Alerta: captada se?al de cataclismo en nuestro tiempo
Cuando un detector de ondas descifre las que enviamos desde 2021 no entender¨¢ por qu¨¦ no hicimos nada
He aqu¨ª una noticia que desaf¨ªa cualquier noci¨®n del periodismo que di¨¦ramos por cierta: dos detectores de ondas gravitacionales han captado se?ales de un cataclismo c¨®smico que no se hab¨ªa observado jam¨¢s: la colisi¨®n entre agujeros negros y estrellas de neutrones. Al susto del titular, que lleg¨® en forma de alerta a los m¨®viles, sigui¨® la relativa tranquilidad al conocer que aquello tan impresionante ocurri¨® hace cientos de millones de a?os. Tal vez fue grav¨ªsimo, seguro que lo fue, pero pas¨® hace tanto tiempo que, fuera lo que fuera lo que provocara, ya lo hemos superado. Un problema menos....
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He aqu¨ª una noticia que desaf¨ªa cualquier noci¨®n del periodismo que di¨¦ramos por cierta: dos detectores de ondas gravitacionales han captado se?ales de un cataclismo c¨®smico que no se hab¨ªa observado jam¨¢s: la colisi¨®n entre agujeros negros y estrellas de neutrones. Al susto del titular, que lleg¨® en forma de alerta a los m¨®viles, sigui¨® la relativa tranquilidad al conocer que aquello tan impresionante ocurri¨® hace cientos de millones de a?os. Tal vez fue grav¨ªsimo, seguro que lo fue, pero pas¨® hace tanto tiempo que, fuera lo que fuera lo que provocara, ya lo hemos superado. Un problema menos.
Algo similar, aunque inverso, podr¨ªa ocurrir si imaginamos el siguiente ejercicio: ?Qu¨¦ acontecimiento de los que hoy llenan los informativos y peri¨®dicos podr¨ªa ser noticia, no ya en cientos de millones de a?os, sino, digamos, en d¨¦cadas? Vayamos al 2030 incluso al 2050, al 2100, si quieren, y pongamos por caso que las hemerotecas digitales han desaparecido en un ciberataque que nos ha dejado secos. Si eligi¨¦ramos una noticia de las que manejamos estos d¨ªas para que la captara un detector de cataclismos, con toda seguridad no ser¨ªa la reuni¨®n de S¨¢nchez y Aragon¨¨s, los berrinches de Pablo Casado ni las pat¨¦ticas exhibiciones de j¨®venes cuarentenados en Mallorca y de sus padres que al parecer no sab¨ªan que hubiera una pandemia en marcha. Sino que, en unos comunes d¨ªas de junio, bajo un extra?o fen¨®meno, los pa¨ªses de las Monta?as Rocosas, ese trozo del planeta habitualmente poblado de glaciares, nieves y hielos que es el oeste de Canad¨¢ y EE UU, donde la temperatura media en estos d¨ªas sol¨ªa ser de poco m¨¢s de 20 grados y tan contentos, est¨¢ casi llegando ?a los 50!. Los r¨¦cords se est¨¢n rompiendo en decenas de sitios desde que hay registros y las autoridades han tenido que abrir espacios con aire acondicionado a los ciudadanos para preservar su salud. No son refugiados de un temporal, de un incendio, de una inundaci¨®n. Son refugiados del calor. Y ya hay cien muertos.
El shock ya est¨¢ aqu¨ª, en casa ¡ªdetectar¨¢ ese artilugio en unas d¨¦cadas para conocimiento de habitantes probablemente acostumbrados a estar 24 horas al d¨ªa aislados del aire exterior, como en el Golfo, quien se lo pueda permitir¡ª y est¨¢ trasladando inmigrantes de zonas secas y yermas del hemisferio sur al del norte; est¨¢ incendiando bosques; est¨¢ cubri¨¦ndonos inusitadamente de nieve cuando le da la gana; est¨¢ haciendo imposible respirar, cultivar y beber en muchas zonas.
Y la noticia que impactar¨¢ m¨¢s a los descifradores del mensaje que capte ese detector no ser¨¢ esto, sino que no hicimos nada. Tan sencillo.