Alivio europeo
El acuerdo comercial UE-Reino Unido aleja el caos y mantiene muchas ventajas
El acuerdo alcanzado ayer entre la Uni¨®n Europea y el Reino Unido para el tratado comercial que los vincular¨¢ desde el 1 de enero, alcanzado una semana antes del plazo m¨¢ximo, salva a la isla del desastre y supone para los europeos un gran alivio. Los 27 no afrontar¨¢n un Brexit ca¨®tico que habr¨ªa distorsionado su econom¨ªa, agravado los efectos de la recesi¨®n pand¨¦mica y sembrado de incertidumbres el inmediato futuro, aunque la p¨¦rdida de un socio significativo no sea motivo ninguno para lanzar cohetes.
El objetivo clave de la Uni¨®n de mantener una zona de libre comercio ¡ªde mercanc¨ªas¡ª con la isla, basada en el triple lema ¡°aranceles cero, cuotas cero y dumping [competencia desleal] cero¡± se ha cubierto con holgura. Claro que eso interesa tambi¨¦n a la otra parte, pero importa recordar que la UE mantiene desde 1999 un continuo super¨¢vit comercial, que en 2019 alcanz¨® los 100.000 millones de euros a favor de los 27, para saber qui¨¦n sale m¨¢s beneficiado de un estatuto pr¨®ximo al statu quo. La recuperaci¨®n por el Reino Unido de una supuesta plena soberan¨ªa normativa, fronteriza y pesquera es relativa: Londres no podr¨¢ hacer uso de ella en perjuicio de Europa, so pena de afrontar las penalizaciones estipuladas. Y el cap¨ªtulo pesquero ha sido m¨¢s simb¨®lico y t¨¢ctico que esencial. Los esfuerzos propagand¨ªsticos de Johnson por ensalzar sus resultados se explican no solo por su car¨¢cter y por lo que personalmente se juega en este envite, aproximadamente todo, sino tambi¨¦n porque necesita doblegar la resistencia de los grupos ultras y taponar cr¨ªticas territoriales como las ya desatadas desde Escocia.
Los fuegos de artificio se apagan en poco tiempo. Los ciudadanos brit¨¢nicos deber¨ªan reflexionar sobre por qu¨¦ fallaron los c¨¢lculos de que un paseo que se promet¨ªa poco menos que militar rendir¨ªa a los continentales. Los 27 no exhibieron en ning¨²n momento signos de divisi¨®n. Incluso el intento de ¨²ltima hora de utilizar el asunto de la pesca para enemistar a franceses (inquietos por su presencia en los caladeros brit¨¢nicos) y alemanes (preocupados por la automoci¨®n) se sald¨® con la negativa concertada de Angela Merkel y Emmanuel Macron a cogerle el tel¨¦fono a Johnson y puentear as¨ª a los negociadores de la Comisi¨®n. Es el s¨ªntoma de algo m¨¢s profundo: doblan las campanas por el divide et impera practicado por Londres durante siglos para frustrar la emergencia de un poder hegem¨®nico europeo.
Tampoco funcion¨® la alianza con Washington, al apostar Johnson por el caballo perdedor, Donald Trump. Y en el ¨²ltimo minuto, las ominosas colas fronterizas debidas a la crisis de la segunda cepa de la covid mostraron a la poblaci¨®n la estupidez del aislacionismo voluntario.
Con todo, los europeos tender¨¢n una mano de leal amistad a los brit¨¢nicos. Mucho los une, no solo hacia el pasado, sino hacia el futuro. Quedan a¨²n acuerdos que tejer y firmar (sobre servicios financieros, sobre Gibraltar...) y la responsabilidad por los errores, desaires e invectivas de sus dirigentes no deben recaer sobre ellos.
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