Apoyo p¨²blico para la natalidad
Se necesitan medidas para paliar el acentuado declive demogr¨¢fico espa?ol
La pandemia lleva camino de dar un nuevo golpe a la natalidad en Espa?a. De momento, ya ha tenido un efecto claro sobre el n¨²mero de nacimientos en los meses de diciembre y enero, que corresponden a las gestaciones de abril y mayo, cuando el pa¨ªs entero tuvo que confinarse para frenar la propagaci¨®n del virus. Los registros civiles informatizados, que recogen datos del 93% de la poblaci¨®n espa?ola, constatan una ca¨ªda del 22,6% respecto al mismo periodo del a?o anteri...
La pandemia lleva camino de dar un nuevo golpe a la natalidad en Espa?a. De momento, ya ha tenido un efecto claro sobre el n¨²mero de nacimientos en los meses de diciembre y enero, que corresponden a las gestaciones de abril y mayo, cuando el pa¨ªs entero tuvo que confinarse para frenar la propagaci¨®n del virus. Los registros civiles informatizados, que recogen datos del 93% de la poblaci¨®n espa?ola, constatan una ca¨ªda del 22,6% respecto al mismo periodo del a?o anterior. Descensos similares se observan en otros pa¨ªses golpeados por la pandemia como Italia (21,6%) o Francia (13%), pero la ca¨ªda es especialmente preocupante en Espa?a porque incide sobre una tasa de fertilidad que ya est¨¢ bajo m¨ªnimos. Estos datos permiten augurar que a final de 2021 los nacimientos se situar¨¢n por debajo de los 360.617 de 2019, el a?o de menor natalidad desde que en 1941 se inici¨® la serie hist¨®rica.
La crisis provocada por el coronavirus reforzar¨¢ una tendencia demogr¨¢fica que obedece a causas estructurales. Una encuesta reciente ha revelado que entre las parejas que hab¨ªan proyectado tener un hijo en los pr¨®ximos meses, la mitad ha decidido posponer el embarazo y casi un 30% ha desistido. La incertidumbre laboral y vital incide especialmente en las generaciones j¨®venes. El cierre de actividad se ha concentrado en sectores y servicios muy precarizados en los que trabajan muchos j¨®venes, y aunque los ERTE han mitigado los efectos, la p¨¦rdida del empleo o el miedo a perderlo pesa como una losa a la hora de planificar el futuro.
La tasa de fecundidad ha bajado de 1,4 a 1,2 hijos por mujer, una de las m¨¢s bajas del mundo, entre 2008 y 2019. La edad de la primera maternidad est¨¢ ya en 32 a?os. A partir de ese momento la fertilidad cae de manera que cualquier retraso en la decisi¨®n de tener el primer hijo compromete la posibilidad de embarazo. Eso hace que muchas mujeres que, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica, querr¨ªan tener dos o m¨¢s hijos, solo tengan uno o ninguno. El retraso de la maternidad comporta en muchos casos dificultades que pueden requerir un tratamiento de fecundaci¨®n asistida. Por eso, uno de los efectos colaterales de la pandemia ha sido el aumento en la lista de espera para un procedimiento de este tipo en los hospitales p¨²blicos, ante la dificultad de afrontar los costes que comporta hacerlo en un centro privado.
La primera actuaci¨®n para mitigar los efectos de la crisis deber¨ªa ser reforzar estos servicios en la sanidad p¨²blica. Pero para remontar la natalidad hasta unos niveles menos depresivos har¨¢ falta mucho m¨¢s. El pa¨ªs no recobrar¨¢ la vitalidad demogr¨¢fica hasta que no intervenga sobre las causas estructurales. De nuevo resulta evidente la necesidad absoluta de emprender pol¨ªticas que mejoren la situaci¨®n de los j¨®venes, tanto en el mercado laboral ¡ªreduciendo la precariedad, con mejoras del salario m¨ªnimo en cuanto se haya superado la fase m¨¢s oscura de la crisis¡ª como en el sistema educativo ¡ªde cuya calidad depende en buena medida el ¨¦xito profesional¡ª y el acceso a la vivienda. Se trata de un desaf¨ªo estrat¨¦gico de importancia enorme. Ser¨ªa un error nefasto subestimarlo solo porque el impacto no es inmediato.