan la realidad a la poblaci¨®n.
A pesar de este enga?o, cada d¨ªa los ciudadanos adoptan m¨¢s medidas de autoprotecci¨®n mientras el r¨¦gimen le sigue dando la espalda y vulnerando sistem¨¢ticamente los derechos humanos, atacando la libertad de expresi¨®n y reuni¨®n, asesinando y encarcelando a opositores y provocando que miles se exilien huyendo de la represi¨®n, el hambre o la desesperaci¨®n.
Es evidente, y ya se percibe con claridad, que este Gobierno est¨¢ aislado, sin iniciativa y de espaldas a la ciudadan¨ªa. Hay un vac¨ªo de poder. Se distingue una soledad propia de los tiranos ausentes, desconectados de la realidad y en su fase terminal. La insensibilidad del tirano ya afecta a sus propias bases, que est¨¢n siendo testigos del cruel enga?o del que fueron v¨ªctimas y por el que ahora muchos est¨¢n pagando con sus vidas.
Para poner fin a esta situaci¨®n y acabar con el r¨¦gimen de Ortega-Murillo, es necesario ser realistas y desechar quimeras que solo llevan a la frustraci¨®n. Primero hay que forzar el cumplimento de los compromisos firmados, que incluyen, entre otras cosas, la liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos y la restituci¨®n de las garant¨ªas democr¨¢ticas. Segundo, hay que apostar y presionar con claridad por una reforma electoral que permita elecciones libres, democr¨¢ticas y verificables por organismos cre¨ªbles. Solo de esta forma, mediante el voto de la ciudadan¨ªa, podremos avanzar hacia un nuevo tiempo de democracia, paz, libertad, estabilidad, progreso econ¨®mico y bienestar para todos
Para lograrlo hay que trabajar sin descanso. Solo desde la m¨¢xima unidad en la oposici¨®n derrotaremos a la dictadura. Y con el respaldo mayoritario de los nicarag¨¹enses, abriremos un nuevo tiempo para una Nicaragua mejor. Tiempo en el que la prioridad ser¨¢ impartir justicia, crear empleos, modernizar el pa¨ªs, reconstruir los servicios p¨²blicos y garantizar que todos los hombres y mujeres de Nicaragua puedan desarrollar un proyecto de vida digno.
El ¨²nico camino posible para acabar con la dictadura de Ortega es la democracia. El escenario m¨¢s deseable en este momento es el de unas elecciones libres y verificables como desea la mayor¨ªa de nuestro pueblo y reclama la comunidad internacional. Se equivocan gravemente aquellos que apuestan por viejas rutas, que en el siglo XXI ya no tienen legitimidad.
Hago un llamado para que nos unamos contra la mentira y a favor de un proyecto compartido entre todos los que queremos una Nicaragua en la que haya paz y libertad y que anhelamos una revoluci¨®n democr¨¢tica. No desistamos. ?Unidos lo vamos a lograr!
Juan Sebasti¨¢n Chamorro G. es economista y director ejecutivo de la Alianza C¨ªvica por la Justicia y la Democracia.