La normalizaci¨®n de lo excepcional

Ram¨®n J¨¢uregui ha dicho que la mayor¨ªa de la investidura no es adecuada ni suficiente para gestionar la crisis. Es la mayor¨ªa que, ampliada con el s¨ª de ERC y Bildu, al parecer aprobar¨¢ los Presupuestos. Su configuraci¨®n es posicional: su premisa es que ninguna situaci¨®n es lo bastante grave como para justificar un acuerdo con la derecha espa?ola. La derecha espa?ola empieza a unos mil¨ªmetros de donde est¨¦ el PSOE esta semana y es un sitio donde enseguida cubre, como algunas playas.

Arrimadas ha mostrado que S¨¢nchez prefiere el apoyo de ERC y Bildu al de Cs. La conveniencia de esos socios es discutible: no solo porque unos sigan aplaudiendo a los asesinos y otros no se arrepientan de su golpe institucional, sino por sus fines. La gobernabilidad de Espa?a depende de fuerzas cuyo objetivo es desmontar la unidad territorial.

Muchas pol¨ªticas vienen marcadas por la UE y una coyuntura dificil¨ªsima. El Gobierno puede ofrecer a sus socios trozos del Estado, concesiones simb¨®licas que indican su retirada y desprecian a los ciudadanos que no votan a sus aliados en sus ¡°esferas de influencia¡±: eso es la eliminaci¨®n del castellano como lengua vehicular.

Siguiendo el nuevo avatar del nacionalismo catal¨¢n, se habla de la armonizaci¨®n fiscal sin mencionar la foralidad vasca y navarra, y la vicepresidenta Calvo defiende una medida reivindicada por ERC apelando a la unidad de Espa?a. Las promesas del ¡°Gobierno de la dignidad¡± se han olvidado: aceptamos nombramientos sectarios, el ataque sostenido a la separaci¨®n de poderes, administradores provisionales que se vuelven permanentes, cuentas del Gobierno en redes sociales que avergonzar¨ªan a un club de fans, falta de transparencia y una constante manipulaci¨®n informativa, tan obscena que no parece querer enga?ar a nadie. Justificamos que la Espa?a plural excluya por definici¨®n a la mitad de los ciudadanos. El debate p¨²blico se basa en atajos cognitivos: vemos que opinamos lo que opinamos porque es lo que creemos que piensan los nuestros y no porque sepamos algo, pero eso no nos hace m¨¢s humildes. Las dificultades para alcanzar acuerdos justifican medidas como el estado de alarma de seis meses, se aprueban unos Presupuestos para prorrogarlos y se mercadea con la educaci¨®n y el C¨®digo Penal para alcanzar una legislatura estable: no la de la nueva normalidad, sino la de la normalizaci¨®n de lo excepcional. @gascondaniel