Ser y tiempo

Hubo un tiempo muy remoto, cuando a¨²n no hab¨ªa n¨²meros, ni fechas ni calendarios, en que la edad no exist¨ªa. Nadie cumpl¨ªa a?os. Solo se cumpl¨ªan soles y lunas. El nacimiento estaba marcado por recuerdos de cosechas buenas o malas, por vacas gordas o flacas, por crecidas y bajadas de los r¨ªos, por sequ¨ªas, guerras, epidemias y cat¨¢strofes naturales o por una extra?a conjunci¨®n de los astros que solo algunos magos de la tribu sab¨ªan su significado. Como tampoco hab¨ªa espejos en que mirarse, nadie conoc¨ªa el propio rostro sino reflejado en el rostro de los dem¨¢s; en la mirada del otro se hallaba la respuesta de la seducci¨®n o rechazo que uno provocaba. Hoy la vida est¨¢ sometida a la rueda dentada de las horas, los d¨ªas, los meses, los a?os y los espejos son testigos inmisericordes de la crueldad con que el tiempo nos devora. Pero no es el tiempo sino el calendario el verdugo. El tiempo es una esfera blanca de un reloj sin n¨²meros ni agujas. O sea, nada. La aut¨¦ntica revoluci¨®n de la cultura solo llegar¨¢ despu¨¦s de rebelarse contra todos los aniversarios, de destruir todos los calendarios para volver a medir el tiempo por los hechos esenciales felices o tr¨¢gicos que acontezcan en nuestras vidas, por los peligros que uno haya sorteado, por la cantidad de risas o l¨¢grimas que haya podido acopiar. En eso consiste realmente la historia. En estos d¨ªas de fin de a?o de 2020 en medio de una pandemia desoladora se ha producido la conjunci¨®n planetaria de J¨²piter y Saturno con la Tierra, un acontecimiento c¨®smico que no suced¨ªa desde 1623 y que no se repetir¨¢ hasta 2080. Podr¨ªa uno jurar que cuando este fen¨®meno se produzca de nuevo esta pandemia ocupar¨¢ un par de l¨ªneas en letra peque?a a pie de p¨¢gina en los manuales de la historia. Ser¨¢n los ni?os y adolescentes de hoy quienes recordar¨¢n este A?o Nuevo 2021 surgiendo de la noche brumosa de los sue?os.