Pirandello en el Congreso
El divorcio de nuestros pol¨ªticos con las necesidades objetivas del pa¨ªs es tal, que hay que hacer un esfuerzo may¨²sculo para pensar que haya alg¨²n grupo con capacidad para representar al todo, a Espa?a en su conjunto
Les supongo enterados del ¨²ltimo espect¨¢culo al que asistimos el pasado jueves en el Congreso de los Diputados con motivo de la tramitaci¨®n del decreto sobre el reparto y la gesti¨®n y gobernanza de los fondos europeos de recuperaci¨®n. Lo que votaron unos y otros, c¨®mo lo argumentaron, y el resultado final. Se ha dicho que todo responde a la inminencia de las elecciones catalanas, aunque yo soy m¨¢...
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Les supongo enterados del ¨²ltimo espect¨¢culo al que asistimos el pasado jueves en el Congreso de los Diputados con motivo de la tramitaci¨®n del decreto sobre el reparto y la gesti¨®n y gobernanza de los fondos europeos de recuperaci¨®n. Lo que votaron unos y otros, c¨®mo lo argumentaron, y el resultado final. Se ha dicho que todo responde a la inminencia de las elecciones catalanas, aunque yo soy m¨¢s de la tesis de que hace tiempo ya que nuestros partidos pol¨ªticos no saben el territorio que pisan y, por tanto, carecen de un guion consistente. Fuera, claro est¨¢, de lo que en cada momento consideran que constituye su propio inter¨¦s. Su divorcio con las necesidades objetivas del pa¨ªs es tal, que hay que hacer un esfuerzo may¨²sculo para pensar que haya alg¨²n grupo con capacidad para representar al todo, a Espa?a en su conjunto. Cada cual, perdonen la redundancia, acaba representando as¨ª a una representaci¨®n caricaturizada de lo que considera que son sus electores potenciales o lo que creen que complacer¨¢ a sus mariachis medi¨¢ticos o a sus legiones online.
El resultado est¨¢ a la vista. Ya apenas nos sirven esas c¨®modas distinciones como bibloquismo o Gobierno/oposici¨®n. Los bloques se cohesionan o dividen de formas cada vez m¨¢s caprichosas hasta llegar a la apoteosis final del otro d¨ªa: Vox otorgando al Gobierno la aprobaci¨®n de su decreto. El PP, socio de Vox en tantas comunidades aut¨®nomas y ayuntamientos, tach¨¢ndolo de traidor, cuando hace unos meses se desentend¨ªa de ¨¦l. Vamos a ver, ?estamos a setas o a Rolex? Y qu¨¦ decir de una situaci¨®n en la que la oposici¨®n est¨¢ casi m¨¢s dentro del Gobierno que fuera de ¨¦l. ?Hab¨ªan o¨ªdo alguna vez el caso en el que un miembro de un Gobierno amenace a otro ministro con hacerle una huelga general si no accede a sus pretensiones? Parece el comienzo de un chiste de Eugenio.
Esto es lo que se nos est¨¢ representando a la perpleja audiencia ciudadana. Y ya no sabemos bien si nuestra democracia ¡ªteatrocracia, m¨¢s bien¡ª se inclina m¨¢s hacia el teatro del absurdo, con esa mezcla de pesimismo profundo y humor grotesco, o al modelo de Pirandello, a actores pol¨ªticos que ignoran si son actores o personajes, o si lo que representan se ajusta a alguna realidad o es pura ficci¨®n. El problema ¡ªpara ellos¡ª es que la ciudadan¨ªa s¨ª sabe cu¨¢l es la realidad a la que se enfrenta y lo que est¨¢ en juego. Y no est¨¢ dispuesta a dejar que se frustren sus perspectivas para la pr¨®xima d¨¦cada por los irresponsables tacticismos de personajes pol¨ªticos en busca del aplauso de los suyos. Porque resulta, adem¨¢s, que los suyos al final somos todos, y si no lo ven es que no han entendido nada de esta crisis.
Coda: Es imprescindible atribuir una responsabilidad especial en este desaguisado a los dos grandes partidos, PSOE y PP, que han renunciado a ejercer de eso que tanto presumen, ser partidos de Estado. Si no son capaces de ponerse de acuerdo en una m¨ªnima defensa del orden institucional, en el combate a la pandemia y en c¨®mo gestionar los fondos europeos m¨¢s vale que renuncien a tan pomposo t¨ªtulo. Ya estamos curados de espanto.