Andaluc¨ªa, un campo de Agramante
La campa?a de las primarias ha tenido mucho de pu?ales y traiciones de ¨²ltima hora, pues Susana D¨ªaz ha sufrido importantes deserciones entre sus fieles
A Susana D¨ªaz no le ha servido el mito de una Numancia andaluza resistiendo al imperio romano del Ferraz madrile?o. Ni el relato victimista de un c¨®nclave supuestamente controlado por hombres. Ni la galer¨ªa colorida de camisetas con mensajes de autoayuda. La anta?o todopoderosa l¨ªder del PSOE andaluz es ahora un personaje en busca de autor, de alguien que le escriba un ep¨ªlogo digno. Quien simboliz¨® el aparato org¨¢nico y la oficialidad, se present¨® en estas primarias para decidir al candidato a la presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa como una heterodoxa, un verso libre frente a Juan Espadas, alcalde de Sevilla y candidato respaldado por Pedro S¨¢nchez. El mismo Pedro S¨¢nchez que en las primarias federales de 2017 jug¨® ese papel de outsider venciendo finalmente a Susana D¨ªaz, entonces la candidata oficial. Paradojas de la vida y platos de venganza que se sirven fr¨ªos¡
La derrota de la actual secretaria del PSOE andaluz confirma el poder de Pedro S¨¢nchez en la federaci¨®n m¨¢s numerosa, pero descubre un paisaje lleno de incertidumbre, un posible campo de Agramante. Desde Ferraz quieren que Susana D¨ªaz dimita y no contin¨²e alargando la guerra interna, es decir, que abandone su cargo antes de que se celebre el congreso regional de final de a?o para que no exista la temida bicefalia en el partido.
Juan Espadas ha conseguido ganar con desahogo, lo que confirma que ha llegado un tiempo nuevo para el PSOE andaluz. Pero no es del todo seguro que ella decida retirarse con un discreto mutis por el foro. A Espadas le queda el mal trago de que su rival sigue teniendo la proyecci¨®n de la tribuna del Parlamento, donde es diputada y jefa de la oposici¨®n, mientras que ¨¦l contin¨²a limitado a sus funciones como alcalde de Sevilla.
Espadas, el hombre tranquilo de perfil cordial, discreto, moderado y conciliador que algunos defin¨ªan como un bur¨®crata gris, con poco carisma y hombre t¨ªtere de S¨¢nchez, ser¨¢ finalmente quien compita por la presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa con Juanma Moreno Bonilla, que curiosamente tiene un perfil similar como bar¨®n moderado del PP.
S¨ª, en efecto, a Susana D¨ªaz no le han servido ninguno de los relatos audaces planteados para animar la narrativa de la campa?a. Ni parece que rendir¨¢ a¨²n la plaza. Pedro S¨¢nchez considera que Susana D¨ªaz es una herida mal cerrada para el futuro del PSOE e intentar¨¢ borrarla del mapa, pero ella puede ser imprevisible. Si no dimite, y contin¨²a como secretaria general del PSOE andaluz hasta el congreso regional, se convertir¨¢ en un personaje inc¨®modo y desconcertante. De momento, la posibilidad de crear una gestora que controle el partido en Andaluc¨ªa est¨¢ en el aire, como una amenaza que pende sobre la cabeza de la derrotada.
La Susana D¨ªaz de los ¨²ltimos tiempos es un misterio, un acertijo sin soluci¨®n. Nadie sabe qu¨¦ carta esconde. En su biograf¨ªa pol¨ªtica ha tenido un vertiginoso camino de ascenso y gloria en los despachos oficiales y sus mullidas moquetas hasta caer en desgracia, cuando sus viejos enemigos quieren enviarla al cuarto de los ratones de la pol¨ªtica. La casa del socialismo andaluz es un cortijo extra?o lleno de grandes salones, largos pasillos de pasos perdidos y tambi¨¦n s¨®tanos oscur¨ªsimos. Y ella no es mujer que quiera quedarse en la penumbra.
Susana D¨ªaz es un animal pol¨ªtico. Ella podr¨ªa escribir el memorial de todos los poderosos a los que se les quebr¨® el para¨ªso. En Andaluc¨ªa a¨²n se recuerdan sus apariciones estelares en los actos oficiales. Un destello de flashes la preced¨ªa como cuando la Macarena sale de su bas¨ªlica. Su s¨¦quito la proteg¨ªa y los cronistas hac¨ªan periodismo de c¨¢mara para mayor gloria de la presidenta en su corte de reina castiza. Todo eso acab¨® en diciembre de 2018. Gan¨® las elecciones a la presidencia de la Junta, pero con una victoria ajustada que permiti¨® que Juanma Moreno Bonilla le arrebatara el poder despu¨¦s de m¨¢s de 37 a?os de gobiernos socialistas encadenados.
Susana D¨ªaz parec¨ªa protagonista de un novel¨®n donde se describiera el fin de los imperios: la ca¨ªda del imperio romano, la Rusia zarista o el imperio austroh¨²ngaro. ?Qu¨¦ hab¨ªa ocurrido? ¡°?Cu¨¢ndo se hab¨ªa jodido el Per¨²?¡±, se preguntaba desconcertada D¨ªaz como Santiago Zavala en Conversaci¨®n en La Catedral, la novela de Vargas Llosa, otro perdedor de elecciones. Esa derrota quiz¨¢s habr¨ªa que buscarla en los patios traseros o en errores como dejar abierta la puerta de Kerkaporta de la imbatible muralla de Constantinopla y que provoc¨® la ca¨ªda del imperio bizantino.
Esta campa?a ha tenido tambi¨¦n mucho de pu?ales y traiciones de ¨²ltima hora, pues la anta?o todopoderosa baronesa socialista ha tenido importantes deserciones entre sus fieles. Muchos de los suyos se han pasado al bando de Juan Espadas, que es donde ahora est¨¢ el futuro. El cielo del socialismo andaluz ha estado poblado esta primavera por volubles bandos de estorninos, pues qui¨¦n duda de que la pol¨ªtica ¡ªo mejor dicho, la promesa del poder¡ª condiciona el comportamiento de las aves gregarias que var¨ªan el vuelo como pura estrategia de supervivencia.
Eva D¨ªaz P¨¦rez es escritora y periodista.
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