Per¨² y el virus de la polarizaci¨®n
El panorama peruano es sombr¨ªo e incierto; para algunos tiene visos de guerra civil. Los allegados de cada uno de los dos candidatos hablan siempre en funci¨®n de ¡°la superioridad moral¡± del adversario
Las elecciones generales en el Per¨² son el ejemplo perfecto del fen¨®meno que define nuestros tiempos pol¨ªticos en pandemia, el virus de la polarizaci¨®n. Los votantes est¨¢n atrapados en la dif¨ªcil decisi¨®n de elegir a uno de los dos peores candidatos que han tenido en 200 a?os de independencia.
En un pa¨ªs partido emocional y econ¨®micamente, un maestro y sindicalista rural con nula experiencia pol¨ªtica se enfrenta en el ring electoral a la hija de un exdictador convicto; un partido socialista y mariateguista contra una fuerza neoliberal-anticomunista y una propuesta de inspiraci¨®n latinoamericana (hay quienes ven la mano del marxismo) contra una pro-norteamericana (el ¡°imperialismo yanqui¡± para otros).
La historia le toc¨® el hombro a un profesor de primaria con limitaciones y virtudes y lo ubic¨® frente a una administradora de empresas con callo pol¨ªtico y educada en Estados Unidos, hija del encarcelado exmandatario Alberto Fujimori, quien se desempe?¨® como primera dama del Per¨² de 1994 a 2000 y congresista por Lima de 2006 a 2011, dejando una autoritaria esquela con su sello.
El candidato y la propuesta que se ubica a la izquierda del drama peruano tiene algunas similitudes con el M¨¦xico de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Pedro Castillo (Cajamarca, 1969), el ¡°comunista¡± que representa ¡°el pueblo olvidado¡± y que busca ¡°cambiar¡± el modelo ¡°conservador¡± vs. Keiko Fujimori (Lima, 1975), quien enfrenta una denuncia por 30 a?os de prisi¨®n acusada de haber recibido aportes ilegales de Odebrecht, al estilo de los ¡°corruptos conservadores¡± mexicanos.
Como el ahora presidente mexicano lo hizo en su momento durante su campa?a, Castillo se ha mantenido como el s¨ªmbolo del rechazo a la corrupci¨®n, la posibilidad de un cambio y podr¨ªa unirse a la nueva tradici¨®n latinoamericana de populismo. Ambos hablan un lenguaje sencillo, pueden ser contradictorios, organizan sus equipos de manera un tanto desordenada y la sombra del fraude los ha acompa?ado.
A diferencia de L¨®pez Obrador, Castillo es un ne¨®fito candidato improvisado de un partido, Per¨² Libre, cuyo fundador, Vladimir Cerr¨®n, est¨¢ siendo investigado por presuntos delitos de corrupci¨®n y lavado de activos. Pero la figura de Cerr¨®n poco lo ha afectado en su campa?a.
En realidad, no hay muchos en el Per¨² que sepan qui¨¦n es Castillo, pero para la clase dominante, es el ¡°cuco¡± (pillo, malvado) que trae el desastre comunista de Venezuela y Cuba al pa¨ªs andino. El ideario pol¨ªtico elaborado por Cerr¨®n y presentado al inscribir la candidatura de Castillo, en efecto, carga propuestas trasnochadas.
Pero, aunque el candidato cajamarquino despu¨¦s present¨® otro documento donde no habla de ¡°econom¨ªa popular¡± sino de econom¨ªa mixta, para la clase pol¨ªtica y empresarial, Fujimori sigue siendo el mal menor, la buena de la pel¨ªcula, a pesar de su lastimoso pasado.
El nuevo texto, titulado Per¨² al Bicentenario, podr¨ªa haber sido elaborado por -y para- la 4T en M¨¦xico. El Estado tendr¨ªa un importante rol regulador para evitar el abuso en los negocios privados, por ejemplo. ¡°Se regular¨¢ m¨¢s activamente a los monopolios y oligopolios, y se fomentar¨¢ a la empresa privada; se reconocer¨¢ a los empresarios nacionales que invierten en el Per¨², pagan sus impuestos y respetan los derechos de los trabajadores y al medio ambiente. Ser¨¢n nuestros aliados para sacar adelante al pa¨ªs¡±, lee el texto.
Entre las medidas planteadas para reactivar la econom¨ªa, la principal es impulsar la inversi¨®n en obras p¨²blicas, como la habilitaci¨®n de caminos y canales de riego, hospitales, redes de saneamiento, colegios y otros, para promover el empleo en la construcci¨®n e industrias vinculadas. Tambi¨¦n pide ¡°facilitar el acceso a cr¨¦ditos a los negocios m¨¢s vulnerables, frenar la competencia desleal en la importaci¨®n de productos textiles, calzado, l¨¢cteos y otros¡±.
Y menciona la necesidad de ¡°nacionalizar nuestras riquezas¡±, pero ya no como una consecuencia inmediata a una fallida renegociaci¨®n de los contratos con las industrias extractivas, como se?alaba el ideario anterior, sino como un sistema para aumentar la recaudaci¨®n y fijar nuevas reglas tributarias en este sector econ¨®mico.
La m¨¢s reciente encuesta de Datum, financiada por la poderosa Empresa Editora El Comercio, ubica a los candidatos en un virtual empate t¨¦cnico, con 45.7% de intenci¨®n de voto a favor de Castillo y 43.9% de Fujimori, con lo cual el primero habr¨ªa perdido votos en los ¨²ltimos d¨ªas.
Este ligero descenso del maestro rural se produce luego de una masacre de 16 personas en el VRAEM -el ¡°valle de la droga¡± en el centro del Per¨²-, atribuida a Sendero Luminoso, que ha sido utilizada por medios que favorecen a la candidata fujimorista y ha avivado la campa?a del terror contra Castillo. Otro paralelo con la violencia registrada en las campa?as electorales de hoy en M¨¦xico.
En un intento de impedir el posible ¡°liberalismo autoritario¡± de ella o el ¡°caos autoritario¡± de ¨¦l, ambos candidatos firmaron una proclama ciudadana, elaborada por la Asociaci¨®n Civil Transparencia, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, la Uni¨®n de Iglesias Cristianas Evang¨¦licas del Per¨² y la Conferencia Episcopal. El juramento busca proteger la democracia, garantizar el respeto de los derechos humanos, promover la lucha contra la corrupci¨®n, asegurar la libertad de expresi¨®n, cumplir con la vacunaci¨®n universal contra la covid-19, entre otras maravillas.
Pero para muchos, de un lado y del otro, la proclama es papel mojado, am¨¦n del juramento de ambos candidatos ante el Cardenal Pedro Barreto.
El panorama peruano es sin duda sombr¨ªo e incierto; para algunos incluso tiene visos de guerra civil. Los allegados de cada uno de los dos candidatos hablan siempre en funci¨®n de ¡°la superioridad moral¡± del adversario. Y hay voces hist¨¦ricas, m¨¢s del lado de los pro-Fujimori que del otro. El que pide reflexi¨®n, calma y un voto informado es a veces tildado de ¡°comunista¡±.
La de Per¨² -un pa¨ªs de unos 33 millones de habitantes- es una elecci¨®n dominada por la peste tras 180.000 muertes por covid, seg¨²n un an¨¢lisis de defunciones estad¨ªsticamente anormales del Sistema Nacional de Defunciones, no de la cifra oficial que es de un poco menos de 70.000.
El virus tambi¨¦n destap¨® la cat¨¢strofe de un sistema disfuncional donde la peste trajo un aumento considerable de pobreza y pobreza extrema. A la gran mayor¨ªa -sino a todos, especialmente quienes viven en el ¡°Per¨² Profundo¡±- se le ha muerto alguien cercano en una crisis sanitaria inimaginable, y han visto su vida laboral destruida. No es entonces raro que en ese ambiente se hayan enfrentado los extremos m¨¢s radicales.
Para los pocos que han logrado mantener un cierto sentido del humor en este drama, el antagonismo radical ha llegado a tal nivel que hasta la pr¨®xima receta del reconocido chef peruano Gast¨®n Acurio deber¨¢ tener un matiz pol¨ªtico. Y en la gastronom¨ªa con ese tono tambi¨¦n hay un parecido con el M¨¦xico de hoy.
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