En pantalla grande
El estreno simult¨¢neo de pel¨ªculas en salas y plataformas es un nuevo rev¨¦s para una industria que vive un a?o nefasto
Al igual que el XIX fue el siglo de las novelas, el XX ha sido la era de las grandes pel¨ªculas y las salas de cine, que no solo representaron una revoluci¨®n cultural, sino tambi¨¦n social e incluso urbana. Pero esta ¨¦poca puede estar llegando a su fin. El anuncio la semana pasada de la decisi¨®n de la gran productora estadounidense Warner de estrenar simult¨¢neamente en salas y en plataformas todos sus grandes t¨ªtulos de 2021 representa el ¨²ltimo rev¨¦s para la exhibici¨®n cinematogr¨¢fica, que ha vivido un a?o funesto. La pandemia, durante la que se han cerrado muchas salas y vaciado las que permanec¨ªan abiertas, no ha hecho m¨¢s que acelerar una tendencia clara: el ocio de los consumidores se ha desplazado de los largometrajes a las series y de las pantallas grandes a las peque?as.
Disney ya tom¨® una decisi¨®n similar al principio de la pandemia, cuando renunci¨® a estrenar su ¨²ltima superproducci¨®n en salas y obtuvo m¨¢s que aceptables resultados en la taquilla virtual. Nadie en el sector duda de que el resto de las majors, como Sony, Universal y Metro Goldwyn Mayer, est¨¢n preparando estrategias similares. El problema ya no est¨¢ en saber c¨®mo ha ocurrido este cambio de paradigma ¡ªen buena medida, como en otros sectores, por el impacto del desarrollo tecnol¨®gico¡ª, sino en el dilema de c¨®mo afrontarlo. Qu¨¦ pasos pueden tomar las instituciones culturales y los propios productores, creadores y exhibidores para salvar los cines.
El cambio de paradigma resulta imparable. Probablemente, la actividad creativa lograr¨¢ nuevas v¨ªas de rentabilidad en ese nuevo marco. Pero la pandemia ha hundido en crisis existencial absoluta y urgente a las salas de cine. Esto tiene un doble significado: uno econ¨®mico y laboral para ese segmento espec¨ªfico del sector, y otro de orden sociocultural. Ver cine en pantalla grande es una suerte de especial liturgia cultural que tiene valor para muchos, y que el propio cine ha sabido retratar de forma muy emocionante en algunas pel¨ªculas. Ante esta situaci¨®n, por ejemplo, el Gobierno franc¨¦s ¡ªtradicionalmente muy atento a la protecci¨®n del sector cultural¡ª ha adoptado recientemente medidas de ayuda sectorial.
Cada sociedad tendr¨¢ que decidir hasta qu¨¦ punto apoyar a un sector que afronta una poderosa y prolongada reestructuraci¨®n. Pero, sin duda, parece correcto adoptar medidas para que pueda sobrevivir a esta aguda crisis que no tiene que ver con din¨¢micas naturales del mercado. A partir de ah¨ª, no se trata solo de conceder subvenciones y mantener un IVA reducido que ayuden a rebajar el precio de las entradas. Salvar los cines pasar¨¢ tambi¨¦n por atraer a nuevos espectadores, por convertir las salas en espacios culturales vivos, por seguir demostrando con arte que el espect¨¢culo de contemplar una pel¨ªcula en una pantalla grande no tiene equivalente.
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