Algunas lecciones pol¨ªticas de una pandemia
La relevancia de la gesti¨®n local, la importancia de que la oposici¨®n aporte soluciones o la necesidad de la coordinaci¨®n entre las administraciones son algunas de las ense?anzas que nos deja la tragedia que vivimos
Una de las primeras visitas que recib¨ª en Alca?iz al comienzo de la pandemia fue la de Gervasio S¨¢nchez, conocido periodista y corresponsal en muchas guerras y cat¨¢strofes humanitarias. Hace unas semanas record¨¢bamos nuestro encuentro del 21 de marzo del a?o pasado, una semana despu¨¦s de declararse el estado de alarma, y hac¨ªamos repaso de lo acontecido en todo este tiempo. Me dejaba una reflexi¨®n muy relevante. En muchos de los conflictos b¨¦licos que hab¨ªa cubierto como periodista, la magn...
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Una de las primeras visitas que recib¨ª en Alca?iz al comienzo de la pandemia fue la de Gervasio S¨¢nchez, conocido periodista y corresponsal en muchas guerras y cat¨¢strofes humanitarias. Hace unas semanas record¨¢bamos nuestro encuentro del 21 de marzo del a?o pasado, una semana despu¨¦s de declararse el estado de alarma, y hac¨ªamos repaso de lo acontecido en todo este tiempo. Me dejaba una reflexi¨®n muy relevante. En muchos de los conflictos b¨¦licos que hab¨ªa cubierto como periodista, la magnitud de la tragedia humana era muy similar. La guerra de El Salvador dur¨® m¨¢s de 12 a?os entre 1979 y 1992 y le cost¨® la vida a 75.000 personas. En 1994, el c¨®lera en Ruanda caus¨® la muerte a casi 50.000 personas, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Diversos estudios coinciden en que la guerra de Bosnia en los noventa signific¨® casi 100.000 muertos. Cuando escribo estas l¨ªneas, el n¨²mero de fallecidos oficiales por la covid en Espa?a supera los 72.000, aunque algunos estudios revelan que esta cifra podr¨ªa estar cerca de los 100.000. Si comparamos estos n¨²meros con los dramas humanos que acabo de enumerar, podemos entender mejor la envergadura de la cat¨¢strofe.
Viendo todas estas cifras, no es descabellado argumentar que esta pandemia ha significado un ¡°test de estr¨¦s¡± a nuestros sistemas pol¨ªticos. La ciudadan¨ªa ha visto c¨®mo se restring¨ªan sus derechos, c¨®mo mor¨ªan personas pr¨®ximas y c¨®mo perd¨ªan parte de su bienestar econ¨®mico. Por ello, la pregunta que surge a continuaci¨®n es: ?qu¨¦ hemos aprendido desde el punto de vista pol¨ªtico en la gesti¨®n de la covid?
La primera lecci¨®n es que una tragedia humana no es una vacuna contra patolog¨ªas pol¨ªticas como el populismo o el oportunismo. De hecho, en muchos espacios pol¨ªticos han aumentado, ahondando en nuestra crisis pol¨ªtica. En la ¨²ltima semana hemos visto mociones de censura, adelantos electorales, abandono de una vicepresidencia para encabezar una lista electoral¡ Todo ello s¨®lo se explica desde los motivos de los pol¨ªticos, pero no de la ciudadan¨ªa. Desde hace bastante tiempo, la pol¨ªtica espa?ola se ha vuelto excesivamente endog¨¢mica. Adem¨¢s, toda aspiraci¨®n ¡°regeneracionista¡± que ven¨ªa de la nueva pol¨ªtica ha quedado sepultada. Las nuevas formaciones han sido la fuente de inestabilidad en estos d¨ªas.
La segunda ense?anza relevante es que la proximidad sigue siendo una de las virtudes m¨¢s importantes. Al comienzo de la pandemia, en abril del a?o pasado, Metroscopia realiz¨® una encuesta de valoraci¨®n de la actuaci¨®n de las diferentes administraciones: el 76% valoraba de forma positiva a los ayuntamientos, esta cifra era del 60% en las comunidades aut¨®nomas y s¨®lo el 41% valoraba de forma positiva al Gobierno. En el mes de octubre, el CIS pregunt¨® si hab¨ªa mejorado o empeorado la valoraci¨®n de la ciudadan¨ªa respecto de los distintos niveles de la Administraci¨®n. Los gobiernos locales obten¨ªan el mayor porcentaje de mejor¨ªa. Por tanto, los ayuntamientos se han revelado como unas administraciones muy bien valoradas en la gesti¨®n de la crisis sanitaria, a pesar de tener unas competencias muy limitadas.
Esta buena valoraci¨®n es el resultado de la proximidad con la que se ejerce el gobierno local. Durante este a?o de pandemia, los ayuntamientos hemos hecho aquello para lo que ¨¦ramos competentes, pero tambi¨¦n hemos asumido muchas funciones que no eran nuestras. Cuando uno est¨¢ al frente de la primera ¡°trinchera¡± de la pol¨ªtica es muy dif¨ªcil no hacerse cargo del estado de ¨¢nimo de la gente. Por ello resulta muy necesario revisar el modelo de financiaci¨®n de las haciendas locales. La suspensi¨®n de la regla de gasto para 2020 y 2021 es un bal¨®n de ox¨ªgeno, pero en 2022 muchos de nuestros problemas seguir¨¢n ah¨ª. Ahora que estamos a tiempo, debemos tener un modelo de haciendas locales m¨¢s propio de unas administraciones que est¨¢n muy bien valoradas por la ciudadan¨ªa y que durante la pandemia han sido fundamentales.
La tercera lecci¨®n que extraemos es que el papel de la oposici¨®n es muy importante en una democracia, especialmente en momentos de crisis. Es cierto que la oposici¨®n, por definici¨®n, se opone al Gobierno control¨¢ndolo y ofreciendo una alternativa. Pero cuando la sociedad se encuentra de forma mayoritaria en un estado de ansiedad, agobio y frustraci¨®n, los mensajes de la oposici¨®n pasan a representar un papel relevante en el estado de ¨¢nimo. En estos momentos, si podemos poner una etiqueta a la ciudadan¨ªa, es la de pesimismo extremo. Por ello necesitamos un Gobierno que resuelva los problemas, pero una oposici¨®n que sea parte de la soluci¨®n. Buscar culpables en estos momentos no aporta mucho a la ciudadan¨ªa, especialmente si alguien tiene vocaci¨®n de gobierno. En este a?o hemos asistido a una oposici¨®n en el ¨¢mbito nacional ansiosa de buscar r¨¦dito pol¨ªtico. Desafortunadamente, este comportamiento se ha trasladado ya a algunas comunidades aut¨®nomas y ayuntamientos, anticip¨¢ndose, por ejemplo, las elecciones en Madrid de forma inexplicable m¨¢s all¨¢ del r¨¦dito electoral. La inestabilidad se est¨¢ abriendo paso a mucha velocidad, algo que anticipa hast¨ªo y desconfianza de la ciudadan¨ªa hacia el funcionamiento de la democracia.
La cuarta ense?anza es que necesitamos una gesti¨®n m¨¢s eficaz. Es cierto que desde hace tiempo el funcionamiento de la Administraci¨®n se rige por principios garantistas como la transparencia y la igualdad de oportunidades. Pero, al mismo tiempo, toda la mara?a legislativa permite que las decisiones se eternicen sin actuar con la celeridad necesaria. El ciudadano se encuentra ante s¨ª con una gran burocracia que no acaba de solucionar sus problemas. Es por ello que en las Cortes de Arag¨®n, por ejemplo, hemos aprobado recientemente, dentro de nuestras competencias, la Ley sobre Simplificaci¨®n Administrativa. La crisis de la covid ha puesto de relieve que necesitamos una Administraci¨®n m¨¢s ¨¢gil tanto para contratar personal como para sacar adelante los contratos p¨²blicos. Aquellos que hemos tenido que gestionar este a?o de pandemia hemos sentido impotencia en muchos momentos ante las dificultades que nos planteaba la legislaci¨®n y los procedimientos.
La quinta lecci¨®n es que la coordinaci¨®n entre administraciones es fundamental. Es cierto que el balance final es razonablemente positivo, las administraciones locales hemos trabajado codo con codo con las diputaciones provinciales y los gobiernos auton¨®micos. En cambio, la cooperaci¨®n intergubernamental entre comunidades aut¨®nomas con el Gobierno ha dejado mucho que desear en algunas ocasiones, dando una imagen triste de la pol¨ªtica. El mayor problema es que algunos gobiernos auton¨®micos han preferido desgastar al Gobierno, m¨¢s que tomar decisiones racionales y razonables. Si algunos ya ¨¦ramos conscientes de que nuestro Estado de las autonom¨ªas necesita una reforma, la crisis de la covid ha puesto esta necesidad m¨¢s de manifiesto. La presidenta de la Comunidad de Madrid ha hecho de cada decisi¨®n sanitaria un desaf¨ªo al Gobierno, hasta el punto de adelantar los comicios auton¨®micos. El T¨ªtulo VIII de la Constituci¨®n debe ser reformado.
En definitiva, la cat¨¢strofe humanitaria que est¨¢ significando esta pandemia ha sido un importante test al funcionamiento de nuestro sistema pol¨ªtico. Debemos tomarnos en serio las lecciones que podamos extraer, puesto que esto nos har¨¢ mejorar como sociedad. Esta crisis sanitaria, si tiene algo de positivo, es que nos ha puesto ante un espejo mostr¨¢ndonos muchos de nuestros problemas. De hecho, muchas de estas dificultades ya estaban antes de la pandemia, aunque la crisis sanitaria las ha agudizado. Tardaremos m¨¢s o menos tiempo, pero saldremos de la pandemia. Pero cuando la superemos, a nuestra pol¨ªtica no puede sucederle como al protagonista del microrrelato de Augusto Monterroso: cuando despert¨®, el dinosaurio todav¨ªa estaba all¨ª.
Ignacio Urquizu es profesor de Sociolog¨ªa en la Universidad Complutense de Madrid (en excedencia), diputado en las Cortes de Arag¨®n por el PSOE y alcalde de Alca?iz (Teruel).