Pacto fiscal global
Hay que avanzar hacia un nuevo marco impositivo para las multinacionales
La presidencia del Consejo de la UE y el Parlamento Europeo alcanzaron este martes un principio de acuerdo sobre la directiva que obligar¨¢ a las multinacionales que operan en el mercado comunitario a publicar los datos de su actividad en cada Estado miembro de la Uni¨®n y en los pa¨ªses o jurisdicciones considerados por Bruselas como para¨ªsos fiscales. La norma, que se aplicar¨¢ a las compa?¨ªas con m¨¢s de 750 millones de eu...
La presidencia del Consejo de la UE y el Parlamento Europeo alcanzaron este martes un principio de acuerdo sobre la directiva que obligar¨¢ a las multinacionales que operan en el mercado comunitario a publicar los datos de su actividad en cada Estado miembro de la Uni¨®n y en los pa¨ªses o jurisdicciones considerados por Bruselas como para¨ªsos fiscales. La norma, que se aplicar¨¢ a las compa?¨ªas con m¨¢s de 750 millones de euros anuales de facturaci¨®n, obliga a detallar pa¨ªs por pa¨ªs el volumen de ventas y beneficios, el n¨²mero de empleados, los impuestos abonados y las ganancias acumuladas. Este ejercicio de transparencia, negociado de manera tortuosa desde 2016, facilitar¨¢ que las autoridades nacionales tomen medidas para erradicar o, al menos reducir, las pr¨¢cticas m¨¢s abusivas de ingenier¨ªa fiscal de algunas grandes empresas. La presidencia del Consejo calcula que la alquimia fiscal de las multinacionales supone cada a?o una merma de unos 50.000 millones de euros para unas arcas p¨²blicas nacionales que en estos momentos afrontan la tremenda factura de la crisis provocada por la covid-19.
El acuerdo, que cobrar¨¢ fuerza de ley en las pr¨®ximas semanas con la aprobaci¨®n definitiva del Consejo y el Parlamento, evidencia un giro en la pol¨ªtica fiscal de la UE, siempre lastrada por el veto de pa¨ªses que, como Irlanda o Luxemburgo, se lucran con una competencia fiscal poco leal. La Uni¨®n parece ahora dispuesta a secundar reformas que parec¨ªan impensables hace solo unos a?os y que, de llevarse a cabo, mejorar¨¢n la transparencia, la equidad y la justicia fiscal en todo el club.
El nuevo impulso llega espoleado por los agujeros fiscales de la crisis y por el giro de EE UU bajo la presidencia de Joe Biden. El actual presidente estadounidense se propone revertir las rebajas fiscales de Donald Trump a las grandes fortunas y las grandes compa?¨ªas. Biden apuesta por elevar el impuesto de sociedades a un nivel entre el 25% y el 28%, y para minimizar el riesgo de fuga de inversiones ha lanzado una iniciativa para que la mayor¨ªa de la comunidad internacional se comprometa a un tipo m¨ªnimo de impuestos de sociedades. Washington sugiri¨® inicialmente un tipo m¨ªnimo del 21%, pero parece dispuesto a aceptar un 15% en aras del consenso.
La UE debe sumarse a esta iniciativa y ser fuerza motriz para establecer un sistema impositivo que compatibilice los incentivos a la inversi¨®n con la garant¨ªa de que cada empresa rinde cuentas ante el fisco en una proporci¨®n adecuada a sus beneficios. Los principales socios europeos (Alemania, Francia e Italia) tienen ya una oportunidad este viernes, durante la reuni¨®n en Londres de los ministros de Finanzas del G-7, para impulsar unas reformas fiscales que la pandemia ha hecho m¨¢s urgentes que nunca. El riesgo de una brecha social se ha ampliado con una crisis que ha golpeado de manera muy contundente a algunos pa¨ªses y sectores. La imperiosa necesidad de recursos p¨²blicos para paliar los da?os requiere un acuerdo global, aunque sea de m¨ªnimos, sobre la imposici¨®n a las grandes empresas. El statu quo agravar¨ªa la erosi¨®n fiscal que la OCDE intenta frenar desde hace a?os y alentar¨ªa una carrera impositiva a la baja por atraer inversi¨®n que pondr¨ªa en peligro la sostenibilidad de los sistemas de protecci¨®n social e, incluso, la viabilidad de la propia democracia, basada en una cohesi¨®n social que requiere de manera ineludible mayor justicia fiscal.