20 a?os de ¡®Vidas minadas¡¯; el legado de la barbarie
Se cumplen dos d¨¦cadas desde que Gervasio S¨¢nchez nos estremeci¨® con sus fotos sobre las minas terrestres
Sokheum Man fue herido en Camboya por una mina terrestre en enero de 1996, cuando solo ten¨ªa 14 a?os. Trece d¨ªas despu¨¦s sufri¨® la amputaci¨®n de su pierna derecha. Hoy, este joven camboyano se ha convertido en uno de los activistas m¨¢s importantes de la campa?a internacional contra estos letales artefactos. La historia de?Sokheum ejemplifica la de muchos de los ni?os y mayores a quienes el fotoperiodista Gervasio S¨¢nchez retrat¨® hace 20 a?os. Muchos ya ser¨¢n adultos, habr¨¢ adultos que ya ser¨¢n ancianos, otros habr¨¢n fallecido... Pero seguir¨¢n llevando de por vida el estigma y el legado de la barbarie de una de las armas m¨¢s crueles de la guerra moderna; las minas antipersonas, que destrozaron miles de familias en Afganist¨¢n (con 1.296 v¨ªctimas en 2014),?Colombia (con 286),?Birmania (251), Pakist¨¢n (233), Siria (174), Camboya (154) o Mali (144). Hace ahora dos d¨¦cadas que S¨¢nchez estremeci¨® al mundo con Vidas minadas, unas fotos que mostraban lo que es capaz de fabricar el ser humano para destruirse a s¨ª mismo.
"Cuando empec¨¦ el proyecto Vidas minadas hace 20 a?os, las v¨ªctimas m¨¢s j¨®venes ten¨ªan 13, y varias historias que contar: la de sus propias vidas como mutilados, la de las guerras que hab¨ªan sufrido, la de los sue?os destruidos por la mala hora que hab¨ªan vivido. Mi trabajo tendr¨ªa un enfoque documental y seguir¨ªa la senda del periodismo puro. Los protagonistas deber¨ªan convertirse en los s¨ªmbolos de un drama universal. Todos los protagonistas de Vidas minadas tienen nombre y apellido porque cualquier ser humano, independientemente de su situaci¨®n, su color o su nacionalidad, tiene una gran historia personal que contar", dice Gervasio S¨¢nchez.
¡°En Espa?a se fabrican armas y se venden a pa¨ªses con conflictos internos, vecinales o guerras abiertas. La rutina permite que armas vendidas a un pa¨ªs pac¨ªfico aparezcan en los campos de batalla de un conflicto olvidado. Todos los gobiernos espa?oles, desde que se inici¨® la transici¨®n a mediados de la d¨¦cada de los setenta encabezados por Adolfo Su¨¢rez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe Gonz¨¢lez, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Mariano Rajoy, han permitido la vergonzosa venta de armas. Todos los presidentes podr¨ªan ser encausados en un tribunal internacional por su permisividad y complacencia con los negocios armament¨ªsticos", dice S¨¢nchez.
¡°La tendencia de los pol¨ªticos de mi pa¨ªs es gritar cuando est¨¢n en la oposici¨®n y subordinarse al pragmatismo cuando alcanzan el sal¨®n del poder. Los actuales responsables eran muy sensibles a las peticiones que se hac¨ªan desde la sociedad civil para, al menos, ordenar el vergonzoso mercadeo de armas, en aquellos tiempos en los que esperaban su turno para gobernar. Hoy, en el poder, lo ven como un tema menor. Son capaces de refugiarse en el secreto de Estado para ocultar datos a los ciudadanos mientras reivindican valores universales en los foros internacionales. ?Se puede condenar la guerra y al mismo tiempo duplicar las ventas de armas que permite escalar hasta el octavo lugar del r¨¢nking mundial?", dice S¨¢nchez.
¡°Vidas minadas naci¨® con el ¨¢nimo de superar las trabas medi¨¢ticas, las modas tem¨¢ticas, el esquematismo y el sensacionalismo. Cuando finalic¨¦ la primera parte en 1997 sent¨ª mi propio agotamiento y pens¨¦ que nunca podr¨ªa implicarme en la continuaci¨®n de estas historias. Pero hoy, 20 a?os despu¨¦s, tengo la seguridad de que el proyecto no tiene punto final. Albert Schweitzer, premio Nobel de la Paz en 1952, dijo que ?las tumbas de las guerras son las grandes predicadoras de la paz?. Me gustar¨ªa que las v¨ªctimas de las minas se convirtieran en las grandes predicadoras contra el martirio provocado por esos ?soldados? met¨¢licos o de pl¨¢stico escurridizos, insensibles y mort¨ªferos que duermen escondidos y pueden mutilar o matar d¨¦cadas despu¨¦s de haber sido creados", dice S¨¢nchez.
¡°Mi trabajo me reconforta y recibo muchas compensaciones de los protagonistas de este tipo de historias. Ellos me ense?an los valores vinculados a la lucha por la supervivencia y la superaci¨®n. Frente a los desastres de las guerras es dif¨ªcil ser optimista. La verdad queda oculta por el fragor de los combates y el comportamiento de los asesinos. El contacto con las v¨ªctimas permite tener esperanza e, incluso, confiar en una mejora del comportamiento humano en el futuro. Los responsables de tanto sufrimiento se esconden detr¨¢s de una nebulosa de intereses o siglas. Multinacionales del petr¨®leo, industrias armament¨ªsticas, gobiernos indeseables. Los demonios de las crisis tienen muchas patas. Un dato que lo explica casi todo: los cinco pa¨ªses con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU son los mayores fabricantes de armamento del mundo", concluye S¨¢nchez.
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