Forenses argentinos reconstruyen el horror de Nicaragua en el r¨¦gimen de Ortega
El uso de herramientas digitales, an¨¢lisis bal¨ªsticos y de sonido aportan nuevas pruebas en la responsabilidad del Estado sobre el asesinato de manifestantes en el pa¨ªs centroamericano
Josefina Meza lleg¨® la noche del 30 de mayo de 2018 a la sala de urgencias del Hospital Metropolitano de Managua para conocer el estado de su hijo, Jonathan Moraz¨¢n Meza, de 21 a?os y estudiante de Dise?o Gr¨¢fico. El joven hab¨ªa sido herido en la represi¨®n de la llamada Marcha de las Madres, una manifestaci¨®n en homenaje a las mujeres que perdieron a sus hijos en las protestas que desde abril exig¨ªan el fin del mandato del presidente Daniel Ortega. A Josefina los m¨¦dicos le informaron de que Jonathan hab¨ªa fallecido a causa de un impacto de bala en la cabeza. El asesinato nunca fue investigado ni esclarecido, aunque la mujer apunta al r¨¦gimen de Ortega: ¡°A m¨ª hijo lo asesinaron los paramilitares de Ortega. Fue un francotirador¡±. Dos a?os despu¨¦s de aquel hecho que dej¨® ocho manifestantes muertos, el Equipo Argentino de Antropolog¨ªa Forense (EAAF), tras analizar miles de v¨ªdeos, fotograf¨ªas y sonidos reunidos como datos por expertos de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), arroja nuevas pruebas que demuestran la responsabilidad del Estado en aquella matanza, uno de los cap¨ªtulos m¨¢s oscuros de la represi¨®n contra las manifestaciones en Nicaragua, que ha dejado 328 muertos y m¨¢s de 88.000 exiliados.
El EAAF se vali¨® del apoyo de SITU Research, un organismo con vasta experiencia en la construcci¨®n de plataformas digitales interactivas, para realizar una reconstrucci¨®n forense de tres asesinatos ocurridos aquel d¨ªa. El resultado final es un v¨ªdeo de m¨¢s de siete minutos que demuestra que en la represi¨®n participaron miembros de la polic¨ªa, grupos irregulares armados por el Estado y que se utilizaron armas autom¨¢ticas y semiautom¨¢ticas, de alto calibre, para atacar a los manifestantes. Brad Samuels, director de SITU Research, explica que con equipos digitales pudieron analizar el audio de miles de v¨ªdeos para establecer la posici¨®n desde la cual fueron hechos los disparos, que coincide con la ubicaci¨®n de polic¨ªas y parapolic¨ªas, y su impacto final, justo donde estaban los manifestantes. ¡°Sintetizar y poner juntos eventos como estos, que son muy complicados y muy ca¨®ticos, es complejo. Nuestro rol fue intentar establecer una base para entender de forma m¨¢s completa lo ocurrido¡±, explica Samuels. ¡°Con el audio puedes escuchar muy claramente que los disparos son de armas industriales¡±.
El Gobierno nicarag¨¹ense justifica el uso de la fuerza afirmando en numerosas ocasiones que los manifestantes estaban armados y que con las protestas intentaban perpetuar un golpe de Estado. Los v¨ªdeos analizados por los expertos muestran que varios j¨®venes manifestantes portaban armas artesanales denominadas morteros. El EAAF contrat¨® a Rodolfo ¡°Willy¡± Pregliasco, f¨ªsico forense del Consejo Nacional de Investigaciones Cient¨ªficas y T¨¦cnicas (CONICET) de Argentina, para determinar la letalidad de esos artefactos. ?l arm¨® morteros caseros y construy¨® una zona de tiro para tratar de establecer la distancia a la que estos llegaban y el da?o que podr¨ªan producir. Para ello coloc¨® placas de madera muy finas alrededor de la zona de impacto de los morteros. La conclusi¨®n es que la capacidad de da?o es extremadamente menor: las placas estaban ligeramente afectadas.
¡°En algunas circunstancias pueden producir heridas m¨¢s peligrosas, pero en l¨ªneas generales su capacidad de da?o es mucho menor¡±, explica Mercedes Doretti, directora para Centro y Norte Am¨¦rica del EAAF. Estos morteros tienen un rango m¨¢ximo de alcance de 60 metros, mientras que el de armas autom¨¢ticas o semiautom¨¢ticas es de 250 a 300 metros, que es lo que los expertos pudieron identificar con el an¨¢lisis de los sonidos de los v¨ªdeos usados durante la investigaci¨®n. ¡°Hubo desproporcionalidad en el uso de la fuerza, un nivel de letalidad muy importante¡±, afirma Doretti.
Este trabajo forense es una nueva prueba judicial que puede ser utilizada para determinar la culpabilidad de las autoridades nicarag¨¹enses en el asesinato de los manifestantes. ¡°La reconstrucci¨®n es extremadamente elocuente y nos narra de una forma muy visual lo que ocurri¨® el 30 de mayo al finalizar la marcha. Y eso es un aporte fundamental, en primer lugar, para la verdad: queda claro qui¨¦n dispar¨® y qui¨¦nes fueron las v¨ªctimas¡±, afirma Claudia Paz y Paz, integrante del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) formado por la CIDH para investigar las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua. El GIEI, expulsado de Managua por Ortega en diciembre de 2018, concluy¨® que en el pa¨ªs centroamericano se cometieron cr¨ªmenes de lesa humanidad.
Se trata de nuevas pruebas, agrega Paz y Paz, que pueden ser utilizadas en un juicio internacional convocado por cualquier Estado que reconozca el principio de jurisdicci¨®n universal. ¡°En este momento pr¨¢cticamente todos los Estados de Am¨¦rica Latina reconocen este principio, por eso hemos hecho el llamado a que de oficio investiguen estos casos y lleven a la justicia a quienes resulten responsables y sugerimos que esa responsabilidad llega hasta el m¨¢s alto nivel¡±, explica la experta. Aunque el crimen del hijo de Josefina Meza sigue impune, estas nuevas pruebas forenses alientan su esperanza de hallar justicia: ¡°La muerte de nuestros hijos no va a ser en vano¡±.
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