T¨² la llevas
Hay enfermedades que no nacen solas. Mientras ignoremos el d¨®nde y el por qu¨¦, acabar con ellas requiere no s¨®lo el cuidado, sino la rapidez
En mi infancia jugar a tula no ten¨ªa nada que ver con Unamuno, ni con t¨ªas; esos dos temperamentos estaban excluidos de mi colegio de curas. El juego consist¨ªa en pasarse los chicos unos a otros la humillaci¨®n de un toque al hombro si no corr¨ªas lo bastante para eludirlo: ¡°?T¨² la llevas!¡±, y empezaba tu b¨²squeda de un colegial rollizo o tard¨®n a quien hacerle portador de la culpa. Ganaba el que al fin del recreo se iba sin golpe. En alguna provincia espa?ola m¨¢s retorcida que la m¨ªa pegaban, me han contado, no solo el toque sino una chapa de gaseosa en el babi de cada v¨ªctima, como bald¨®n que hab¨ªa cuanto antes que quitarse de encima.
Me he acordado del tula al ver a los expertos que han ido a China a dilucidar qui¨¦n fue el primer transmisor de la covid-19. ?Importa eso? Se trata sin duda de personas competentes que no viajan all¨ª para cargarle el mochuelo a nadie; sus averiguaciones, si les dejan hacerlas, podr¨ªan dar rostro o genealog¨ªa al virus. El mes pasado el canal franc¨¦s Histoire TV estren¨® Le patient z¨¦ro, un documental de Laurie Lynd que refleja otra pandemia de fines del siglo XX, el sida, que s¨ª tuvo un paciente cero identificado, el ayudante de vuelo de Air Canada Ga?tan Dugas, cuya historia personal y la grave crisis de esa enfermedad enlaza Lynd con acierto, disponiendo de 40 a?os de hemerotecas, videotecas, testigos y evidencias: el culpable Dugas no fue tal, se descubre, y ¡°la epidemia gay¡± adem¨¢s de mundial, se hizo pansexual.
El d¨ªa en que estas buenas personas de Wuhan empezaron su misi¨®n cient¨ªfica, una octogenaria reci¨¦n vacunada en Canarias estuvo filos¨®fica en el telediario: ¡°Las enfermedades no se curan solas¡±. Tampoco nacen solas unas cuantas. Mientras ignoremos el d¨®nde y el porqu¨¦, acabar con ellas requiere no s¨®lo el cuidado, sino la rapidez. T¨² la llevas.
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