La estrategia de vacunaci¨®n de la UE se agrieta y varios pa¨ªses buscan salidas unilaterales
Bruselas conf¨ªa en mantener unido al club e insiste en que este a?o habr¨¢ m¨¢s de 1.500 millones de dosis, suficientes para vacunar tres veces a la poblaci¨®n adulta de la Uni¨®n Europea
La estrategia de la Uni¨®n Europea frente a la crisis sanitaria del coronavirus se resquebraja por momentos en casi todos sus frentes. Varios pa¨ªses de Europa central, con Hungr¨ªa al frente, se han desmarcado de la cartera de vacunas negociada por la Comisi¨®n Europea y est¨¢n apostando por los ant¨ªdotos desarrollados en Rusia y China; Austria y Dinamarca tambi¨¦n preparan una alianza con Israel para desarrollar su propia capacidad nacional de producci¨®n y reducir la dependencia de las f¨¢bricas europeas; y Francia y el Benelux rechazan de entrada la creaci¨®n de un pasaporte sanitario aun antes de que Bruselas haga oficial su propuesta. El riesgo de estampida dentro de la Uni¨®n y del s¨¢lvese quien pueda vuelve a cotizar al alza, como al principio de la pandemia.
La unidad de los 27 socios de la UE se ve amenazada por un peligroso c¨®ctel que combina la fatiga tras 12 meses de tragedia humana y descalabro econ¨®mico con los c¨¢lculos pol¨ªticos y electorales de cada Gobierno. Las peque?as fisuras se iniciaron en Hungr¨ªa. Pero han alcanzado la categor¨ªa de grieta en la l¨ªnea de flotaci¨®n con la decisi¨®n anunciada por Austria este martes de organizar su propia estrategia para unas campa?as de vacunaci¨®n que, con toda probabilidad, se repetir¨¢n anualmente.
El jefe del Gobierno austriaco, Sebastian Kurz, y la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, tienen previsto viajar esta semana a Israel para negociar con el primer ministro de ese pa¨ªs, Benjamin Netanyahu, una estrategia conjunta para el futuro. ¡°Tenemos que prepararnos para m¨¢s mutaciones y no debemos seguir dependiendo exclusivamente de la UE para la producci¨®n de las vacunas de segunda generaci¨®n¡±, ha justificado Kurz su alianza con Israel.
La Comisi¨®n Europea ha asegurado este martes que est¨¢ dispuesta ¡°a aprender de la experiencia de otros pa¨ªses¡± y que escuchar¨¢ las lecciones que puedan extraer Austria y Dinamarca de la exitosa campa?a de Israel, que ha inyectado la primera dosis de la vacuna de Pfizer a m¨¢s de la mitad de sus nueve millones de habitantes, y a cerca de 3,4 millones con las dos.
Pero la aparente tranquilidad de la Comisi¨®n contrasta con el creciente nerviosismo en muchos pa¨ªses, tanto por la presunta falta de dosis como por las dificultades para lograr que las campa?as de vacunaci¨®n alcancen la velocidad de crucero esperada. Eslovaquia, uno de los pa¨ªses con la tasa de mortalidad por covid-19 m¨¢s alta del mundo en estos momentos, ped¨ªa la semana pasada que se le diese prioridad en la distribuci¨®n de vacunas, una petici¨®n que no ha tenido respuesta conocida. El pa¨ªs ha optado por comprar dos millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik V, utilizable solo a escala nacional porque sus fabricantes no han solicitado todav¨ªa la autorizaci¨®n de la Agencia Europea del Medicamento. El presidente de Polonia, Andrej Duda, tambi¨¦n ha tanteado con el presidente chino, Xi Jinping, la posibilidad de adquirir la vacuna de ese pa¨ªs (Sinopharm), que tampoco ha solicitado la autorizaci¨®n europea.
La multiplicaci¨®n de planes divergentes pone en peligro la coordinaci¨®n europea labrada con sumo cuidado durante 2020. Esa estrategia com¨²n logr¨® el ¨¦xito de un fondo de recuperaci¨®n sin precedentes y la puesta en marcha sincronizada de unas campa?as de vacunaci¨®n con el objetivo de inmunizar al 70% de la poblaci¨®n adulta (es decir, unos 255 millones de personas) antes de final de verano. De momento, Bruselas ha autorizado las inyecciones de Pfizer, Moderna y AstraZeneca y se espera para este mes la de Johnson & Johnson, de una sola dosis.
La presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, intenta mantener ese esp¨ªritu de colaboraci¨®n en 2021. Y este mismo lunes anunciaba la presentaci¨®n de un certificado de vacunaci¨®n, bautizado como ¡°pase digital verde¡±, que facilite los viajes transfronterizos y salve la campa?a tur¨ªstica de verano.
Bruselas tambi¨¦n ha puesto en marcha un grupo de trabajo, encabezado por el comisario europeo Thierry Breton, para movilizar la capacidad de producci¨®n de la industria farmac¨¦utica europea y ponerla al servicio de la elaboraci¨®n de dosis contra la covid-19. Breton calcula que se podr¨¢n llegar a producir entre 2.000 y 3.000 millones de dosis al a?o para garantizar la protecci¨®n de todos los europeos y exportar a otros pa¨ªses de fuera de la UE. Antes de la pandemia, la industria europea produc¨ªa unos 1.700 millones de dosis de vacunas, el 76% de la producci¨®n mundial, seg¨²n los datos de la patronal europea del sector. Once de los 27 pa¨ªses de la UE cuentan con plantas de producci¨®n, y 12 centros de investigaci¨®n en ocho Estados miembros contribuyen al liderazgo a nivel mundial en el desarrollo de nuevos ant¨ªdotos.
Von der Leyen quiere aprovechar todo ese potencial mediante la creaci¨®n de un gran centro cient¨ªfico y farmac¨¦utico (bautizado en ingl¨¦s con las siglas HERA) que permitir¨ªa responder r¨¢pidamente a la aparici¨®n de nuevas variantes del coronavirus o a futuras pandemias.
Pero los vientos de la pandemia soplan m¨¢s bien en direcci¨®n contraria. Y casi cada d¨ªa, alguna capital se desmarca de la estrategia propuesta por Bruselas y visualiza la fragmentaci¨®n de un club europeo en el que cada socio busca por su cuenta la salida a una crisis sanitaria sin un final cercano a la vista y con el riesgo de convertirse en un azote recurrente.
El primer ataque, desde Hungr¨ªa
Hungr¨ªa fue el primer pa¨ªs en atacar los planes coordinados por Bruselas. El primer ministro, Viktor Orb¨¢n, acus¨® a la Comisi¨®n Europea de lentitud en la negociaci¨®n de los contratos con las farmac¨¦uticas y de fallos en la distribuci¨®n de las dosis. Las cr¨ªticas fueron ignoradas por Bruselas, acostumbrada a la t¨¢ctica habitual de Orb¨¢n de atacar a la UE como v¨ªa de reafirmaci¨®n interna. Orb¨¢n amaga desde finales del a?o pasado por decantarse por la vacuna rusa Sputnik V, aunque al final ¨¦l mismo se puso este domingo la de la farmac¨¦utica china Sinopharm. Los repetidos anuncios de Budapest sobre la diversificaci¨®n de su cartera de vacunas han sido poco m¨¢s que un brindis al sol sin efecto real en la campa?a h¨²ngara de vacunaci¨®n. Hungr¨ªa solo ha utilizado el 44,6% de las dosis recibidas gracias a los contratos de Bruselas, la tasa m¨¢s baja de la UE, seg¨²n los datos del Centro Europeo de Prevenci¨®n y Control de Enfermedades (ECDC). Y el pa¨ªs sigue con una ratio de inyecciones (2,5% de la poblaci¨®n) por debajo de la media europea (2,6%).
Pero la brecha abierta por Orb¨¢n se ha ampliado gracias al apoyo, m¨¢s o menos t¨¢cito, de otros pa¨ªses de Europa central y del Este, como Rep¨²blica Checa, Polonia o Croacia. La fractura ha ganado una dimensi¨®n m¨¢s peligrosa con la uni¨®n al grupo divergente del austriaco Sebastian Kurz y la danesa Mette Frederiksen, representantes, respectivamente, del Partido Popular Europeo y del Partido Socialista Europeo, las dos grandes familias pol¨ªticas en las que se apoya la Comisi¨®n de Von der Leyen. El tripartito se completa con el grupo liberal, que observa con inquietud la deriva, en particular la de Austria. El eurodiputado liberal Guy Verhofstadt ha calificado como ¡°conclusi¨®n equivocada ante un temor justificado¡± la decisi¨®n del Gobierno austriaco de aliarse con Israel. ¡°La verdadera respuesta es que debemos ser capaces de depender de la UE para tener nuestras vacunas¡±, ha se?alado el eurodiputado.
La Comisi¨®n Europea pone en duda la capacidad disgregadora de las estrategias nacionales que est¨¢n apareciendo. ¡°Ning¨²n pa¨ªs ha dicho que quiera renunciar a las dosis que hemos negociado¡±, ha se?alado este martes el portavoz oficial del organismo, Eric Mamer.
Avalancha de dosis
Bruselas cree que en cuesti¨®n de semanas el debate pasar¨¢ de la escasez de vacunas a la dificultad de algunos pa¨ªses para gestionar la administraci¨®n de la avalancha de dosis que se espera distribuir pr¨®ximamente. El portavoz de Sanidad del organismo, Stefan de Keersmaecker, recuerda que ¡°las tres vacunas autorizadas tendr¨¢n un suministro de 1.500 millones de dosis¡± hasta final de a?o. Es decir, suficiente para vacunar tres veces a la poblaci¨®n europea de m¨¢s de 18 a?os.
La Comisi¨®n calcula que a los 100 millones de dosis del primer trimestre se sumar¨¢n otros 300 millones entre abril y junio. Hasta ahora, solo dos pa¨ªses, Estonia y Lituania, han administrado el 100% de las dosis recibidas. En los pa¨ªses m¨¢s poblados, Alemania y Francia, el 35% de las dosis siguen almacenadas a la espera de ser inyectadas. En el caso de AstraZeneca, el 90% de las dosis distribuidas en Francia siguen sin poner. Y el 80% en Alemania.
Berl¨ªn y Par¨ªs cuestionaron la credibilidad de la vacuna del laboratorio anglo-sueco durante la batalla de AstraZeneca con la Comisi¨®n Europea por los fallos de suministro. La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, han intentado despu¨¦s mostrar su confianza en el f¨¢rmaco pero su distribuci¨®n no despega.
Pero la desconfianza o la reticencia de la poblaci¨®n europea ante unas vacunas desarrolladas en tiempo r¨¦cord parece ir m¨¢s all¨¢ de AstraZeneca. Las campa?as avanzan a menor velocidad de la esperada. En la capital de B¨¦lgica, Bruselas (1,1 millones de habitantes), los dos grandes centros de vacunaci¨®n trabajan al ralent¨ª porque m¨¢s del 70% de las personas convocadas no acuden a la cita sin dar ninguna explicaci¨®n. Las autoridades han decidido retrasar al menos hasta mediados de marzo la apertura de nuevos centros ante la falta de demanda.
El lento ritmo de vacunaci¨®n tambi¨¦n pone en duda la introducci¨®n de un certificado europeo para facilitar la movilidad de un pa¨ªs a otro, una exigencia de los pa¨ªses m¨¢s dependientes del turismo como Espa?a, Grecia, Chipre o Malta. Bruselas va a proponer un modelo estandarizado de certificado, pero su reconocimiento es poco probable en pa¨ªses como Francia o B¨¦lgica, entre otros.
¡°Para B¨¦lgica, no se puede ligar la vacunaci¨®n a la libertad de desplazarse por Europa¡±, ha se?alado la ministra de Exteriores de ese pa¨ªs, Sophie Wilmes. ¡°El respeto del principio de no discriminaci¨®n es fundamental, sobre todo porque la vacuna no es obligatoria y dado que el acceso a la vacuna no es a¨²n generalizado¡±, ha a?adido Wilmes, que era la primera ministra durante la primera fase de la pandemia.
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