Otra salsa
Se puede decir que Espa?a es una mayonesa que nadie ha sido capaz de ligar desde el tiempo de los romanos, que ya dividieron este territorio
A la hora de hacer una salsa mayonesa hay que dar vueltas y vueltas con la mano de mortero hasta que el huevo, el aceite, la pizca de sal y el lim¨®n creen una emulsi¨®n uniforme bien ligada. Sucede a menudo que si esta acci¨®n no se ejecuta con el ritmo adecuado la salsa se corta y se forman grumos que se van cada uno por su lado. Aplicada esta receta a la pol¨ªtica se puede decir que Espa?a es una mayonesa que nadie ha sido capaz de ligar desde el tiempo de los romanos, quienes ya en el primer momento dividieron este territorio en cinco partes, al parecer insolubles, la Tarraconense, la Cantabri...
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A la hora de hacer una salsa mayonesa hay que dar vueltas y vueltas con la mano de mortero hasta que el huevo, el aceite, la pizca de sal y el lim¨®n creen una emulsi¨®n uniforme bien ligada. Sucede a menudo que si esta acci¨®n no se ejecuta con el ritmo adecuado la salsa se corta y se forman grumos que se van cada uno por su lado. Aplicada esta receta a la pol¨ªtica se puede decir que Espa?a es una mayonesa que nadie ha sido capaz de ligar desde el tiempo de los romanos, quienes ya en el primer momento dividieron este territorio en cinco partes, al parecer insolubles, la Tarraconense, la Cantabria, la Lusitania, la B¨¦tica y la Ulterior. En este pa¨ªs esa mano de mortero desde el siglo XIX la ha manejado un espad¨®n, un cirujano de hierro o un dictador inmisericorde y el resultado ha sido la aparente uniformidad de una sola naci¨®n hist¨®rica cohesionada bajo la bota autoritaria; pero luego, en los escasos periodos de democracia en que la mano de mortero ha dejado de actuar, cada grumo se ha ido a buscar su propio lugar exclusivo y excluyente en el mapa de los antiguos romanos. Durante la visita que en 1984 el pol¨ªtico sueco Olof Palme realiz¨® a Espa?a tuvo un encuentro en este peri¨®dico con algunos representantes de la cultura, en el que se habl¨® de los nacionalismos irredentos y de las bander¨ªas pol¨ªticas cainitas, como lacras end¨¦micas de nuestro pa¨ªs. Dada mi escasa capacidad para el an¨¢lisis riguroso, por mi parte trat¨¦ de explicar con una imagen gastron¨®mica que Espa?a es como una salsa mayonesa muy dif¨ªcil de ligar. Olof Palme me contest¨®: ¡°?Y por qu¨¦ no cambian ustedes de salsa?¡±. Este a?o se cumple el centenario de la Espa?a invertebrada, de Ortega y Gasset. Lo dijo el fil¨®sofo con otras palabras: esa salsa amarilla autodestructiva, con ajo o sin ajo, constituye la sustancia de lo que ha dado en llamarse el genio espa?ol, imposible de cambiar.