Bolsonaro: las urnas no se tocan
El mandatario socava la democracia brasile?a al erosionar la confianza en el sistema de voto
A menos de a?o y medio para las elecciones presidenciales en Brasil, Jair Bolsonaro se ha embarcado en una torticera campa?a de puesta en duda del actual sistema de votaci¨®n de urna electr¨®nica. Puesto en marcha hace 25 a?os, destaca, seg¨²n las autoridades electorales, por su eficacia, seguridad y transparencia, y no ha dado lugar en este tiempo a ...
A menos de a?o y medio para las elecciones presidenciales en Brasil, Jair Bolsonaro se ha embarcado en una torticera campa?a de puesta en duda del actual sistema de votaci¨®n de urna electr¨®nica. Puesto en marcha hace 25 a?os, destaca, seg¨²n las autoridades electorales, por su eficacia, seguridad y transparencia, y no ha dado lugar en este tiempo a ning¨²n incidente relevante. Con una extensi¨®n de ocho millones y medio de kil¨®metros cuadrados y algunas de las zonas habitadas m¨¢s inaccesibles del mundo, Brasil utiliza un sistema que, con raz¨®n, es admirado en muchos otros lugares.
Pero siguiendo la estela de Donald Trump, Bolsonaro ha decidido lanzar por delante de su campa?a de reelecci¨®n la sombra del fraude, sembrando constantes dudas sobre la fiabilidad del sistema de voto. No es la primera vez que lo hace. En su campa?a para las presidenciales de 2018 insisti¨® machaconamente en que solo aceptar¨ªa el resultado si ganaba las elecciones. Y en una repetici¨®n de la estrategia, lleva meses amenazando con que en Brasil va a haber ¡°problemas peores que en EE UU¡± tras las elecciones. Ahora, una comisi¨®n del Congreso puede debatir una reforma constitucional que permita a cada votante recibir una copia impresa de su voto, posibilidad que hasta ahora ha sido rechazada.
La realidad es que desde la implementaci¨®n del actual sistema de voto por urna electr¨®nica no ha habido prueba alguna de fraude en las elecciones celebradas en Brasil. Es m¨¢s, seis meses antes de cada elecci¨®n la justicia electoral facilita el c¨®digo fuente del sistema a diversos estamentos tanto p¨²blicos ¡ªla Fiscal¨ªa del Estado¡ª como privados ¡ªel colegio de abogados¡ª para que estos lo auditen. A partir de ah¨ª los controles son continuos. La urna jam¨¢s se conecta en todo el proceso a Internet y durante una semana, programadores, piratas inform¨¢ticos, polic¨ªas y partidos pol¨ªticos son invitados a atacar el sistema para detectar posibles vulnerabilidades. El resultado es que el sistema brasile?o no ha sido puesto en cuesti¨®n ni dentro ni fuera del pa¨ªs salvo en reductos conspiracionistas, hasta ahora marginales, pero en cuyas tesis se apoya Bolsonaro principalmente en cuanto a la auditabilidad del voto. ¡°Voto impreso y auditable¡± es ya uno de los mantras de los partidarios del presidente.
Es leg¨ªtimo ponderar v¨ªas de mejorar el sistema; no lo es erosionar la confianza en el sistema. Bolsonaro socava la democracia brasile?a lanzando la sospecha sobre el acto ciudadano m¨¢s importante. Su objetivo no es la transparencia sino el caos. Ser¨ªa conveniente que un seguidor tan ferviente de Trump recordara el lamentable resultado de la estrategia para el expresidente.