4-M: enfocar los problemas reales
La campa?a madrile?a sufre m¨²ltiples y desafortunados elementos de distracci¨®n
Las elecciones del 4 de mayo en la Comunidad de Madrid nacieron marcadas por su condici¨®n de convocatoria anticipada innecesaria que entorpece y retrasa la gesti¨®n de asuntos fundamentales en plena pandemia, entre ellos la aprobaci¨®n de unos presupuestos para la regi¨®n. La presidenta, Isabel D¨ªaz Ayuso, aprovech¨® la torpe moci¨®n de censura lanzada en Murcia para precipitar una convocatoria que deseaba, con el objetivo de fagocitar a Ciudadanos. La justificaci¨®n fue un supuesto riesgo de ser v¨ªctima de otra moci¨®n de censura, algo que nunca se ha demostrado. En el r¨ªo revuelto de la debilidad de Ciudadanos y del vigor de sus perspectivas, la presidenta dio el paso para consolidar su poder. Esa y no otra fue la raz¨®n de una convocatoria que no era legalmente necesaria, como las de otros comicios regionales que ha habido en Espa?a durante la pandemia, y que ha irrumpido caprichosamente en un tiempo muy complicado a¨²n en la lucha contra el virus.
A partir de ah¨ª, de esa poco bienvenida distracci¨®n de la actividad de gesti¨®n real, toca constatar que la campa?a se ha instalado en pol¨¦micas innecesarias y muy lejanas al inter¨¦s de los ciudadanos, en una polarizaci¨®n que enfanga la atm¨®sfera pol¨ªtica y en un plano desenfocado, en suma, de los temas que urge solucionar. Una puesta en escena pol¨ªtica da?ina y, por desgracia, con demasiados protagonistas, que a veces hacen el juego al contrario ¡ªcon escaso provecho para la colectividad¡ª. D¨ªaz Ayuso destaca entre ellos, con una actitud que constantemente ha priorizado la construcci¨®n de su figura en ant¨ªtesis al presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, a menudo con argumentos gaseosos y a costa de la eficacia en la gesti¨®n y la serenidad en la vida p¨²blica. De paso, trata de eclipsar al candidato socialista que la venci¨® en 2019, ?ngel Gabilondo. As¨ª avanza Ayuso, sobre la ola de una campa?a que alega defender la libertad, como si esta estuviera en cuesti¨®n y ese fuese el principal problema de Madrid. A su vez, el presidente del Gobierno cometi¨® un claro error al sugerir una manipulaci¨®n de los datos de contagio en la Comunidad de Madrid sin aportar pruebas, un gesto impropio de su cargo y adem¨¢s desmentido ayer por el director del Centro de Coordinaci¨®n de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Sim¨®n.
S¨¢nchez deber¨ªa eludir esta din¨¢mica y centrarse en perfilar con los partidos y con las comunidades la fase que empezar¨¢ tras el fin del actual estado de alarma, que ha anunciado no querer prorrogar, pero sin una adecuada labor de preparaci¨®n del nuevo escenario. Y hay m¨¢s: una ultraderecha que busca el protagonismo de la provocaci¨®n m¨¢s que el de las ideas; unos violentos sedicentes antifascistas que recurren a las pedradas en vez de a las ideas; un exdirigente de Ciudadanos como Toni Cant¨® que ha querido apuntarse al carro vencedor con maniobras administrativas incorrectas que un juez abort¨® el domingo.
Estas elecciones no son un duelo entre Ayuso y S¨¢nchez, ni una cuesti¨®n de libertad, ni deber¨ªan estar marcadas por t¨¢cticas turbias como las de Vox, ni por pedradas en plazas, ni por candidaturas salt¨¢ndose protocolos, ni por las acusaciones de manipulaci¨®n de datos no fundamentadas. Es preciso bajar decibelios, enfundar las armas impropias y centrarse en propuestas para mejorar la educaci¨®n, la sanidad, la econom¨ªa, la igualdad, el medio ambiente y en general las condiciones de vida de los ciudadanos. Es tiempo de hablar de Madrid.
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