Carne, otro debate imposible
Los intereses partidistas y sectoriales sofocan una oportuna reflexi¨®n que deber¨ªa ponderar serenamente datos m¨¦dicos, medioambientales y socioecon¨®micos
La OMS, el IPCC (el panel de expertos en cambio clim¨¢tico de la ONU) y numerosas investigaciones recomiendan moderar el consumo de carne por su probada relaci¨®n con el c¨¢ncer, entre otras enfermedades, y por el coste medioambiental que genera la ganader¨ªa intensiva en un mundo que debe decidir bien sus pr¨®ximos pasos si quiere frenar el calentamiento. El propio plan del Gobierno para 2050 presentado en mayo lo considera un objetivo ¡°necesario¡±. Y, sin embargo, el pronunciamiento del ministro Garz¨®n en este sentido ha generado un duro choque dentro del propio Ejecutivo, una amonestaci¨®n p¨²blica m¨¢s gastron¨®mica que medioambiental por parte de Pedro S¨¢nchez y una lluvia de hiperb¨®licas cr¨ªticas de la oposici¨®n y sectores medi¨¢ticos que, junto a peticiones de cese por parte del sector, de nuevo dejan en evidencia la escasa ¡ªqueriendo ser generosos¡ª capacidad colectiva para abordar debates de forma constructiva y racional.
Los espa?oles consumen de media m¨¢s de un kilo de carne a la semana, frente a la dosis de no m¨¢s de 500 gramos recomendada por la OMS. En las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, el consumo de carnes rojas y procesadas ven¨ªa registrando un descenso que se revirti¨® en el confinamiento. La huella clim¨¢tica tambi¨¦n constituye una evidencia cient¨ªfica. Es justificado, pues, abrir una reflexi¨®n para evitar excesos da?inos en el consumo (que no significa prohibici¨®n) y sobre la transici¨®n del sector hacia f¨®rmulas cada vez m¨¢s ecol¨®gicas, extensivas y saludables para el cuerpo humano y para el planeta.
La pol¨¦mica, sin embargo, se ha convertido en el ep¨ªtome de un lamentable ambiente pol¨ªtico en el que resulta casi imposible debatir provechosamente. El asunto en cuesti¨®n no tiene nada de ideol¨®gico: se trata de sopesar con rigor elementos de car¨¢cter sanitario, medioambiental, socioecon¨®mico y de futuro. Deber¨ªa ser objeto de una dial¨¦ctica normal, pero ha sido m¨¢s gasolina para la en¨¦sima llamarada generalizada de propaganda, brocha gorda y alineamiento partidista. Garz¨®n cometi¨® el claro error de no coordinar su iniciativa en el seno del Gobierno, de lanzarse como protagonista ¨²nico y de ignorar la debilidad de su situaci¨®n como ministro, fruto de su cuestionable trayectoria. Pero los argumentos de fondo son razonables, est¨¢n en la l¨ªnea del plan para 2050, y han quedado aplastados en medio de embestidas que poco tienen que ver con la b¨²squeda del bien com¨²n. El sector aporta 2,5 millones de empleos y casi 9.000 millones de euros en exportaciones y merece la m¨¢xima sensibilidad y cuidado en este debate. Lo preciso es sopesar racionalmente los distintos intereses y buscar soluciones que maximicen beneficios y amortig¨¹en da?os. Esto es la pol¨ªtica noble. En Espa?a, desafortunadamente, se hace cada vez m¨¢s dominante una variante agresiva y miope.
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