Un Gobierno para Catalu?a
Un regreso a la urnas ser¨ªa otro da?ino fracaso para una comunidad agotada
El pr¨®ximo d¨ªa 26 Catalu?a se ver¨¢ forzada a repetir las elecciones del pasado 14 de febrero si antes no hay un acuerdo para formar Gobierno. Las negociaciones, los pulsos entre los partidos y los ultim¨¢tums se han sucedido sin tregua los ¨²ltimos tres meses evidenciando el nefasto bloqueo de la pol¨ªtica catalana. Repetir las e...
El pr¨®ximo d¨ªa 26 Catalu?a se ver¨¢ forzada a repetir las elecciones del pasado 14 de febrero si antes no hay un acuerdo para formar Gobierno. Las negociaciones, los pulsos entre los partidos y los ultim¨¢tums se han sucedido sin tregua los ¨²ltimos tres meses evidenciando el nefasto bloqueo de la pol¨ªtica catalana. Repetir las elecciones para sortear el par¨®n es algo previsto por el ordenamiento legal. Lo que no empece que ello se constituya en un nuevo episodio negativo para una comunidad social y pol¨ªticamente estresada, que ya ha renovado su Parlamento en cinco ocasiones desde 2010 y sufrido, en este periodo, un doloroso deterioro pol¨ªtico y econ¨®mico.
Volver a tirar los dados es una opci¨®n que tienta a m¨¢s de un partido. Se trata de quienes piensan que regresar a las urnas desgastar¨ªa m¨¢s a sus rivales a que ellos mismos. Pero las encuestas apuntan a un nuevo bloqueo. Pese a la creciente frustraci¨®n, el 74% de los preguntados por el CIS apuntan a que habr¨ªan votado lo mismo si hubieran sabido c¨®mo se han desarrollado las cosas las ¨²ltimas semanas. El bloque independentista y el no independentista se mantienen con escasas oscilaciones, seg¨²n otras encuestas. Y los vetos entre partidos persisten intactos pese a algunos t¨ªmidos acercamientos. De ah¨ª que los sindicatos, los empresarios y las entidades del sector social coincidan en exigir un acuerdo que evite unas nuevas elecciones.
Catalu?a tiene urgencias que deben afrontarse. En lo estrictamente pol¨ªtico, resulta inaplazable la b¨²squeda de consensos que dejen atr¨¢s la fractura del proc¨¦s una vez se ha demostrado la inviabilidad de lo que pretenden sus impulsores. Pero los catalanes, tras una prolongada etapa de par¨¢lisis y desgobierno cuyos responsables son los partidos independentistas, tienen otras emergencias que requieren de un gobierno eficaz. Sin ir m¨¢s lejos, necesitan un plan de reindustrializaci¨®n para superar cierres como los de la factor¨ªa de Nissan. Requieren de unas autoridades que potencien las opciones a la f¨¢brica de bater¨ªas el¨¦ctricas que necesita la industria de la automoci¨®n. Hay que agilizar la generaci¨®n de energ¨ªas renovables, de las que Catalu?a est¨¢ en la cola de Espa?a. Mejorar servicios educativos y sanitarios, crear un entorno econ¨®mico atractivo, contribuir a una buena gesti¨®n de los fondos europeos.
Catalu?a necesita un liderazgo que se ocupe de gestionar estas cuestiones. En esa perspectiva, el regreso a las urnas dista de ser una soluci¨®n ideal. La opci¨®n de un nuevo Govern independentista ¡ªla m¨¢s probable para evitar una repetici¨®n, a la vista del tablero¡ª desgraciadamente hace presagiar una prolongaci¨®n del desgobierno. La historia reciente ¡ªque adem¨¢s de las grav¨ªsimas iniciativas contrarias a la Constituci¨®n y al Estatut exhibe un p¨¦simo balance gestor¡ª lo sugiere; el triste espect¨¢culo negociador de estos meses lo reafirma. Catalu?a necesita volar de una vez esta din¨¢mica nefasta que echa a perder sus energ¨ªas y valores. Necesita un Gobierno que arranque a trabajar, que lo haga sin sectarismos y que se ponga al servicio de la recuperaci¨®n social, econ¨®mica y pol¨ªtica.