Vacunas: ¨²ltima llamada
Es imperativo acelerar la administraci¨®n ya para salvar vidas y la fe en la UE
La fatiga ante la pandemia y las restricciones es comprensible, especialmente porque estas vuelven a arreciar en toda Europa ante la inminencia de una nueva ola cuando la anterior a¨²n no se hab¨ªa retirado. La situaci¨®n vuelve a ser ¡°muy grave¡± ...
La fatiga ante la pandemia y las restricciones es comprensible, especialmente porque estas vuelven a arreciar en toda Europa ante la inminencia de una nueva ola cuando la anterior a¨²n no se hab¨ªa retirado. La situaci¨®n vuelve a ser ¡°muy grave¡± en palabras de Angela Merkel, que el martes de madrugada orden¨® detener la desescalada e impuso nuevos d¨ªas de estricto confinamiento, una tendencia que sigue los pasos de Francia e Italia. Hasta el Reino Unido, a pesar del buen ritmo de su vacunaci¨®n, anunci¨® sanciones a quienes viajen al extranjero. En Espa?a hay s¨ªntomas de repunte de la incidencia y el cierre perimetral de las regiones por Semana Santa es la respuesta. Esto es serio, pero, a diferencia de las oleadas anteriores, hoy contamos con la mejor herramienta contra la pandemia que nos ha dado la ciencia, y es la vacunaci¨®n masiva. Una acci¨®n que ha sufrido retrasos, parones y el env¨ªo a cuentagotas de una de las principales, la de AstraZeneca. Pero tambi¨¦n una gesti¨®n lenta que ya no nos podemos permitir. La inyecci¨®n de cada una de las dosis disponibles debe ser asunto prioritario del Gobierno y las comunidades, una misi¨®n urgente y colectiva de pa¨ªs que no puede verse sometida a m¨¢s titubeos ante la causa superior de extender la inmunizaci¨®n al mayor ritmo y n¨²mero posible.
Espa?a contaba el martes con 7,6 millones de dosis distribuidas, de las que solo se hab¨ªan administrado 6,4 millones. La de AstraZeneca se fren¨® el lunes 15 de marzo tras varios episodios de trombosis que asustaron a las autoridades. Confirmada el jueves 18 la seguridad de la vacuna por parte de la EMA (que nunca la hab¨ªa negado), Espa?a reanudar¨¢ este mi¨¦rcoles su aplicaci¨®n y la ha extendido adem¨¢s hasta los 65 a?os. No se comprende sin embargo que hayamos tardado seis d¨ªas en hacerlo ni que hubiera alrededor de un mill¨®n de vacunas sin administrar.
Es hora de espabilar. Sin titubeos. La estrategia de vacunaci¨®n de la UE ha sido acertada porque ha permitido afrontar colectivamente un abastecimiento que, si hubiera dependido de cada uno de los 27, habr¨ªa generado diferencias y peleas insoportables. A partir de ah¨ª, sin embargo, la gesti¨®n ha sido enormemente mejorable en muchos ¨¢mbitos de responsabilidad: la Comisi¨®n, porque ha habido ineficacia o bien en el proceso de contrataci¨®n o bien en el posterior esfuerzo de presi¨®n sobre AstraZeneca; la agencia reguladora europea, porque ha tardado sistem¨¢ticamente m¨¢s que las de otros pa¨ªses en autorizar las inyecciones; y los gobiernos de los pa¨ªses miembros y regiones, porque han renqueado incomprensiblemente en los ritmos de administraci¨®n.
Es esencial que la vacunaci¨®n tome ahora velocidad. Para ello resulta impostergable que la Comisi¨®n haga cumplir las entregas comprometidas, que los gobiernos difundan el necesario sentido de misi¨®n y que las autoridades auton¨®micas, en el caso espa?ol, garanticen la log¨ªstica para la aplicaci¨®n masiva. Es imprescindible que los responsables abandonen los titubeos y trasladen a la poblaci¨®n en gestos y ret¨®rica esa idea de misi¨®n. Si este segundo trimestre no se corrige el lento arranque, el precio ser¨¢ alt¨ªsimo en vidas, en contagios, en actividad econ¨®mica y en desafecci¨®n con un proyecto europeo que se la juega ante una ciudadan¨ªa que observa que en EE UU, el Reino Unido o Israel el proceso va mucho mejor. Los ciudadanos, mientras, tendr¨¢n que cumplir escrupulosamente con las restricciones. Espabilemos todos.