?Para qu¨¦ sirve Podemos?
La funci¨®n de un partido minoritario en un Gobierno de coalici¨®n es ardua: si comulga con todo, aparece irrelevante; si se distancia ante cada medida, parece jugar en campo contrario
La funci¨®n de un partido minoritario en un Gobierno de coalici¨®n es ardua: si comulga con todo, aparece irrelevante; si se distancia ante cada medida, parece jugar en campo contrario. Y a menor peso, m¨¢s dificultad. Le ocurre a Unidas Podemos, que aporta (35 esca?os) una cuarta parte larga de su socio mayor, el PSOE (120). Todos tienen derecho a subrayar su perfil. La cuesti¨®n es: ?a qu¨¦ coste?
La estrategia que allega mejores resultados para el conjunto, y para cada parte ¡ªaunque esto dependa tambi¨¦n de otras circunstancias, de liderazgo y de coyuntura¡ª, es la de la lealtad a machamar...
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La funci¨®n de un partido minoritario en un Gobierno de coalici¨®n es ardua: si comulga con todo, aparece irrelevante; si se distancia ante cada medida, parece jugar en campo contrario. Y a menor peso, m¨¢s dificultad. Le ocurre a Unidas Podemos, que aporta (35 esca?os) una cuarta parte larga de su socio mayor, el PSOE (120). Todos tienen derecho a subrayar su perfil. La cuesti¨®n es: ?a qu¨¦ coste?
La estrategia que allega mejores resultados para el conjunto, y para cada parte ¡ªaunque esto dependa tambi¨¦n de otras circunstancias, de liderazgo y de coyuntura¡ª, es la de la lealtad a machamartillo, si bien afirmando acentos propios, por v¨ªa de una influencia propositiva, de calidad intelectual y val¨ªa c¨ªvica.
Ocurre as¨ª tanto si se ha pactado el programa hasta la mil¨¦sima: es el caso de los socialdem¨®cratas alemanes en gran coalici¨®n con los democristianos, b¨¢lsamo con respeto mutuo. Como con programas m¨¢s escuetos: aqu¨ª sucedi¨® con los de Iniciativa (la suma de PSUC y Verdes) en los tripartitos de la izquierda catalana: descollaban entre los m¨¢s institucionales, pues los vaivenes ya los suministraba Esquerra.
Frente a ese tipo de abrazo leal que inaugur¨® Willy Brandt, milita la tesis de la tensi¨®n continua, hasta el ultim¨¢tum; hasta la acerba cr¨ªtica ad personam a colegas ministeriales (de Justicia, de Econom¨ªa, de Seguridad Social, de Educaci¨®n...); hasta la apelaci¨®n a movilizar a las masas, o hasta apoyar enmiendas ajenas contra el presupuesto del Gobierno del que se forma parte.
Es la que sostiene Pablo Iglesias cuando afirma que ¡°a veces las discrepancias y diferencias se traducen en medidas beneficiosas¡±, sostiene que ¡°para la gente¡±. O cuando proclama que ¡°estamos sacando un rendimiento positivo del peso que tenemos¡± en el Gobierno, aunque no especifica para qui¨¦n.
Para qui¨¦n. Esta es la cuesti¨®n capital. Y vinculada a otra, clave: la relaci¨®n entre el coste de ¡°las discrepancias y diferencias¡± y los beneficios obtenidos. Hasta hoy los desencuentros de Iglesias ¡ªm¨¢s que de su partido¡ª o son insignificantes en cuant¨ªa (ocho euros en el salario m¨ªnimo); o de orden ideol¨®gico ajeno a la gobernanza diaria (Monarqu¨ªa, presos indepes, cuestiones por otra parte institucionalmente esenciales); o de velocidad en el ritmo legislativo (ingreso m¨ªnimo vital, alquileres, desahucios). Las m¨¢s explicables versan su protagonismo transversal: la crisis pand¨¦mica, las ayudas europeas. A cada cual juzgar si compensa tanta fabricaci¨®n de enemigos. Y de inestabilidad.