¡®Bienqueda¡¯

Se?or Aguado, usted tambi¨¦n tiene la culpa. Los madrile?os nos hemos acostumbrado a sus declaraciones, sus impecables mensajes sobre la necesidad de contener la pandemia, que exigen al Gobierno del que usted mismo es vicepresidente que sea audaz, valiente, responsable. Un d¨ªa tras otro, queda usted muy bien, y a eso se reduce el papel que juega en este drama abocado a tragedia. Por la ma?ana, airea sus diferencias con la se?ora Ayuso, cuyos pintorescos criterios sobre el cierre perimetral de la CAM asegura no compartir. Por la tarde, afirma que los dos se llevan fenomenal y que su Gobierno es solid¨ªsimo y eficaz. Ya est¨¢ bien, se?or Aguado. No se puede jugar al mismo tiempo al poli bueno y al poli malo. Y que conste que no estoy pensando ni remotamente en la moci¨®n de censura tras la que suele esconderse como si fuera un escudo. En este momento, Madrid no est¨¢ para mociones de censura. Pero usted, que pertenece a un partido que gobierna en diversos lugares con el apoyo de Vox, deber¨ªa haber aprendido el valor que adquiere la presi¨®n en determinadas coyunturas, sobre todo porque, en Madrid, en Andaluc¨ªa, en Murcia, Vox presiona y obtiene casi siempre lo que le interesa. Lo obtiene porque ustedes y el PP se lo conceden. No es un mecanismo muy dif¨ªcil de entender, as¨ª que la ¨²nica conclusi¨®n posible es que usted no presiona porque no quiere. Si sus mensajes fueran sinceros, se habr¨ªa esforzado por moderar la arbitraria extravagancia de su presidenta y sin duda habr¨ªa obtenido resultados. Por eso me gustar¨ªa pedirle que se callara, que dejara de ilusionar con sus palabras a una ciudadan¨ªa at¨®nita, desconcertada y desanimada por tanta insensatez. Porque lo ¨²ltimo que necesitamos, se?or Aguado, son bienquedas como usted.