?Qu¨¦ podemos esperar del permiso de paternidad de 16 semanas?
Parece que el pr¨®ximo a?o cuidaremos mejor de las vidas de los menores y los mayores, dos buenas noticias, aunque con algunos matices para los reci¨¦n nacidos
Por fin, los hombres que van a ser padres a partir del 1 de enero de 2021, tendr¨¢n el mismo derecho que las madres a un permiso por nacimiento y cuidado de menor retribuido al 100% de su base de cotizaci¨®n. La justa equiparaci¨®n de derechos sociales para hombres y mujeres respecto a la crianza va a llegar en medio de una pandemia mundial y a la vez que la vacuna contra la covid-19. Parece que el pr¨®ximo a?o cuidaremos mejor de las vidas de los menores y los mayores, dos buenas noticias, aunque con algunos matices para los menores.
?Qu¨¦ podemos esperar del nuevo permiso intransferible para los hombres? ?Los padres lo usar¨¢n? ?De qu¨¦ forma? ?Se implicar¨¢n m¨¢s en los cuidados? ?Las madres podr¨¢n volver a sus empleos mientras que los padres cuidan solos del menor? Voy a ofrecer unas respuestas basadas en la evidencia emp¨ªrica disponible. En cuanto al uso del permiso, sabemos que alrededor de un 80% de los padres empleados usaron las cinco semanas de permiso que hab¨ªa en 2018. Si las pautas de uso recientemente analizadas contin¨²an su tendencia, entonces una abrumadora mayor¨ªa de los padres empleados por cuenta ajena usar¨¢n el permiso y algo menos los empleados por cuenta propia; los empleados no cualificados lo usar¨¢n incluso algo m¨¢s que los profesionales de alto nivel; los empleados con contrato temporal tambi¨¦n lo disfrutar¨¢n de manera similar a los que tienen contratos indefinidos y tambi¨¦n los padres con un nivel de ense?anza obligatoria comparado con los universitarios. Al ser un derecho intransferible e ir acompa?ado de una prestaci¨®n bien remunerada, los padres empleados se lo han tomado masivamente. Otra cuesti¨®n es de qu¨¦ forma usar¨¢n los padres esas 16 semanas. Para contestar a esta pregunta no disponemos de datos, ya que son muy escasos los que publica la seguridad social y no representativos otros recientes. De momento solo podemos hacer deducciones a partir del dise?o legal.
Los padres est¨¢n obligados por ley a usar el permiso despu¨¦s del nacimiento o adopci¨®n del menor de forma ininterrumpida durante seis semanas, por lo que estar¨¢n de permiso a la vez que la madre (en parejas heterosexuales) durante un mes y medio. El resto, las 10 semanas voluntarias pueden ser disfrutadas dentro del primer a?o de vida del menor, simult¨¢neamente a la madre o turn¨¢ndose con esta cuando ella se reincorpore al trabajo. ?Por qu¨¦ no se ha dejado la decisi¨®n de c¨®mo repartir el disfrute de todas las 16 semanas al padre y a la madre? Seg¨²n la PPiiNA (plataforma por permisos iguales e intransferibles de nacimiento y adopci¨®n), este detalle legislativo parece haber sido el peaje que han pagado PSOE y Podemos para contentar a la CEOE, a la que sigue sin gustarle el permiso de paternidad y tampoco que los padres se ausenten del trabajo en igual medida que las madres para corresponsabilizarse de los cuidados. Si la madre y el padre se pudiesen turnar, por ejemplo, estando los dos juntos dos semanas al principio, despu¨¦s ella las restantes 14 semanas y ¨¦l a continuaci¨®n 14 semanas, la criatura podr¨ªa ser cuidada m¨¢s tiempo en el seno familiar. Esta traba a la corresponsabilidad en los cuidados no es la ¨²nica, porque tambi¨¦n se ha colado otro importante detalle.
La modalidad de disfrute de las 10 semanas de uso voluntario, despu¨¦s de las seis semanas obligatorias, hay que negociarlas ahora con la empresa para acordar si estas se toman a tiempo parcial o completo y si por semanas sueltas o de forma ininterrumpida. Antes de la equiparaci¨®n del permiso de paternidad al de maternidad, la madre ten¨ªa el derecho de usar su permiso a tiempo completo y de forma ininterrumpida sin tener que negociarlo con su empresa. Ahora que se ampl¨ªa el derecho a los hombres, ha dejado de ser una prerrogativa de la persona trabajadora. Este cambio generar¨¢ tensiones entre el derecho del menor a ser cuidado por su padre y la disponibilidad que exigir¨¢n muchos directivos a sus empleados varones.
Al final, los estereotipos de g¨¦nero que atribuyen el cuidado a las madres y el sustento al padre se han colado en la ley. Las presiones de los supervisores, de los compa?eros de trabajo y los micromachismos se alzar¨¢n en obst¨¢culos que los padres tendr¨¢n que superar para ausentarse de sus puestos de trabajo el mismo n¨²mero de semanas que las madres, del tir¨®n y a tiempo completo, para cuidar de forma corresponsable. Formalmente, se presionar¨¢ a los padres para cogerse el permiso a tiempo parcial o por semanas, cuando a la empresa le convenga. Las concesiones a la patronal nos muestran que todav¨ªa muchas personas, incluso en los sindicatos mayoritarios, se imaginan a los padres siempre disponibles para la empresa, en primer lugar, y como ayudantes de las madres, en segundo lugar.
Entonces, a la vista de la letra peque?a de la reforma, es de esperar que los padres, cuando est¨¦n las primeras seis semanas obligatorias en el hogar, se impliquen m¨¢s que ahora en los cuidados del menor y de la madre; como ayudantes para realizar gestiones, tareas dom¨¦sticas y aprender a cuidar del menor. Despu¨¦s del tiempo en com¨²n, los padres y madres con voluntad firme de cuidar de forma corresponsable, es decir turn¨¢ndose en los cuidados a lo largo del primer a?o del menor, podr¨¢n hacerlo si el padre consigue nadar a contracorriente de los estereotipos de g¨¦nero y en su empresa se lo permiten sin penalizarle por ello. En los dem¨¢s casos, las madres seguir¨¢n sacrificando sus empleos, sus puestos de trabajo a tiempo completo o sus avances laborales para convertirse en cuidadoras principales y fuerza laboral secundaria m¨¢s f¨¢cilmente prescindible. Hasta que el Gobierno no nos ofrezca buenos datos representativos no sabremos cu¨¢ntos padres acabar¨¢n haciendo un uso del permiso como padre ¡°ayudante¡± o ¡°corresponsable¡±. Estamos a tiempo de eliminar la obligatoriedad de un uso ininterrumpido de seis semanas y devolver a los padres el derecho a decidir c¨®mo usar su permiso. El Gobierno lo puede cambiar f¨¢cilmente, porque no conlleva coste econ¨®mico. ?Ser¨¢ capaz de impulsar la corresponsabilidad real?
Teresa Jurado Guerrero es profesora titular de la UNED y activista de la PPiiNA.
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