Europa, la ambici¨®n necesaria
Resta por saber si la uni¨®n posee una ambici¨®n estrat¨¦gica como bloque; sin ella no habr¨¢ una Europa que cuente en el nuevo mundo de hegemon¨ªa disputada entre EE UU y China
Extra?o verano de 2020 cuando se hace necesario recurrir a la poes¨ªa para superar el ¡°vivir en la basura de lo espantoso¡±, en verso del gran poeta catal¨¢n Joan Margarit. Rebrote del coronavirus, descalabro del turismo, vetado el abrazo, desaz¨®n ante un enemigo desconocido y miedo ante la peste econ¨®mica que porta consigo. Necesit¨¢bamos algo positivo para levantar el ¨¢nimo y ha llegado de la mano de una instituci¨®n grande en su concepci¨®n, monta?a rusa de ascensos y ca¨ªdas en picado. La UE en su mejor momento, capaz de hacernos creer en la afirmaci¨®n del historiador Tony Judt: ¡°El siglo XXI todav¨ªa podr¨ªa pertenecer a Europa¡±. Ante acontecimientos extraordinarios, medidas excepcionales. A Europa le pasa que mientras piensa y habla sobre la vida que quisiera llevar, se le va la vida. Y de nuevo acude a la ayuda Margarit. ¡°Por esto es m¨¢s importante lo que hacemos que lo que pensamos que queremos hacer¡±.
La UE lo ha hecho. Aprobar un fabuloso plan de reconstrucci¨®n tras el tsunami: 750.000 millones de euros. Producto del ins¨®lito endeudamiento colectivo europeo y su distribuci¨®n en gran parte como subsidios que no deber¨¢n ser devueltos. Y otra, en pr¨¦stamos a devolver. Casi la denostada idea de Europa como uni¨®n de transferencias, algo que nunca admitir¨¢ Alemania.
Incluye condiciones que ser¨¢n supervisadas por el Consejo Europeo, los propios Estados, que no se f¨ªan de la tecnocr¨¢tica Comisi¨®n. Supone el mayor salto federal de Europa desde la introducci¨®n del euro. Deja al descubierto las fisuras en la UE en todas las direcciones cardinales.
La canciller Merkel es la gran costurera del acuerdo. Una l¨ªder pragm¨¢tica que opera con la eficacia de la cient¨ªfica de formaci¨®n, decidida a cerrar su legado europeo. La aut¨¦ntica voz de Europa capaz de encontrar el punto dulce de equilibrio para salvar la econom¨ªa alemana y el mercado ¨²nico. Y apoyar al nuevo liderazgo de Bruselas, Ursula von der Leyen, tambi¨¦n alemana, presidenta de la Comisi¨®n. Y mejor actor secundario, Mark Rutte, el primer ministro de Pa¨ªses Bajos y su construcci¨®n de un eje de pa¨ªses llamados frugales, dique ante los gastadores y las ambiciones integracionistas. Logran poder vigilante.
El presidente franc¨¦s Macron ha actuado como ariete contra Rutte para defender la solidaridad y la ambici¨®n europea con su visi¨®n m¨¢s expansiva. Ya no es suficiente el eje franco alem¨¢n para mover Europa; la obligada unanimidad concede un inmenso poder a los peque?os. Resta por saber si Europa posee una ambici¨®n estrat¨¦gica como bloque; sin ella no habr¨¢ una Europa que cuente en el nuevo mundo de hegemon¨ªa disputada entre EE UU y China. A la espera de una vacuna contra la covid-19 basada en virus vivos generados por el resfriado com¨²n de los chimpanc¨¦s. Qu¨¦ gran lecci¨®n de humildad.
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