Devolver el genio a la l¨¢mpara
El trabajo con nuevos virus carece de protocolos y regulaciones internacionales equivalentes a los de la experimentaci¨®n nuclear. Se encuentra fuera del radar de la supervisi¨®n p¨²blica y medi¨¢tica
Inmersos, como estamos, en la preocupaci¨®n por el uso de la tecnolog¨ªa nuclear, no hemos sido capaces de poner el foco de atenci¨®n sobre las actividades que llevan a cabo los laboratorios biol¨®gicos, con fines civiles o militares.
La inquietud ante el enriquecimiento de uranio de Ir¨¢n, ...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Inmersos, como estamos, en la preocupaci¨®n por el uso de la tecnolog¨ªa nuclear, no hemos sido capaces de poner el foco de atenci¨®n sobre las actividades que llevan a cabo los laboratorios biol¨®gicos, con fines civiles o militares.
La inquietud ante el enriquecimiento de uranio de Ir¨¢n, el accidente en la planta de Fukushima y anteriormente Chern¨®bil, el miedo ¡ªdefinitorio de la Guerra Fr¨ªa¡ª a un armagued¨®n at¨®mico, nos han distra¨ªdo del peligro que representan para la humanidad los experimentos con pat¨®genos. Experimentos que llevan a?os desarroll¨¢ndose y que definen los temores de la globalizaci¨®n.
La decisi¨®n de Joe Biden de indagar en el origen del coronavirus coloca en un primer plano la tesis de una fuga del SARS-CoV-2 del Instituto de Virolog¨ªa de Wuhan, en China. Al margen del resultado obtenido, m¨¢s all¨¢ de que en alg¨²n momento lleguemos a saber la verdad sobre el origen del virus, el mero hecho de reconocer esta posibilidad pone de relieve los errores y tejemanejes que han rodeado la informaci¨®n y comunicaci¨®n de la cuesti¨®n.
El primero de ellos, desestimar la llamativa coincidencia que supuso la aparici¨®n del covid en la misma ciudad donde se investiga la creaci¨®n de nuevos coronavirus de elevada capacidad infecciosa. Desestimaci¨®n incitada por el cierre de filas taxativo de la comunidad cient¨ªfica a favor de la tesis del origen natural del virus, sin evidencia por el momento, y la sustituci¨®n del debate sobre una posible fuga accidental por la acusatoria teor¨ªa de la conspiraci¨®n, insinuada por Trump, y de f¨¢cil descalificaci¨®n teniendo en cuenta el descr¨¦dito del entonces presidente. Una maniobra de prestidigitaci¨®n que permiti¨® correr un tupido velo, concurrente con los intereses de Pek¨ªn, sobre lo sucedido. No es de extra?ar, afirma el Bolet¨ªn de Cient¨ªficos At¨®micos en un destacado ensayo, dado que los vir¨®logos, por lo general, tienen poco inter¨¦s en atraer la atenci¨®n sobre las pruebas que realizan. Fue decisiva la carta que publicaron, a iniciativa de Peter Daszak, presidente de una organizaci¨®n neoyorkina que financia el proyecto del Instituto de Virolog¨ªa de Wuhan, en la revista cient¨ªfica The Lancet, defendiendo prematuramente la causa natural del virus.
La asunci¨®n de la conjetura se puede atribuir en parte a la disonancia cognitiva generada por el deseo de contrarrestar el populismo de Trump y combatir la desinformaci¨®n rampante. Asunci¨®n de la que fueron part¨ªcipes los medios de comunicaci¨®n. Como ocurri¨® en las elecciones estadounidenses de 2016, cuando se predijo, err¨®neamente, la victoria de Hilary Clinton frente al candidato republicano.
El trabajo con virus carece de protocolos y regulaciones internacionales equivalentes a los de la experimentaci¨®n nuclear. Se encuentra fuera del radar de la supervisi¨®n p¨²blica y medi¨¢tica. Igual que ha ocurrido en el ¨¢mbito at¨®mico, hay que devolver a su l¨¢mpara a este peligroso genio. @evabor3