Una oportunidad perdida
Llev¨¢bamos meses hablando de lo importante que era tener unos Presupuestos que dieran respuesta y paliaran la crisis sin precedentes en la que estamos inmersos.
Y al final llegaron, pero tarde y mal. Aprovechando la cl¨¢usula de salvaguarda europea que ha dejado en suspenso los requerimientos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, el Gobierno determin¨® que ya no hab¨ªa que respetar las ¡°reglas fiscales¡± en 2021 y as¨ª, no solo ha confeccionado unas cuentas p¨²blicas con un fort¨ªsimo incremento del d¨¦ficit estructural sino, tambi¨¦n, ha eludido la visi¨®n fiscal de medio plazo y no ha presentado el obligado plan de reequilibrio que exige la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera espa?ola.
Se han saltado pasos que eran imprescindibles, pero que puede que les resultaran inc¨®modos, como someter a votaci¨®n por las C¨¢maras los escenarios plurianuales, han elevado el Proyecto de Presupuestos al Congreso con un mes de retraso y han impulsado un calendario de tramitaci¨®n al l¨ªmite, con el correspondiente deterioro de la transparencia, confianza y credibilidad en unos tiempos tan complicados como estos.
La ministra de Hacienda dec¨ªa hace unos d¨ªas en esta misma tribuna que Espa?a ¡°afronta de nuevo un momento clave en su historia y necesita unos nuevos PGE que permitan superar la crisis y abrir una nueva etapa¡±. Absolutamente de acuerdo, pero ni por la forma de confeccionarlos ni por su propio contenido es lo que necesit¨¢bamos.
El presupuesto es la expresi¨®n cifrada de los ingresos y gastos que, como potente herramienta de pol¨ªtica econ¨®mica, deben responder a las necesidades de los ciudadanos. Es cierto que la pol¨ªtica econ¨®mica es pol¨ªtica y que, como tal, es leg¨ªtimo que tenga carga ideol¨®gica; sin embargo, eso no significa que se yerre en los objetivos; que no se tenga claro cu¨¢les son los problemas prioritarios a los que atender en un momento en el que nuestra econom¨ªa est¨¢ en la cola de los pa¨ªses de la OCDE y nuestro desempleo es m¨¢s del doble que la media de esos pa¨ªses. Es un error grav¨ªsimo que no se hayan enfocado los esfuerzos en mantener nuestro tejido productivo para generar riqueza y empleo.
Y si equivocarse tiene siempre importancia, lo tiene m¨¢s en un a?o en el que parece que se han empezado los c¨¢lculos por el rev¨¦s. Se han presentado unas estimaciones econ¨®micas voluntaristas revisadas a la baja respecto de las estimaciones de junio, pero todav¨ªa muy optimistas, que no comparten la mayor parte de analistas e instituciones nacionales e internacionales. La ¨²ltima, la OCDE que rebaja en m¨¢s de un 30% la estimaci¨®n de crecimiento del Gobierno sin tener en cuenta el impacto de los fondos europeos al que todos califican como irreal. La consecuencia de estas estimaciones es una recaudaci¨®n que la ministra llama ¡°hist¨®rica¡± y que resulta inalcanzable, no s¨®lo por la irrealidad de las previsiones de crecimiento, sino tambi¨¦n por la elasticidad que presuponen al sistema y la capacidad recaudatoria de las nuevas figuras impositivas.
Por otra parte, se deciden los gastos que se quieren llevar a cabo y se presupuestan sin l¨ªmite alguno, con un fuerte incremento de los gastos corrientes en todos los ministerios consecuencia en parte de la amplia y compleja estructura gubernamental que no resiste ni el m¨¢s m¨ªnimo an¨¢lisis de gobernanza.
Pero si el tama?o importa en los gastos, en una situaci¨®n como la actual importa tanto o m¨¢s su calidad. Nos encontramos, como dec¨ªa, ante un fuerte incremento de los gastos corrientes que agudizan nuestro d¨¦ficit estructural y dificultan el retorno a la ortodoxia fiscal que ser¨¢ necesario en un plazo m¨¢s breve que largo. Lo se?alan el Banco de Espa?a, la AIReF, y la propia Comisi¨®n Europea en su ¨²ltimo dictamen.
Adem¨¢s, el procedimiento de aprobaci¨®n no arregl¨® nada. Por el acortamiento de los plazos; por la elecci¨®n de compa?¨ªas; por la ¡°compra¡± de votos esto no ha sido posible. Se ha llegado al extremo de que el contenido de las propuestas no import¨®, lo que importaba era quien las firmaba.
Se ha perdido una oportunidad ¨²nica para, con un fuerte impulso fiscal de car¨¢cter coyuntural como ped¨ªa el Partido Popular, acompa?ar a nuestras empresas a pasar por la traves¨ªa de la crisis y salir fortalecidas cuando la pandemia pase. Se ha perdido la oportunidad de ampliar nuestra base fiscal a medio plazo para poder obtener la recaudaci¨®n necesaria que garantice de forma sostenible nuestro Estado del bienestar. Y se ha fiado nuestro futuro al ¨¦xito en la aplicaci¨®n de unos fondos europeos que se presupuestan pero que no tienen garant¨ªas de llegar a buen t¨¦rmino. M¨¢xime con las noticias de gesti¨®n y gobernanza que vamos conociendo en los ¨²ltimos d¨ªas, con el secuestro del presidente que no atiende a nuestras peticiones de independencia y profesionalidad en la gesti¨®n de los fondos tal como est¨¢n haciendo los pa¨ªses de nuestro entorno.
Lo que no hagamos nosotros no van a venir a hac¨¦rnoslo, salvo que sea para poner orden en nuestras cuentas p¨²blicas, y eso ya sabemos qu¨¦ consecuencias trae. Es realmente una oportunidad perdida.
Elvira Rodr¨ªguez Herrer es vicesecretaria sectorial del PP y exsecretaria de Estado de Presupuestos y Gastos.
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