Amplia concertaci¨®n
Espa?a necesita dos a?os estables y una pol¨ªtica econ¨®mica con m¨²ltiples apoyos
Durante esta semana se han producido escarceos pol¨ªticos de distinta intensidad a cuenta de los pr¨®ximos Presupuestos. En t¨¦rminos generales, resultar¨ªa conveniente que prosiguieran porque, en realidad, la gran tarea pendiente para la econom¨ªa espa?ola consiste en alcanzar un entendimiento b¨¢sico sobre las pol¨ªticas econ¨®micas, su intensidad y sus ritmos para los dos pr¨®ximos a?os. El bienio 2021-2022 es el m¨ªnimo que los organismos internacionales proyectan para la recuperaci¨®n de la actual recesi¨®n.
Una vez en camino de doblar el cabo de la crisis sanitaria, despejar el horizonte econ¨®mico se convierte ahora en la primera tarea nacional, asunto que de ninguna manera est¨¢ garantizado y al que todos est¨¢n convocados. Caer en el voluntarismo de manual sobre lo que conviene en casos parecidos induce a la melancol¨ªa. Una paralizaci¨®n similar a la que pueda provocar un conflicto b¨¦lico parecer¨ªa requerir un Gobierno de concentraci¨®n, como los surgidos en Europa despu¨¦s de 1945. Esa tarea se antoja hoy no solo imposible ¡ªpor la brutal polarizaci¨®n de la vida pol¨ªtica¡ª sino tambi¨¦n indeseable, por las consecuencias de todo tipo sobre la normalidad democr¨¢tica. El pragmatismo aconseja plantearse hojas de ruta y mecanismos para fraguar consensos que, aunque no alcancen esa ambici¨®n, resulten tambi¨¦n eficaces. De lo contrario, suceder¨¢ en Espa?a lo que se ha podido evitar en todas las grandes ocasiones cr¨ªticas desde el Plan de Estabilizaci¨®n de 1959: perder la oportunidad de reenderezar la econom¨ªa y dejar que la crisis se cronifique ¡ªcon la excepci¨®n de 2008, cuyas secuelas a¨²n permanecen en amplios sectores de la sociedad espa?ola¡ª.
Lo posible dentro de lo deseable es, pues, una gran concertaci¨®n econ¨®mica que abarque a distintas fuerzas en el Gobierno y en la oposici¨®n; una sinton¨ªa en los principios inspiradores de la recuperaci¨®n; un pacto sobre la gesti¨®n de los desacuerdos y discordias; un marco presupuestario acotado en el tiempo y generalmente aceptado aunque se discutan f¨¦rreamente sus concreciones, su ¨¦nfasis y su ejecuci¨®n. La crispaci¨®n partidista es tan envolvente que el menor alivio generar¨ªa confianza para multiplicar las energ¨ªas y el talento que esta sociedad ha sabido desplegar en momentos clave desde la Transici¨®n. El programa de la coalici¨®n de Gobierno se construy¨® sobre escenarios de bonanza, que se han trocado hoy en turbulencia: habr¨¢ que replantear esas bases y en todo caso ampliar el espectro que pueda garantizar la indispensable estabilidad.
Esta concertaci¨®n ¡ªconviene apelar a un concepto nuevo¡ª deber¨ªa inspirarse en los tres pilares b¨¢sicos que enhebran hoy el hilo conductor de las distintas fuerzas nacionales y europeas: asegurar la pervivencia del m¨¢ximo de empresas viables; proteger a trabajadores y ciudadanos m¨¢s vulnerables; y apostar por las reformas de futuro, digital, ecol¨®gica y de cohesi¨®n. Algunos indicios parlamentarios auguran cierta viabilidad al intento.
Resulta obvio que ello requerir¨¢ pol¨ªticas expansivas, de gasto intensivo, como acaba de reclamar el FMI: quienes ¡°se han beneficiado de las tendencias globales del pasado o se han visto menos afectados¡± por la recesi¨®n ¡°deber¨¢n contribuir m¨¢s¡±. Pero tambi¨¦n urge esbozar el posterior retorno a la sostenibilidad presupuestaria como propugnan el Banco de Espa?a y la Autoridad Fiscal Independiente, usando el pedal acelerador de la expansi¨®n fiscal mientras se prepara el del freno para el medio plazo, evitando dispendios innecesarios. Ello requerir¨¢ un aumento de la recaudaci¨®n fiscal ¡ªla ayuda europea ni puede ni debe ser eterna¡ª, pero acotado, prudente, selectivo y de ninguna manera ideologizado: deber¨¢n aportar m¨¢s las empresas y entidades que tengan capacidad de hacerlo y deber¨¢n ser exonerados temporal o parcialmente, o ambas cosas, aquellas que no dispongan de energ¨ªa ni m¨¢s reservas que la mera voluntad de sobrevivir. Y la reducci¨®n de algunos gastos, sobre todo de funcionamiento, redundantes o prescindibles, aunque sean de alcance menor: importa la tendencia, que legitima el mayor esfuerzo, m¨¢s que la cuant¨ªa. Hay un punto de encuentro posible entre los distintos enfoques partidistas. Identificarlo resulta prioritario.
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