Ante el descontrol
Las fuerzas pol¨ªticas deben cerrar filas para respaldar el estado de alarma
La lucha contra la pandemia ha avanzado en Espa?a durante los ¨²ltimos meses mucho m¨¢s despacio que los contagios, que han tomado una velocidad de v¨¦rtigo hasta alcanzar alarmantes r¨¦cords diarios. Pol¨ªticas equivocadas, partidismos y reveses judiciales han ralentizado un combate que la sociedad espa?ola est¨¢ perdiendo, seg¨²n el inquietante juicio de los datos. Es hora de que todos los gestores sin excepci¨®n asuman la responsabilidad de adoptar decisiones inc¨®modas o impopulares para revertir esta situaci¨®n dram¨¢tica. Varias comunidades aut¨®nomas ¡ªentre ellas Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco¡ª dieron un paso al frente en ese sentido solicitando ayer la declaraci¨®n del estado de alarma ante la exigencia de tomar medidas restrictivas de la libertad y los problemas para obtener el aval de los tribunales. El estado de alarma es el marco constitucional adecuado para amparar las medidas que se van a necesitar, y el conjunto de las fuerzas pol¨ªticas y administraciones deber¨ªa facilitar su implementaci¨®n.
Otras comunidades optaron por declarar distintas modalidades de toques de queda a la espera de que hablen sus jueces. El resultado, en este momento, es una mara?a de ¨®rdenes que van desde el l¨ªmite a las reuniones desde medianoche hasta las seis de la ma?ana en la Comunidad de Madrid ¡ªuna medida a todas luces insuficiente, que adem¨¢s viene acompa?ada de una ampliaci¨®n del horario de hosteler¨ªa con respecto al que impuso el estado de alarma que decae hoy¡ª hasta el toque de queda en la Comunidad Valenciana en ese mismo horario u otros m¨¢s restrictivos, como en Castilla y Le¨®n (desde las 22.00) o Granada. El combate contra la pandemia, por tanto, sigue siendo un territorio confuso para el ciudadano en el que algunos Gobiernos exhiben mayor pulso y determinaci¨®n, como Catalu?a al cerrar la hosteler¨ªa, y otros una laxitud que pasar¨¢ factura, como Madrid.
El pa¨ªs ha superado esta semana el mill¨®n de contagios registrados y a ello suma un escalofriante recuento que d¨ªa a d¨ªa rebasa los ritmos anteriores en amplias zonas de Espa?a. Los datos retratan el diagn¨®stico de gravedad que sufre Espa?a y que requiere medidas mucho m¨¢s contundentes que las adoptadas. No se protege la econom¨ªa permitiendo la conformaci¨®n de un tsunami sanitario.
El presidente del Gobierno apel¨® ayer a la responsabilidad individual de todos ante la gravedad de la situaci¨®n y no le falta raz¨®n al se?alar la necesidad de doblegar la curva como reto colectivo. Pero eso no oculta la dimensi¨®n de la responsabilidad que ata?e a los Gobiernos central, auton¨®mos y sus oposiciones, que deben enfrentarse con determinaci¨®n a esta hora decisiva.
El Consejo Interterritorial de Salud aprob¨® el jueves un sistema de sem¨¢foros con varios par¨¢metros de los que el principal es el n¨²mero de contagios por 100.000 habitantes. El nivel ¡°extremo¡± se ilumina a partir de 250 en los ¨²ltimos 14 d¨ªas. Espa?a, de media, supera con creces ese umbral. El sem¨¢foro rojo se ha encendido y procede la medida sugerida en su caso: el estado de alarma nacional, que cada comunidad debe gestionar de forma eficaz. Ciudadanos ya ha prestado su apoyo. Urge que el PP traslade a hechos su ruptura con la extrema derecha y sus promesas de actitud centrista, y deje de jugar con una crisis que no es ideol¨®gica, sino sanitaria. La unidad ser¨¢, en este caso, clave, al igual que las medidas.
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