PSOE-UP¡ Gobierno de Colisi¨®n
Pol¨ªticamente el asunto tiene inter¨¦s, aunque el coste puede ser demasiado alto, enredando con la Corona o la separaci¨®n de poderes
M¨¢s que un Gobierno de coalici¨®n, ¨¦ste es un Gobierno de colisi¨®n. O sea, un gabinete de dos fuerzas abocadas necesariamente a la confrontaci¨®n m¨¢s que a la cohabitaci¨®n. Por supuesto, el grado de su confrontaci¨®n es muy variable: de un tuit falt¨®n a un pulso de Estado. Ha habido y hay de todo. Desde hace meses, pero sobre todo desde semanas atr¨¢s, en Podemos, y tambi¨¦n en el PSOE, han vaciado el cargador: el Rey, S¨¢hara y las relaciones con Marruecos, salario m¨ªnimo, inmigraci¨®n, desahucios, cortes de luz y agua¡ No es f¨¢cil determinar cu¨¢ndo es real o ficci¨®n, aunque no es dif¨ªcil intuir que siempre hay teatralizaci¨®n. De momento han logrado que los analistas consuman menos energ¨ªa en la bronca Gobierno-Oposici¨®n ¡ªcl¨¢sico m¨¢s o menos tedioso contra una derecha todav¨ªa capaz de miop¨ªas cerriles como la eutanasia¡ª que en la bronca Gobierno-Gobierno, fen¨®meno m¨¢s ins¨®lito y esperp¨¦ntico.
Hay algo seguro, y no importa cu¨¢nto sea ficci¨®n y cu¨¢nto real: uno de ellos perder¨¢ en este juego, quiz¨¢ los dos. De momento ambos se enfrentan a la necesidad de convertir esa confrontaci¨®n en un relato rentable. Iglesias insiste en presentarse como el genuino palad¨ªn del progreso social enfrentado a la resistencia socialdem¨®crata de un PSOE demasiado reacio a romper con el statu quo de los privilegiados. Eso encaja en la l¨®gica populista de buenos y malos sin demasiados matices, apelando a las emociones primarias. Claro que no parecen enga?ar a nadie, o cada vez a menos. Tocan fondo en las encuestas, y la ¨²ltima de GAD3 ha sido demoledora: UP apenas superar¨ªa a Esquerra, reducido a la mitad de Vox. De m¨¢s de setenta a apenas veinte, partido de rango menor, mientras parece nutrir a grupos como ERC o Bildu, a los que ha dado wild card a la Direcci¨®n del Estado. En el PSOE se mantienen en su estrategia de partido institucional que sobrelleva el inc¨®modo peaje de unos socios chuscos, pero inevitables. No es f¨¢cil evaluar el descontento que pueda generar internamente. S¨¢nchez ha vaciado las instancias org¨¢nicas de debate en el partido.
En esta mec¨¢nica del Gobierno del Colisi¨®n hay mucho de wrestling, esa modalidad de lucha libre coreogr¨¢fica que funciona como performance de pocos golpes y mucho teatro. Pol¨ªticamente el asunto tiene inter¨¦s, aunque el coste puede ser demasiado alto, enredando con la Corona o la separaci¨®n de poderes. En todo caso, el pa¨ªs no est¨¢ para teatro. Ya resulta insoportable que mueran decenas de miles de compatriotas mientras la oposici¨®n sigue erre que erre con su instinto oportunista del no a todo; pero que est¨¦n muriendo esas decenas de miles de compatriotas y los dos partidos del Gobierno, responsables de la gesti¨®n p¨²blica de los recursos del Estado, est¨¦n enredados en batallitas coreogr¨¢ficas para disputarse los r¨¦ditos del poder, eso s¨ª que nos retrata en el g¨¦nero del esperpento tan definitoriamente espa?ol.
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