La ultraderecha y la ¡®comida basura¡¯
La destrucci¨®n de la naturaleza y los alimentos ultraprocesados forman parte del mismo proyecto de poder
Los defensores de la democracia en Brasil y en el mundo suelen afirmar que el per¨ªodo del ultraderechista Jair Bolsonaro en el poder es un ¡°desgobierno¡±. Nada m¨¢s lejos de la verdad. La atm¨®sfera de caos es solo una estrategia para mantener a los opositores ocupados reaccionando. Quien solo reacciona no act¨²a. El Gobierno de Bolsonaro act¨²a. Mucho y r¨¢pido. Gobierna. Y, como todos los falsos nacionalistas de este momento, gobierna con las corporaciones transnacionales. La parte m¨¢s visible es su est¨ªmulo a invadir ¨¢reas de conservaci¨®n ambiental, que ha provocado los brutales incendios en la Amazonia, la mayor selva tropical del mundo, y en el Pantanal, el mayor humedal del planeta, para permitir la explotaci¨®n de tierras protegidas. Otro frente solo se hizo totalmente visible hace poco, cuando el peri¨®dico O Globo revel¨® un documento del Ministerio de Agricultura para cambiar la Gu¨ªa Alimentaria para la Poblaci¨®n Brasile?a. La ¡°revisi¨®n amplia¡± tiene un beneficiario: la poderosa industria de los ultraprocesados.
La gu¨ªa alimentaria de Brasil est¨¢ considerada por la ONU como una de las mejores del mundo, al clasificar los alimentos por su grado de procesamiento. El documento recomienda que se eviten los ultraprocesados ¡ªtodos aquellos productos que llevan colorantes, conservantes y otros aditivos sintetizados industrialmente, como los refrescos, los congelados y los aperitivos de bolsa. Sin embargo, en opini¨®n de los asesores de la ministra Tereza Cristina, esta clasificaci¨®n deber¨ªa eliminarse porque es ¡°un ataque injustificado a la industrializaci¨®n¡±.
A Tereza Cristina tambi¨¦n se la conoce como la musa del veneno por su apoyo a la industria de pesticidas. El actual Gobierno ya ha aprobado 819 nuevos plaguicidas, un promedio de m¨¢s de uno al d¨ªa. En julio, la ministra se reuni¨® con representantes de la industria de ultraprocesados para tratar precisamente la ¡°amplia revisi¨®n¡± de la gu¨ªa alimentaria. La destrucci¨®n de la naturaleza para producir soja y carne, el uso masivo de pesticidas y el apoyo a los ultraprocesados forman parte del mismo proyecto global de poder de las grandes corporaciones, al que sirve el Gobierno de extrema derecha de Brasil. Los ultraprocesados son hoy lo que el tabaco fue en el pasado. Sus productos, que solo se llaman comida como truco de marketing, se parecen a los cigarrillos al causar un comportamiento adictivo y graves problemas de salud, como la actual epidemia de obesidad en pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y EE UU. La publicidad tambi¨¦n es bastante similar. Cuando Bolsonaro hace v¨ªdeos comiendo pan con leche condensada o llev¨¢ndose paquetes de fideos instant¨¢neos a Jap¨®n, no solo intenta transmitir una imagen de hombre del pueblo. Est¨¢ al servicio de aquellos a quienes realmente sirve. Y no es el pueblo.
Traducci¨®n de Meritxell Almarza.
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