No hace falta morir por la patria
La controversia sobre arengas y alegor¨ªas ind¨ªgenas en los uniformes no es fanfarria
El debate en torno a los s¨ªmbolos no es festivo ni intrascendente en Bolivia, sino ideol¨®gico, privativo de un pa¨ªs sobrecargado por su heterogeneidad ¨¦tnica, las secuelas del colonialismo y las castas encomenderas y la integraci¨®n de los pueblos indios en el bienestar y la globalizaci¨®n. El presidente, Luis Arce, capit¨¢n general de las Fuerzas Armadas, deber¨¢ decidir si irrita a una parte del alto mando manteniendo la arenga ¡°Patria o muerte. ?Venceremos!¡± o recupera el grito acu?ado antes de la guerra del Chaco, ¡°Subordinaci¨®n y constancia. ?Viva Bolivia!¡±, archivado por Evo Morales en beneficio de la consigna cubana. Su sucesor acertar¨¢ si enfr¨ªa el debate, promueve la justicia social y aguanta el atosigamiento y propensi¨®n al mesianismo de Morales. El gobernante parece haber aparcado la proclama inmortalizada por Fidel Castro. La controversia sobre arengas y alegor¨ªas ind¨ªgenas en los uniformes no es fanfarria, por cuanto lo ritual tiene relevancia pol¨ªtica en el Altiplano, cuyos cuerpos de seguridad se distanciaron del presidente aimara cuando aceler¨® hacia el absolutismo y la imposici¨®n ideol¨®gica. No fue accidental que las Fuerzas Armadas fueran el centro de gravedad del golpe sui generis que le defenestr¨®.
La defensa nacional, la seguridad interna y el orden p¨²blico son compartimentos estancos en Argentina, Chile y Uruguay, pero en la mayor¨ªa de las democracias latinoamericanas la milicia disfruta de una elasticidad funcional que permite su despliegue en operaciones de naturaleza policial y represiva, incompatibles con la preparaci¨®n de la tropa y la protecci¨®n de los derechos humanos. Precario su encaje en los textos fundamentales, las bayonetas sostienen democracias que dejaron de serlo, Venezuela y Nicaragua, y se reacomodan en Bolivia.
Arce relev¨® a la jefatura anterior. Era previsible. Pero, aunque quisiera, no podr¨ªa acometer una depuraci¨®n tan profunda como la de Hugo Ch¨¢vez tras el golpe de 2002. Las purgas alumbraron la soluci¨®n: el centuri¨®n Vladimir Padrino, juramentado contra el acceso de la oposici¨®n venezolana al poder pol¨ªtico. Morales no encontr¨® el sosias andino porque Venezuela no es Bolivia, con sindicatos y movimientos ciudadanos organizados y beligerantes.
En su libro Bolivia: militares y polic¨ªas. Fuego cruzado en democracia, el oficial retirado Juan Ram¨®n Quintana, ministro con Morales, escribi¨® que el recurrente empleo de las Fuerzas Armadas en el control de conflictos sociales introdujo pautas ideol¨®gicas regresivas. La Escuela de Comando Antiimperialista General Torres fue creada para empotrar pautas anticapitalistas, contrarrestando el adoctrinamiento del Pent¨¢gono y la CIA en la Escuela de las Am¨¦ricas: el anacr¨®nico bucle. Mejor ser¨ªa confinar a los militares en sus deberes constitucionales y, mucho mejor, abrir escuelas y dispensarios, sin patrioterismos ni invocaciones a la parca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.