Salvar el Frankenstein o salvar Espa?a
A todos se nos juzgar¨¢ moralmente por lo que hagamos durante estos meses. Actuemos pensando en el inter¨¦s general
?Qu¨¦ pensar¨¢n las pr¨®ximas generaciones cuando analicen esta etapa tan desgraciada que nos ha tocado vivir? ?C¨®mo juzgar¨¢n el papel que desempe?amos cada uno de nosotros en esta crisis? Son preguntas que suenan en mi cabeza desde que estall¨® la pandemia. Estamos sufriendo una cat¨¢strofe que en apenas unos meses ha segado la vida de m¨¢s de 50.000 personas, destruido cientos de miles de empleos y comprometido el futuro de Espa?a. Es una tragedia mundial que, desde luego, no ha sido f¨¢cil de gestionar para ning¨²n Gobierno, pero la realidad es incuestionable: nuestro pa¨ªs presenta los peores n¨²meros, tanto sanitarios como econ¨®micos, las previsiones m¨¢s negras para los pr¨®ximos a?os y una gesti¨®n marcada por la improvisaci¨®n y la incertidumbre. Nadie duda de que la imagen de Espa?a en el exterior ha quedado gravemente da?ada y costar¨¢ mucho recuperarla.
A esto se a?ade que el separatismo y el populismo intentan aprovechar para sacar adelante su agenda de ruptura. Y hasta hemos visto a miembros del Gobierno, en medio de esta situaci¨®n tan dram¨¢tica, preocuparse de c¨®mo rebajar las penas a pol¨ªticos condenados por malversaci¨®n y sedici¨®n o de atacar al jefe del Estado. Mientras la sociedad civil respond¨ªa a esta crisis dando lo mejor de s¨ª misma, demostrando una entereza y capacidad de sacrificio encomiables, la pol¨ªtica ha aportado dosis insoportables de partidismo, bronca y divisi¨®n que a todos deber¨ªan avergonzarnos. Cuando m¨¢s falta hac¨ªa responsabilidad, uni¨®n y altura de miras, menos ha habido. Ahora la cuesti¨®n es, ?de verdad vamos a seguir as¨ª? ?Cu¨¢nto tiempo m¨¢s continuar¨¢ esta din¨¢mica destructiva?
Ah¨ª est¨¢n los resultados de todo esto, para sonrojo de los espa?oles. Soy la primera en denunciar cada uno de los grav¨ªsimos errores del Gobierno, pero al mismo tiempo me pregunto cada d¨ªa qu¨¦ puedo hacer para contribuir a que se rectifiquen y contener los da?os de esta crisis en nuestra sociedad. Hay demasiado en juego. En estos meses se deben tomar decisiones cruciales para el futuro de los espa?oles y los representantes p¨²blicos debemos dedicar nuestros esfuerzos a ver c¨®mo ayudamos a salir de esta.
Todo el mundo sabe lo que opino de este Gobierno y lo mucho que me esforc¨¦ para que no se formara ofreciendo la v¨ªa 221: un Ejecutivo asentado en una mayor¨ªa constitucionalista de PSOE, PP y Ciudadanos. ?Cu¨¢ntos disgustos nos hubi¨¦ramos ahorrado si S¨¢nchez la hubiera aceptado en lugar de formar un Gobierno apoyado en una mayor¨ªa Frankenstein con populistas y separatistas? Ya eligi¨® muy mal entonces y ahora tiene ante s¨ª una nueva elecci¨®n, igual de decisiva, ante la aprobaci¨®n de los pr¨®ximos Presupuestos Generales del Estado, que ser¨¢n probablemente los m¨¢s importantes de la democracia.
Esas cuentas deben servir para canalizar los fondos europeos y ofrecer un horizonte de esperanza para las pr¨®ximas d¨¦cadas. Ante S¨¢nchez se abren dos caminos: el que le ofrecen ERC y Bildu, deseosos de sacar m¨¢s privilegios para el separatismo, y el que le presentamos desde Ciudadanos pensando en ayudar a las familias espa?olas. Puede dejar que se imponga totalmente la agenda populista de Podemos o bien optar por un camino de reformas, sensatez y moderaci¨®n. Puede negociar con los partidos de Rufi¨¢n y Otegi la excarcelaci¨®n de los golpistas y el reagrupamiento de etarras, o pactar con nosotros medidas buenas para los aut¨®nomos, trabajadores y pymes. Puede presentarse en Bruselas de la mano de partidos antisistema que anhelan la destrucci¨®n del proyecto comunitario o hacerlo junto a uno de los principales partidos liberales de la UE. Puede, en definitiva, optar por salvar la mayor¨ªa Frankenstein o salvar Espa?a.
En menos de dos semanas, debemos enviar a Bruselas el plan nacional de reformas necesario para recibir los fondos de la Uni¨®n. Y en lugar de debatir sobre educaci¨®n, digitalizaci¨®n, innovaci¨®n o empleo, asistimos at¨®nitos a constantes ataques al Rey, al poder judicial y al conjunto de las instituciones democr¨¢ticas. ?No ser¨ªa mejor consensuar las grandes reformas que necesitamos para las pr¨®ximas d¨¦cadas entre quienes s¨ª creemos en nuestra democracia? ?No ser¨ªa mejor transitar por el camino de la estabilidad y la moderaci¨®n?
La decisi¨®n es de Pedro S¨¢nchez y de ella depende el futuro de Espa?a. Nuestro pa¨ªs dif¨ªcilmente podr¨ªa soportar que tomara por segunda vez la senda equivocada precisamente ahora. A todos se nos juzgar¨¢ moralmente por lo que hagamos durante estos meses. Actuemos pensando en el inter¨¦s general. No tendremos muchas m¨¢s oportunidades para que, cuando miren atr¨¢s, las pr¨®ximas generaciones puedan sentirse orgullosas de lo que hicimos en un momento crucial como este.
In¨¦s Arrimadas es la presidenta de Ciudadanos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.