Novela del Rey

Har¨¢ de esto m¨¢s de 30 a?os, y no s¨¦ si el coprotagonista lo ha contado por escrito, aunque lo recordar¨¢; yo recuerdo su relato oral. El actual Rey de Espa?a era entonces un Pr¨ªncipe estudiante, y por iniciativas del aparato real o propias se solicit¨® a un destacado novelista a¨²n joven y de creciente prestigio internacional darle al heredero unas lecciones privadas sobre literatura y novela. El improvisado profesor, que tambi¨¦n lo fue de rango universitario y acept¨®, referir¨ªa despu¨¦s ante unos amigos el inter¨¦s genuino, las preguntas y la atenta escucha un tanto ingenua, pero no bobalicona de aquel Felipe que a¨²n no hab¨ªa pisado el umbral de la historia de nuestro pa¨ªs.

Me he acordado de esa visita sin lucro a palacio ahora que el Rey se enfrenta a un trascendental episodio de ficci¨®n en mon¨®logo. Felipe VI presenta ma?ana un cortometraje que no competir¨¢ en festivales pero en el que se juega mucho, ante unos, sus enemigos, y ante otros, los que no lo somos de forma incondicional. Alguna que otra vez me he preguntado qui¨¦n filma los discursos regios (o los presidenciales) en pa¨ªses en los que el cine es un arte mayor. ?Llama aqu¨ª la Casa Real a Isabel Coixet para la puesta en escena? ?Pone las luces Alcaine? ?Qui¨¦n dispone la foto familiar y las banderas de atrezo? Las corbatas la verdad es que no suelen relampaguear, y en la m¨²sica de fondo, predeterminada por el himno nacional, poco podr¨ªa hacer Alberto Iglesias. Todo esto no es man¨ªa de cin¨¦filo ni frivolidad de alta costura. El guion s¨ª que importa: el Rey ha de vivirlo con convicci¨®n, sin representarlo.

Cin¨¦ma v¨¦rit¨¦. Si lo hace bien, podr¨ªa ser la pel¨ªcula del a?o. La que dejara, ya que no dinero en las arcas de la castigada industria, un buen sabor de boca. Mal nos ir¨¢n las cosas si sale un bodrio.