Si no es ahora, cu¨¢ndo
Peligra nuestro destino sin una respuesta global a los nuevos desaf¨ªos
La triple pandemia que golpea a Estados Unidos, sanitaria, econ¨®mica y pol¨ªtica, debilita al pa¨ªs todav¨ªa m¨¢s poderoso del mundo, que postrado en el div¨¢n se pregunta qu¨¦ hemos hecho para declinar tanto. A cuatro meses de la elecci¨®n presidencial, con el mundo convulso ante el ascenso de China y las consecuencias del desorden geopol¨ªtico al que nos asomamos, emparedados entre el aislacionismo de EE UU y el modelo autoritario de capitalismo de partido ¨²nico de China. Y la Uni¨®n Europea en medio del bocadillo.
Am¨¦rica debe cambiar, pide la ¨²ltima portada de la revista Time. ¡°Los blancos est¨¢n despertando a las fatales consecuencias de su supremac¨ªa¡±. La Administraci¨®n de Trump niega que la discriminaci¨®n contra los negros est¨¦ empotrada en la estructura pol¨ªtica, social y econ¨®mica del pa¨ªs. Hay, sin embargo, un reconocimiento nacional de que es insoportable.
EE UU y China chocan por la hegemon¨ªa econ¨®mica y tecnol¨®gica. No es ideol¨®gico ni geopol¨ªtico, por el territorio, como ocurr¨ªa en la Guerra Fr¨ªa. China posee un arma que la URSS nunca tuvo para retar a la supremac¨ªa americana: la destrucci¨®n econ¨®mica mutua asegurada (The Atlantic). Los medios chinos ironizan con que Trump es el hombre de Pek¨ªn en Washington, que agranda la imagen de China y debilita la de EE UU en el mundo. Trump ha quebrado la relaci¨®n transatl¨¢ntica con sus intentos de dividir a Europa, su desd¨¦n hacia Alemania, de donde ha prometido retirar tropas sin aviso previo a Merkel. El presidente, que cada vez se parece m¨¢s a su gui?ol, mantiene a Europa en un coma inducido. La UE define a China como un ¡°rival sist¨¦mico¡±. Borrell, jefe de la pol¨ªtica exterior europea, estima que Europa debe comportarse entre los dos grandes bloques como Frank Sinatra, a su manera. No nos obliguen a tomar partido en el conflicto entre las superpotencias, desarrollemos una posici¨®n independiente. Pero Europa no puede prescindir de la protecci¨®n de EE UU, ni tampoco del empuje tractor de la econom¨ªa estadounidense. No juguemos con las cosas de comer.
75 a?os de la firma en San Francisco de la Carta fundacional de las Naciones Unidas. Una instituci¨®n a¨²n indispensable donde sus logros pesan m¨¢s que sus sombras. Minusvalorada como gran burocracia, abducida por el veto de los cinco vencedores de la ¨²ltima contienda mundial en el Consejo de Seguridad, ha mantenido al mundo libre de una Tercera Guerra Mundial.
Peligra nuestro destino sin una respuesta global a los nuevos desaf¨ªos. ?El viejo orden internacional levantado sobre los rescoldos de la Segunda Guerra Mundial en 1945 sirve todav¨ªa o est¨¢ superado? Si lo est¨¢, necesitamos una arquitectura global capaz de atenuar el desorden del nuevo mundo. Deber¨¢ incluir a la Rusia de Putin. Y una estrategia de compromiso de EE UU con China, de contenci¨®n equitativa inteligente. La UE est¨¢ capacitada para dar el salto estrat¨¦gico y ocupar un lugar m¨¢s contundente en el tablero mundial. Si no es ahora, cu¨¢ndo. La derrota de Trump el 3 de noviembre, algo ut¨®pico hace solo cuatro meses que ahora se ve posible, ayudar¨ªa. fgbasterra@gmail.com
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