Federalismo y oportunismo
Un hipot¨¦tico Gobierno constitucionalista en Catalu?a estar¨ªa m¨¢s en l¨ªnea con la nueva Europa
El pr¨®ximo d¨ªa de San Valent¨ªn se va a decidir cu¨¢l ser¨¢ la Generalitat que gestionar¨¢ la reconstrucci¨®n en Catalu?a tras la mayor crisis desde la Guerra Civil. Cuando se hizo el trueque de Iceta por Illa, se volvi¨® a o¨ªr la letra ¡°F¡±. No me refiero a la ¡°F¡± en ingl¨¦s, sino a la ¡°F¡± en castellano que, como aquella, fue tab¨² en el pasado y a menudo es mal usada: la ¡°F¡± de federalismo. Una vez e...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
El pr¨®ximo d¨ªa de San Valent¨ªn se va a decidir cu¨¢l ser¨¢ la Generalitat que gestionar¨¢ la reconstrucci¨®n en Catalu?a tras la mayor crisis desde la Guerra Civil. Cuando se hizo el trueque de Iceta por Illa, se volvi¨® a o¨ªr la letra ¡°F¡±. No me refiero a la ¡°F¡± en ingl¨¦s, sino a la ¡°F¡± en castellano que, como aquella, fue tab¨² en el pasado y a menudo es mal usada: la ¡°F¡± de federalismo. Una vez en campa?a ni Illa ni Iceta tienen inter¨¦s de sacar la ¡°F¡± a relucir. Ciertamente no es el momento de entrar en discusiones sem¨¢nticas ¡ªEstado federal, plurinacional, etc¨¦tera¡ª y seguramente solo los extremos del espectro electoral van a sacarla, para negarla: el independentismo de Junts y el centralismo de Vox.
Sin embargo, en el fondo de la discusi¨®n electoral est¨¢ la letra ¡°F¡±: vivimos en un mundo absolutamente interdependiente ¡ªcomo la covid-19 nos ha recordado¡ª en el que la intergobernabilidad es la norma; ¡°no-F¡± est¨¢ fuera de lugar. De hecho, en una definici¨®n amplia, y com¨²nmente aceptada en las ciencias sociales, el Estado espa?ol del siglo XXI es federal, y tras el Brexit, la gesti¨®n de la pandemia y el Next Generation EU, la Uni¨®n Europea est¨¢ en la pr¨¢ctica siendo m¨¢s federalista. Pero, como Estados federales, tanto la UE como Espa?a tenemos nuestras disfuncionalidades. Por ejemplo, la UE se ha visto desbordada por las vacunas, y que en el mapa pand¨¦mico de la UE del mes de enero Espa?a sea el pa¨ªs con m¨¢s regiones en rojo, muestra que nuestra gesti¨®n ¡°auton¨®mica¡± de la sanidad deja mucho de desear.
De los contratos de vacunas al seguimiento de los infectados, qui¨¦n es responsable, o corresponsable, de qu¨¦ debe estar claro y debe tener la capacidad adecuada para hacerlo eficientemente. Este es un principio federalista b¨¢sico. Por ejemplo, si no fuese porque la seguridad sanitaria ¡ªy en Europa los servicios sanitarios¡ª es un bien p¨²blico (del que la UE se ha empezado a corresponsabilizar) o no existiesen problemas de contagio (externalidades), el mercado competitivo ser¨ªa la forma eficiente de asignar los recursos sanitarios. Pero precisamente la interdependencia que da raz¨®n de ser a las formas intergubernamentales de gesti¨®n conlleva su propio virus, o c¨¢ncer: el oportunismo. De hecho, un buen sistema federal es el que, con sus instituciones, normas y comportamientos, minimiza el oportunismo. Sin embargo, en nuestro caso, el oportunismo est¨¢ en la ra¨ªz del proc¨¦s.
Como es bien sabido, siendo la ¡°F¡± un tab¨², responsabilidades y corresponsabilidades no se establecieron bien en nuestra Constituci¨®n. A¨²n peor, nuestro Estado auton¨®mico se ha descentralizado ¡ªpor ejemplo, en sanidad y otros aspectos, m¨¢s que en la Alemania federal¡ª no siguiendo unas pautas de racionalidad federal, sino a menudo por el oportunismo de traspasar competencias a cambio del apoyo para formar Gobierno o aprobar unos presupuestos. Ganancias inmediatas de unos (PP o PSOE) y a largo plazo de otros (el nacionalismo pragm¨¢tico, de Pujol y seguidores y del PNV, ganando cotas de autogobierno). Pero la distorsi¨®n que este oportunismo genera en un Estado descentralizado es a¨²n mayor: favorece que otras comunidades digan ¡°yo tambi¨¦n¡± y que en las negociadoras el votante, aunque no lo sea, vote nacionalista (ahora independentista pragm¨¢tico) ya que o es rentable o, si las promesas no se cumplen, porque el Gobierno central no es cre¨ªble. En 40 a?os de Estado auton¨®mico se han hecho 2.000 transferencias, sin seguir una pol¨ªtica clara y compartida de descentralizaci¨®n y corresponsabilidad (PSOE 1.378 y PP 367).
Lo que nos lleva a la situaci¨®n actual en Europa, Espa?a y Catalu?a. La reconstrucci¨®n va a poner a todos a prueba. La crisis ha sido grave para todos, pero, por mala suerte y mala historia, mucho peor para los pa¨ªses del Sur. Mientras en estos se discute c¨®mo se van a gastar los fondos y las deudas (?qu¨¦ me toca a m¨ª?), en los del Norte se preguntan ?qui¨¦n lo va a pagar? (?y las deudas no se cancelan!). Las reformas del Recovery Fund deber¨ªan cerrar esta brecha peligrosa y responder con responsabilidad a la pregunta, pero con Gobiernos mediopopulistas las reformas est¨¢n en entredicho.
Como ha sido en el pasado, Catalu?a podr¨ªa ser motor innovador en las reformas y la recuperaci¨®n de Espa?a, pero ?con qu¨¦ Gobierno de la Generalitat? Es dif¨ªcil pensar que lo sea con el ¡°independentismo pragm¨¢tico¡± de ERC (la recuperaci¨®n de Catalu?a y Espa?a son interdependientes), con un nuevo tripartit (Illa dependiendo de los comunes y ERC) o un mediopopulista (Illa dependiendo de los comunes). ?Y si en contra de lo que dicen los sondeos hubiese una mayor¨ªa constitucionalista? Ciertamente ser¨ªa un Gobierno m¨¢s en l¨ªnea con la nueva Europa, que deber¨ªa cumplir a rajatabla dos principios, por tantos a?os olvidados: la Generalitat es el Gobierno de todos los ciudadanos de Catalu?a y es parte de dos Estados federales a mejorar.
Ramon Marimon es Pierre Werner Chair y profesor de Econom¨ªa del European University Institute (Florencia) y de la Universitat Pompeu Fabra (Barcelona).