Otro Orwell
Si la Historia terminara un d¨ªa, no esperes que venga anunciado por el rabo de un cometa
El Gran Hermano anunciado por Orwell, ese ente poderoso e inasequible que controla desde la oscuridad todos nuestros movimientos, adopta a veces la forma de un peque?o primo de carne y hueso, absolutamente visible, que es en realidad quien te hace la vida insoportable. Puede que el Gran Hermano posea una franquicia en el inspector de Hacienda, en el amante celoso, en el polic¨ªa de tr¨¢fico, en el jefe tirano, en el cu?ado chivato y sabiondo o en ese pol¨ªtico mostrenco que quiere salvar a la patria sin solucionar primero su for¨²nculo en el pescuezo. Puede que el Gran Hermano muchas veces no vaya mucho m¨¢s all¨¢ de la vieja del visillo o del hombre del frac. Tampoco en el futuro se vislumbra el fin de la Historia y del ¨²ltimo hombre como augur¨® Fukuyama, ya que la historia real no se compone solo de ideolog¨ªas, sino de rebeld¨ªas an¨®nimas, de navajazos en las esquinas, de proyectos fracasados, de ¨¦xitos inesperados, de placeres de sobremesa, de accidentes de coche, de cup¨®n de los ciegos, de guerras m¨¢s o menos sirias o palestinas, de rebajas en los grandes almacenes, de amores adolescentes, de incendios de discotecas, de c¨¢nticos con un Kalashnikov en brazos, un devenir orgi¨¢stico que no acabar¨¢ nunca. Pero si la Historia terminara un d¨ªa, no esperes que venga anunciado por el rabo de un cometa. Despu¨¦s de todo, el fin del mundo tiene un car¨¢cter privado que puede terminar con un resbal¨®n mortal en la ba?era. En todo caso, si una peste planetaria, como esta, acabara con el ¨²ltimo hombre de Fukuyama siempre quedar¨ªa a salvo un chimpanc¨¦ cuyo sucesor dentro de un mill¨®n de a?os se pondr¨ªa a reescribir el G¨¦nesis, y el asunto volver¨ªa a empezar por abajo. Mientras vayas creando a mano tu propia historia diaria cu¨ªdate de no facilitar el trabajo al Gran Hermano alimentado su tripa con esas llamadas idiotas que haces con el m¨®vil.
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