?Con qui¨¦n andas?
No es en absoluto f¨¢cil distinguir a un imb¨¦cil de un malvado. Uno de los modos m¨¢s eficaces de proceder a la distinci¨®n es observar con qui¨¦n se trata el personaje
No es en absoluto f¨¢cil distinguir a un imb¨¦cil de un malvado. Cierto: lo m¨¢s abundante es el malvado que adem¨¢s es un imb¨¦cil, pero lo interesante es que a veces puede uno pensar de alguien que es un malvado, que hay que andarse con ojo y a poder ser esquivarlo, cuando en realidad se trata de un simple tontazo. La distinci¨®n es relevante porque el malvado hace maldades dolorosas, en tanto que el imb¨¦cil, aunque por pura estupidez pueda causar da?o, tambi¨¦n da risa.
De modo que es prudente aprender a distinguir. Uno de los modos m¨¢s eficaces de proceder a la distinci¨®n es observar con qui¨¦n se trata el personaje. Si s¨®lo se asocia con idiotas, no hay peligro o no suele haberlo. El malvado prefiere la compa?¨ªa de gente inteligente, si se deja. El malvado los usa en su beneficio y luego los humilla, los hiere, los arruina y los elimina. Por esta raz¨®n hay que fijarse mucho y en pol¨ªtica perdonar s¨®lo a los bobitos.
Un ejemplo. Los franquistas de la inmediata posguerra eran casi todos ellos muy malvados. Fusilaban, desterraban, censuraban, encarcelaban, reprim¨ªan. Con el tiempo se les fueron debilitando las fuerzas mentales y acabaron por ser simplemente una masa de idiotas que ni siquiera distingu¨ªa a la gente valiosa de la que no val¨ªa una higa. Por esta raz¨®n comet¨ªan errores rid¨ªculos. Censuraban las novelas de Vargas Llosa, cortaban pel¨ªculas de Ford o met¨ªan en la c¨¢rcel a estudiantes inocuos. Eran el hazmerre¨ªr de Europa.
Y as¨ª como las compa?¨ªas son excelente se?al para distinguir entre malvado y necio, la segunda se?al es a¨²n m¨¢s certera: todo aquel que hace el rid¨ªculo suele ser un idiota. Ni siquiera tiene entidad para ser malvado. Aplicado a la pol¨ªtica, permite entender mejor el acoso a Cercas y Trapiello.
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