Aburrimiento

El presidente de M¨¦xico sonri¨® cuando le preguntaron, en marzo del pasado a?o, por los secretos de su magn¨ªfica forma f¨ªsica, que compararon con la de un fondista keniano, pues no se le conoce un resfriado. La reportera interesada en resolver el misterio de la energ¨ªa de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador aventur¨® la posibilidad de que estuviera utilizando m¨¦todos alternativos, que sus pulmones respirasen m¨¢s ox¨ªgeno puro, o sea que estuviera sirvi¨¦ndose de una c¨¢mara hiperb¨¢rica durante el esforzado rescate de la patria. Aquel respondi¨® con sabidur¨ªa cartuja: estar bien con uno mismo y el pr¨®jimo tambi¨¦n es fortaleza f¨ªsica.

Un a?o despu¨¦s de la lisonja period¨ªstica, el gobernante tendr¨ªa que haber llegado a la conclusi¨®n de que la conciliaci¨®n con la propia conciencia no basta para acometer la transformaci¨®n nacional que erradique la delincuencia, la corrupci¨®n y el capitalismo de cuates. Necesita acomodar intereses diversos para apuntalar sus reformas ¨¦ticas e institucionales, no lo consigue y se pronuncia quejoso en las ma?aneras conferencias de prensa del Palacio Nacional: los medios le son hostiles porque obedecen a poderes econ¨®micos. Confiesa que le aburre abrir un peri¨®dico, televisi¨®n o radio y no encontrar nada bueno del Gobierno. Todo malo, todo malo, y no solo las notas informativas y los articulistas supuestamente independientes, todo.

Nadie duda de su compromiso con la decencia y la justicia social, ni de la existencia de editorialistas enconados y empresarios hostiles, pero la sucesi¨®n de estragos en M¨¦xico es m¨¢s descorazonadora que aburrida. No permite los titulares optimistas, ni menos los incensarios. El reciente atentado contra el jefe de polic¨ªa de la capital apenas impresiona porque es otra manifestaci¨®n de la pandemia del crimen; la v¨ªrica suma muertos y contagios sin poder ser contenida por la Virgen de Guadalupe. Las cenob¨ªticas recomendaciones de L¨®pez Obrador contra la infecci¨®n, que aconseja combatir alej¨¢ndose del consumismo porque la felicidad no reside en la acumulaci¨®n de bienes materiales, m¨¢s parecen dirigidas a un pa¨ªs opulento que a otro con el 41% de sus habitantes a salto de mata.

El repudio de las oligarqu¨ªas y la protecci¨®n del pobre son preceptivos en un pa¨ªs desangrado por los abusos, y una econom¨ªa incapaz de crear los dos millones de empleos prometidos, pero la inculpaci¨®n de los medios, mentirosos o exagerados casi todos, seg¨²n su recuento, m¨¢s parece una a?oranza de la prensa al servicio de un proyecto durante la reforma, la revoluci¨®n y la dictadura pri¨ªsta. Para AMLO, el buen periodista es aquel que defiende al pueblo. Las comunidades ind¨ªgenas, obreros, campesinos, intelectuales, artistas e informadores alineados con la causa son el pueblo del presidente, que seguir¨¢ aburri¨¦ndose mientras no genere acuerdos y soluciones que arrebaten los titulares a la creciente sensaci¨®n de fracaso.