Europeos en China
El acuerdo de inversiones facilita la entrada de las empresas de la UE en el gigante asi¨¢tico
La UE y China acaban de cerrar un importante acuerdo de inversiones que facilitar¨¢ la entrada, actividad y expansi¨®n de las empresas europeas en territorio del gigante asi¨¢tico. El pacto, perseguido sin pausa durante siete a?os, ha recibido el empuj¨®n final bajo presidencia alemana. Con ¨¦l, la canciller Angela Merkel se apunta logros significativos en la agenda que prioriz¨®: la lucha contra la recesi¨®n econ¨®mica, el manejo del populismo iliberal tanto exterior (la unilateralista presidencia de Donald Trump) como interior (las derivas de Polonia y Hungr¨ªa) y este acuerdo con China.
Con ¨¦l se garantiza igual trato a las empresas europeas que a las chinas en sectores de los que estaban excluidas, como finanzas, salud, medioambiente o transporte, y se elimina la exigencia de crear compa?¨ªas mixtas para acceder a distintos ¨¢mbitos de aquel mercado, tradicional fuente de nepotismo y corrupci¨®n. Junto con los nuevos requisitos de transparencia en el otorgamiento de subsidios p¨²blicos, destacan las limitaciones a la transferencia obligatoria de tecnolog¨ªa europea a empresas de aquel pa¨ªs y los compromisos del Gobierno comunista de cumplir convenios sobre derechos laborales de la OIT como el que proh¨ªbe los trabajos forzados.
Tambi¨¦n China mejora su acceso a territorio europeo en sectores como las energ¨ªas renovables, e intenta afianzar su estrategia de ganarse cierta tolerancia de un continente, el europeo, que puede mitigar la dureza negociadora de EE UU una vez disipada la vol¨¢til intransigencia de Trump. Aun as¨ª, Europa y EE UU comparten, hacia dentro y hacia fuera, principios que Pek¨ªn incumple o sortea en asuntos econ¨®micos clave, como la propiedad intelectual (contra las falsificaciones) o las ayudas de Estado arbitrarias (sobre todo a empresas p¨²blicas).
La Administraci¨®n entrante del electo Joe Biden ha mostrado, con suavidad, pero claramente, su incomodidad por el calendario del acuerdo. Pero no se trata de un acto sorpresivo, pues se ven¨ªa negociando desde hace tiempo y con la p¨²blica intenci¨®n de concluirlo antes de final de 2020; ni gratuito, porque se corresponde con la estrategia europea de trenzar una red de acuerdos comerciales bilaterales (con Jap¨®n, Canad¨¢, M¨¦xico, Mercosur...) como alternativa al desguace del multilateralismo y de la OMC iniciado por Washington bajo el presidente cesante. Tampoco es hostil, pues el acuerdo iguala el acceso de las empresas europeas al mercado chino con el que tienen las estadounidenses, recuerda Bruselas.
Las reservas de sectores del Parlamento Europeo por la violaci¨®n china de los derechos fundamentales tienen sentido; pero tambi¨¦n debe constatarse el progreso que supone el acuerdo en derechos laborales y pol¨ªtica medioambiental. Asuntos cuyo enfoque es mejor que ayer y nada impide que (junto con otros) sea peor que ma?ana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.