El turno de Capriles
El excandidato presidencial afronta un delicado encaje de bolillos con el chavismo, que cuenta con aliados para sobrevivir, aun pasando hambre, y sabe dividir aprovechando ambiciones, vulnerabilidades y negocios
La participaci¨®n de Henrique Capriles en las legislativas del seis de diciembre constituye una operaci¨®n de amplio espectro que permitir¨¢ al chavismo invocar la legitimidad de las elecciones y ganar tiempo sin comprometer el poder ejecutivo, confiando en que Trump haya sido derrotado un mes antes y los dem¨®cratas relajen las sanciones a Venezuela. A la espera del detalle de las negociaciones en curso, la entrada en juego de Capriles aturde a la oposici¨®n radical e introduce dudas en la coalici¨®n internacional que legitim¨® la presidencia interina de Guaid¨® pero rechaza las soluciones a la fuerza de la Casa Blanca. Para hacer posible la jugada, Maduro despej¨® el terreno con la sistem¨¢tica apropiaci¨®n de las instituciones del Estado, fundamentalmente del Tribunal Supremo, que prohibi¨®, autoriz¨® e inhabilit¨® a conveniencia.
El Gobierno tiene mucho que ganar, fundamentalmente que la fragmentada oposici¨®n pierda su mayor¨ªa absoluta parlamentaria, y poco o nada que perder, m¨¢s all¨¢ de las explicaciones debidas a las bases chavistas que hayan podido acoger con perplejidad la liberaci¨®n de presos tenidos como peligros¨ªsimos, echando mano de la reserva carcelaria. Hubiera sido mejor conseguir espacios de participaci¨®n sin malograr la unidad antigubernamental, ¨²nica f¨®rmula que se ha demostrado ganadora y permitir¨ªa la alternancia en el poder que caracteriza a las democracias. Representante del sector moderado de la Mesa de la Unidad Democr¨¢tica, Capriles estuvo a punto de ganar la presidencia en 2013, pero le salieron al paso inhabilit¨¢ndole con delitos prefabricados. Su presencia en las elecciones es fundamental para aportar credibilidad. Recomendarle que ande con pies de plomo es poco.
Fue convocado por el chavismo porque es la figura del magma opositor con m¨¢s cr¨¦dito en las canciller¨ªas que apuestan por la participaci¨®n en los comicios si son convocados con garant¨ªas. Los fontaneros oficiales aprovecharon sus viejas rencillas con Leopoldo L¨®pez para auparle, arrinconando al l¨ªder del sector m¨¢s comprometido con las soluciones a la brava de la administraci¨®n norteamericana. Capriles afronta un delicado encaje de bolillos con el chavismo, que cuenta con aliados para sobrevivir, aun pasando hambre, y sabe dividir aprovechando ambiciones, vulnerabilidades y negocios. No le ser¨¢ f¨¢cil sumar al electorado que se radicaliz¨® proclamando que solo la fuerza tumbar¨¢ la dictadura.
Pero en la dictadura todav¨ªa se vota. El dirigente opositor apuesta por aprovechar ese derecho pese a los ventajistas cambios en el escrutinio y composici¨®n de la Asamblea Nacional y la desaparici¨®n del sufragio universal en las demarcaciones ind¨ªgenas, y su sustituci¨®n por la mano alzada. Con el nuevo formato, reeditar la mayor¨ªa absoluta de 2015 ser¨¢ dif¨ªcil. Juega a favor del exgobernador de Miranda que el estado de necesidad de los venezolanos no puede manipularse y sabr¨¢ identificar en las listas a sus responsables. Mientras tanto, ser¨ªa de agradecer el levantamiento del secreto del sumario de las negociaciones, salvo que sea imposible porque contiene diligencias inconfesables.
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