Salvar el turismo
Espa?a debe trabajar para reducir los contagios y recuperar la confianza exterior
El nivel de contagios se ha disparado en Espa?a y esta vez amenaza, no tanto a una estructura sanitaria ahora mucho m¨¢s descongestionada que en oleadas anteriores, sino la recuperaci¨®n del turismo en plena temporada de verano. El Gobierno franc¨¦s ha desaconsejado viajar a Espa?a; Alemani...
El nivel de contagios se ha disparado en Espa?a y esta vez amenaza, no tanto a una estructura sanitaria ahora mucho m¨¢s descongestionada que en oleadas anteriores, sino la recuperaci¨®n del turismo en plena temporada de verano. El Gobierno franc¨¦s ha desaconsejado viajar a Espa?a; Alemania ha incluido a la totalidad del pa¨ªs en la lista de zonas de riesgo, en la que hasta el viernes solo estaban siete comunidades aut¨®nomas; la decisi¨®n no tiene consecuencias pr¨¢cticas, pero es otro golpe reputacional para el turismo en Espa?a y avisa de pr¨®ximas restricciones si los contagios prosiguen su escalada; y solo el Reino Unido, que pondr¨¢ fin a sus restricciones el 19 de julio, ha ofrecido una noticia positiva al eliminar la obligaci¨®n de cuarentena a quienes regresen desde nuestro pa¨ªs a partir de esa fecha. El sector del turismo ¡ªque represent¨® el 12,4% del PIB en la econom¨ªa espa?ola en 2019¡ª est¨¢ comprobando en carne propia la timidez en las reservas. Si en 2020 se desplom¨® por debajo del 5% del PIB, la esperanza de que este 2021 remonte hacia un mejor resultado tiene bases a¨²n demasiado fr¨¢giles y tambaleantes.
La inmunizaci¨®n avanza r¨¢pido en Espa?a a una velocidad por encima de la media europea: el 44,3% de los ciudadanos tiene la pauta completa y el 58% la primera dosis, lo que excluye que la nueva escalada sea dram¨¢tica como las anteriores. La tasa de ocupaci¨®n hospitalaria es del 2,6% y las camas UCI destinadas hoy a pacientes covid es del 6,88%. Los ingresos hospitalarios est¨¢n superando de nuevo las altas, pero gracias a las vacunas no es de esperar una saturaci¨®n como en anteriores escaladas de contagios. Ello no significa que no haya problemas. Los centros de atenci¨®n primaria est¨¢n saturados ante la afluencia de los casos m¨¢s leves. Y el nivel de incidencia sigue dando saltos trepidantes cada d¨ªa. El viernes alcanz¨® los 316 por 100.000 habitantes en las ¨²ltimas dos semanas. En los veintea?eros la cifra escal¨® hasta 1.047, unos n¨²meros de v¨¦rtigo que chocan con la relativa tranquilidad con que se abordaba el verano.
Los datos han alarmado a los pa¨ªses vecinos, como deben alarmar a los gobiernos central y auton¨®micos. Algunos han comenzado a recuperar restricciones y perimetrar pueblos. La Comunidad Valenciana busca autorizaci¨®n judicial para aplicar el toque de queda. Y Castilla y Le¨®n tambi¨¦n ha planteado el toque de queda, que el Gobierno y las dem¨¢s comunidades rechazan. No parecen oportunas, de momento, decisiones maximalistas que agredan las libertades y la temporada de turismo en esta quinta ola de car¨¢cter muy diferente de las anteriores. Pero s¨ª son necesarias medidas quir¨²rgicas, inteligentes y a la carta, seg¨²n las situaciones, que limiten sobre todo las fiestas descontroladas en las que se producen los contagios y en general aseguren un ocio nocturno prudente. Los j¨®venes, que a¨²n no est¨¢n inmunizados, son comprensiblemente proclives a un intenso intercambio social tras las restricciones sufridas durante tanto tiempo. Pero el descontrol en el ocio puede derivar en una grave factura econ¨®mica para Espa?a en t¨¦rminos de turismo perdido. El Gobierno y las comunidades deben actuar ya para restablecer la confianza en Espa?a como lugar de vacaciones: mediante la reducci¨®n de contagios que se ha de impulsar en todos los territorios con medidas y pedagog¨ªa y mediante la actividad diplom¨¢tica que conduzca, en suma, a salvar el turismo.