Catalu?a inestable
La sesi¨®n de investidura evidencia la inviabilidad del bloque independentista
El primer intento de investidura de Pere Aragon¨¨s (Esquerra Republicana) como presidente de la Generalitat result¨® fallido este viernes. El fiasco evidenci¨® las rencillas e incoherencias del supuesto bloque independentista, un escenario pol¨ªtico que dispara el signo de la inestabilidad con que se inicia la legislatura. Catalu?a avanza, desgraciadamente, hacia la reedici¨®n de la par¨¢lisis gubernativa, la fractura pol¨ªtica y el empeoramiento del declive econ¨®mico generados en un decenio de gobiernos independentistas. Y adem¨¢s, sin expectativas sobre una mejora del encaje catal¨¢n en el conjunto espa?ol ni sobre la dignificaci¨®n institucional, a la vista del empecinamiento del l¨ªder republicano en reiterar, como hizo ayer, un objetivo fracasado: la prosecuci¨®n de la operaci¨®n secesionista.
Es cierto que el tono mesurado y cort¨¦s del candidato dista de los agresivos desplantes de los expresidentes Quim Torra y Carles Puigdemont, y que su separatismo por fasc¨ªculos irrita menos que los repentinos abismos de estos. Pero ello no excluye que el planteamiento a base de estaciones intermedias ¡ªtipo amnist¨ªa (pues implica un cambio de r¨¦gimen) o autodeterminaci¨®n (nuevo refer¨¦ndum de separaci¨®n)¡ª es de imposible encaje en el ordenamiento legal. Y no oculta su pretensi¨®n de ejecutar un programa huero de consenso transversal. Que margina a la mitad de la sociedad catalana ¡ªcomo demostr¨® la marginaci¨®n del bloque constitucionalista en la Mesa del Parlament¡ª, a la que sin embargo pretende sumar, sin integrar sus propuestas ni confluir hacia sus inquietudes.
As¨ª, el candidato solo logr¨® el apoyo de la CUP, el grupo radical antisistema cuyo lema para esta etapa, destac¨® en el debate una de sus portavoces, es ¡°desobediencia y confrontaci¨®n¡±. El acuerdo de investidura entre ambos consagra la inestabilidad institucional como br¨²jula y receta inequ¨ªvoca para el fracaso. Y es que el compromiso que digiri¨® Aragon¨¦s para atraer a la CUP, seg¨²n el cual se someter¨ªa a una moci¨®n de confianza a medio mandato, equivale a una desconfianza ¡ªsiempre generadora de turbulencias¡ª en diferido. Y su relectura de la mesa de di¨¢logo con el Gobierno bajo la imposici¨®n de que ¡°solo¡± puede resultar en ¡°autodeterminaci¨®n y amnist¨ªa¡±, tambi¨¦n en dos a?os ¡ªso pena de su ¡°finalizaci¨®n¡± y de la apertura de un nuevo ¡°embate¡±¡ª revela una intransigencia contraria a la mentalidad de apertura que distingue a los negociadores dignos de confianza.
Por si no fuera suficiente, esos males pueden empeorar, si Junts logra vender caro su apoyo a Aragon¨¨s en la segunda sesi¨®n de investidura. Su principal condici¨®n es que el Consejo por la Rep¨²blica ¡ªuna mesa camilla fantasmal, alegal y extranjera que sirve de solaz a la corte de los milagros del fugitivo Puigdemont¡ª, se convierta en un ¡°¨®rgano decisorio¡± que controle la hoja de ruta estrat¨¦gica del Govern.
Desde otro lado del espectro pol¨ªtico, Salvador Illa (PSC) reiter¨® su apuesta por un ¡°reencuentro¡± que suture fracturas, apunt¨® la alternativa de una alianza de izquierdas y desgran¨® un amplio programa de gobierno de las cosas ¡ªno enso?aciones¡ª, que flanque¨® Jessica Albiach (Comuns) al detallar las medidas sociales, ecol¨®gicas y feministas olvidadas en el pacto Esquerra-CUP. Objetivos loables, pero que todo apunta a que quedar¨¢n atropellados debajo de un independentismo sectario, excluyente y falto de coherencia y eficacia en grado m¨¢ximo.
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