Riesgo de retroceso en Catalu?a
Un Parlament insurgente volar¨¢ toda perspectiva de un regreso al pragmatismo
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Este viernes finaliza el plazo para constituir la nueva Mesa del Parlament de Catalu?a, un mes despu¨¦s de las elecciones del 14-F. Es un hito fundamental para recuperar el normal funcionamiento de las instituciones de autogobierno; un requisito previo a la restauraci¨®n de la vida pol¨ªtica tras un decenio de tensi¨®n y fractura y para la recuperaci¨®n de la declinante econom¨ªa del Principado.
A pocas horas de concluir el plazo, la urgencia prometida por el partido mejor colocado en la carrera por la Generalitat ¡ªEsquerra Republicana, ERC, pues dispone de la posibilidad de articular distintas mayor¨ªas parlamentarias¡ª para elegir esa Mesa, que marcar¨¢ el tono de la nueva legislatura, no ha cristalizado. Pero todos los s¨ªntomas apuntan a una desgraciada prolongaci¨®n de la anterior nefasta etapa en Catalu?a. La negociaci¨®n de ERC con los otros partidos secesionistas, con los que afirma pretender gobernar, ha excluido, con frivolidad y menosprecio el voto de los ciudadanos, la opci¨®n m¨¢s sensata para superar la divisi¨®n interna de Catalu?a: seleccionar una c¨²pula de la C¨¢mara con la aquiescencia ¡ªsi no complicidad activa¡ª del ganador, el partido socialista de Salvador Illa. M¨¢s inquietante a¨²n es que las rondas negociadoras apuntan a la probabilidad de que la presidencia del Parlament acabe recayendo en manos de Junts o de la CUP. Alguno de sus parlamentarios aunar¨¢ capacidades t¨¦cnicas para ejercer la tarea. Pero es igualmente cierto que ambas formaciones predican sin desmayo el desaf¨ªo institucional, el enfrentamiento pol¨ªtico y el desacato a la justicia, mediante el incumplimiento o la violaci¨®n directa del ordenamiento estatutario y constitucional. Oscur¨ªsima es la perspectiva de un Parlament dirigido por un representante de uno de esos dos partidos.
Si esa acaba siendo la opci¨®n de Esquerra, la legislatura habr¨¢ acabado justo al iniciarse. Con costes dram¨¢ticos. Para la propia Esquerra, que habr¨¢ infligido un da?o irreparable a su proclamada estrategia de di¨¢logo, negociaci¨®n y ampliaci¨®n de la base soberanista.
Pero sobre todo, ser¨ªa catastr¨®fico para toda Catalu?a, que malbaratar¨ªa la ocasi¨®n de reenderezarse, suturando sus fracturas. Y recaer¨ªa en la misma irrelevancia econ¨®mica perceptible en la ausencia de sus gobernantes aut¨®nomicos en el acto de lanzamiento de la trascendental inversi¨®n catalana y espa?ola de Seat/Volkswagen para comprometerse en la automoci¨®n sostenible y la fabricaci¨®n de componentes clave, como la bater¨ªa el¨¦ctrica.
?ltimo riesgo, y no el menor. Retroceder a la din¨¢mica del enfrentamiento, que solo los m¨¢s extremistas parecen desear, congelar¨ªa toda din¨¢mica de entendimiento con el Gobierno de Espa?a. La retirada, ayer, de la inmunidad del antiguo president Carles Puigdemont por el Parlamento Europeo (con los votos en contra de los eurodiputados de Podemos, cuyo l¨ªder equipara al fugado con los exiliados espa?oles que hu¨ªan de la barbarie franquista) es un recordatorio de lo est¨¦ril que es esa senda. Retom¨¢ndola, resultar¨ªa impensable plantear indultos a los pol¨ªticos presos, la convocatoria de la Mesa de di¨¢logo o cualquier estrategia de reencuentro con quienes patrocinen de nuevo la ilegalidad. Y por ende, sacudir¨ªa el per¨ªmetro de la mayor¨ªa parlamentaria en la que se ha apoyado la actual coalici¨®n de gobierno entre el PSOE y Podemos y vaciar¨ªa por completo el programa territorial de esta. Tensionar, tensiona.

EDITORIAL | Frenar la anexi¨®n de hecho de Cisjordania
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