El chulet¨®n de la discordia
El problema es por qu¨¦ la prudencia pol¨ªtica puede ir en contra de lo que dictan la preservaci¨®n de la salud y las medidas contra el cambio clim¨¢tico
Al ministro Garz¨®n le asiste la raz¨®n medioambiental y la nutricionista; a la nomenclatura del PSOE y al propio presidente, la pol¨ªtico-prudencial. Creo que eso lo comparten todos los que son capaces de analizar la realidad sin el obtuso sesgo partidista. El problema, por tanto, no es de qui¨¦n tiene raz¨®n, sino de por qu¨¦ son dos ¡°racionalidades¡± distintas, por qu¨¦ la prudencia pol¨ªtica puede ir en ...
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Al ministro Garz¨®n le asiste la raz¨®n medioambiental y la nutricionista; a la nomenclatura del PSOE y al propio presidente, la pol¨ªtico-prudencial. Creo que eso lo comparten todos los que son capaces de analizar la realidad sin el obtuso sesgo partidista. El problema, por tanto, no es de qui¨¦n tiene raz¨®n, sino de por qu¨¦ son dos ¡°racionalidades¡± distintas, por qu¨¦ la prudencia pol¨ªtica puede ir en contra de lo que dicta el cambio clim¨¢tico y la preservaci¨®n de la salud, dos bienes que se supone que tienen un valor cuasi-absoluto. Creo que la pregunta se contesta por s¨ª misma. Macron decidi¨® una peque?a subida del precio del di¨¦sel guiado por criterios medioambientales y se encontr¨® con los belicosos chalecos amarillos. En Alemania ha vuelto con fuerza el debate en torno a la limitaci¨®n de velocidad en las autopistas y la todopoderosa industria del autom¨®vil est¨¢ de u?as ante la amenaza que eso supone para un sector clave de la ¡°naci¨®n exportadora¡±. O sea, prudencia, con las cosas de comer no se juega.
Por otra parte, sin embargo, lo llevamos claro si cada vez que haya que tomar decisiones dif¨ªciles para conseguir objetivos imprescindibles nos guiamos por lo que dicta la prudencia pol¨ªtica. En los sistemas democr¨¢ticos es, adem¨¢s, cortoplacista por definici¨®n. Al actor pol¨ªtico le importan las pr¨®ximas elecciones, no las generaciones futuras. Se ve obligado a incorporarlas a su discurso, pero a la hora de la verdad se anda con las l¨®gicas cautelas para no perder potenciales votantes. ?Qui¨¦n dijo que la transici¨®n verde iba a ser f¨¢cil? ?Qu¨¦ vamos a hacer con los sectores m¨¢s se?alados? Hurtarnos estas preguntas es inaceptable por mucho que sea pol¨ªticamente inasumible.
Hasta ahora solo hay dos v¨ªas de soluci¨®n ante este dilema. La primera, la m¨¢s sencilla y utilizada, es pedir auxilio a la UE. Que ella decida. Alg¨²n d¨ªa habr¨¢ que analizar la funcionalidad de las instituciones europeas para descargar a los pol¨ªticos del continente de las decisiones necesarias y dif¨ªciles a la vez. Y la verdad es que a este respecto es un salvavidas para pol¨ªticos timoratos. La segunda es la concienciaci¨®n de los ciudadanos. La bajada de la demanda ir¨¢ consiguiendo el objetivo buscado sin tener que recurrir a prohibiciones. Un poco lo que est¨¢ ocurriendo con los toros. Y cabe pensar en otra m¨¢s, analizar en qu¨¦ medida la ganader¨ªa supone en realidad la amenaza que se nos dice y por qu¨¦. Para tomar medidas y aumentar la concienciaci¨®n es preciso tener antes todos los datos. Y en esto, lo siento, los poderes p¨²blicos tienen que dar la cara. No basta con dar las cosas por supuestas, ni en una direcci¨®n ni en otra.
Un ¨²ltimo punto. De este debate sobre el chulet¨®n, lo menos importante es el an¨¢lisis de la pol¨ªtica peque?a, que si Garz¨®n ten¨ªa los d¨ªas contados, que si la disputa Podemos/PSOE en el seno del Gobierno. Ante la tragedia potencial que se cierne sobre el sector ganadero y lo mucho que hay en juego con el calentamiento global, son minucias. O el ayusismo y su ret¨®rica de la ¡°libertad¡±: que si nos van a imponer lo que hay que comer, que si nos toman por ni?os. Qu¨¦ quieren que les diga, acabo de tener una nieta y a partir de ahora no soporto que sus intereses y los de quienes est¨¢n por llegar se puedan ver frustrados por las ya insoportables disputas de campanario.