Quince meses despu¨¦s de la declaraci¨®n del primer estado de alarma por la pandemia en Espa?a, la gesti¨®n de la crisis sanitaria sigue marcada por errores, descoordinaciones y confusiones que ya no son justificables como en los compases iniciales, marcados por la inexperiencia y el escaso conocimiento de la enfermedad. ...
Quince meses despu¨¦s de la declaraci¨®n del primer estado de alarma por la pandemia en Espa?a, la gesti¨®n de la crisis sanitaria sigue marcada por errores, descoordinaciones y confusiones que ya no son justificables como en los compases iniciales, marcados por la inexperiencia y el escaso conocimiento de la enfermedad. Si bien la administraci¨®n de las vacunas avanza por lo general de forma positiva, en los ¨²ltimos d¨ªas se han producido varios problemas en los que la gesti¨®n del Gobierno no ha sido satisfactoria.
Poco despu¨¦s de que el presidente Pedro S¨¢nchez justificara el fin del estado de alarma sin pr¨®rrogas y sin medidas transitorias m¨¢s all¨¢ de las que adoptaran las comunidades, a las que traslad¨® el protagonismo en las siguientes fases, el Ministerio de Sanidad sorprendi¨® la semana pasada con una propuesta de restricciones obligatorias en materia de hosteler¨ªa y ocio nocturno. La iniciativa causaba especial perplejidad porque representaba un endurecimiento con respecto a los planteamientos de momentos m¨¢s oscuros no solo en cuanto a la obligatoriedad ¡ªen vez de las recomendaciones que ven¨ªan siendo habituales¡ª sino que en la sustancia establec¨ªa medidas m¨¢s r¨ªgidas a¨²n que las que estuvieron en vigor durante el estado de alarma, con peores cifras y sin los niveles de vacunaci¨®n actual. Una mayor¨ªa de las comunidades aprob¨® la propuesta, pero con la oposici¨®n de seis donde viven unos 30 millones de espa?oles: adem¨¢s de Madrid, habitual obstruccionista, Catalu?a, Pa¨ªs Vasco, Galicia, Andaluc¨ªa y Murcia estuvieron en contra. Pese a las advertencias iniciales contra la desobediencia, el Gobierno ha reculado progresivamente, dando finalmente una marcha atr¨¢s total. Un pronunciamiento cautelar¨ªsimo de la Audiencia Nacional debilit¨® en t¨¦rminos jur¨ªdicos una posici¨®n que despertaba dudas en cuanto a lo sustancial. La rectificaci¨®n del Ejecutivo ha conducido a un nuevo consenso con meras recomendaciones. Esta es una soluci¨®n mejor que una nueva lucha en los tribunales, pero la gesti¨®n fue manifiestamente mejorable.
Hay m¨¢s. Por un lado, la exigencia de justificantes de vacunaci¨®n, pruebas o de haber pasado la enfermedad en la frontera terrestre con Portugal. El Gobierno tuvo que rectificar y pedir disculpas ante la amenaza de Lisboa de reciprocidad. Un error desafortunado.
Por otra parte, destaca el rocambolesco episodio que ata?e a la vacunaci¨®n de la selecci¨®n nacional de f¨²tbol en v¨ªsperas de la Eurocopa. Es comprensible el dilema de si tiene sentido o no hacer una excepci¨®n para este caso a las fases generales previstas. Dadas las caracter¨ªsticas del acontecimiento y el contexto en el que se halla ahora Espa?a ¡ªen que el 43,5% de los espa?oles ha recibido ya la primera dosis y m¨¢s del 25,1% tiene la pauta completa¡ª resulta aceptable la decisi¨®n positiva a trav¨¦s de los cauces oficiales. Lo que es incomprensible es que la misma llegue tan tarde como para ser escasamente ¨²til (el campeonato se inicia hoy) y que se optara inicialmente por la vacuna de Pfizer, que requiere segunda dosis y hubiese postergado la inmunizaci¨®n en su m¨¢ximo nivel hasta el final del torneo. La Federaci¨®n reclam¨® ayer, con cierta l¨®gica, usar la vacuna de Janssen, monodosis. El Gobierno, de nuevo, ha rectificado. La mala gesti¨®n de este episodio tiene m¨²ltiples responsables. Abunda en una negativa sensaci¨®n de confusi¨®n en la que el Ejecutivo ha tenido un papel insatisfactorio.